Bolaños, sobre la mesa de diálogo: "No hay otra manera, no tenemos otro cauce"
"Más que hacer reproches, lo que hacemos es tender la mano para que todo el mundo entienda que no podemos vivir de espaldas, no escucharnos", defiende el ministro.
El ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ha defendido esta mañana la mesa de diálogo con Cataluña como única vía para encontrar soluciones a un conflicto que, confiesa, cansa ya a la ciudadania. En una entrevista en Hoy por hoy, de la Cadena SER, ha defendido que el tono de la reunión de ayer fue “muy cordial”, pese a las “posiciones alejadas, muy alejadas” de las dos delegaciones, por lo que se aferra a lo positivo para avanzar. “No hay otra manera, no tenemos otro cauce (...) El proceso soberanista está acabando. Ahora estamos en la fase del diálogo”, constata.
A su entender, este conflicto “lo tenemos que solucionar dialogando y escuchando los argumentos de la otra persona, eso es lo más importante”, y ese espíritu, dice, “se traslucía en las declaraciones de los que estábamos en la mesa” de ayer.
Habla el ministro de ”ánimo constructivo y relación de cordialidad”, de empeño “en tratar de trabajar conjuntamente”. No obstante, no ha querido hablar de contenido, pues sostiene que el primer encuentro de las delegaciones sirvió para que todos se conocieran personalmente y se presentasen apenas los “puntos de partida”. Pero insiste: “esta mesa tiene que solucionar problemas cotidianos y diarios de los catalanes y ayudarnos a que normalicemos la situación en Cataluña”.
Ha confirmado que se ha entregado la llamada “agenda del reencuentro”, que no son temas elegidos por el Gobierno central a voluntad, sino síntesis de las cuestiones que, durante años, han planteado a Madrid los sucesivos presidents catalanes, Artur Mas, Carles Puigdemont y Quim Torra. Cuestiones que “nos han alejado” y que hay que ver cómo están y qué se hace al respecto.
“Al final lo que quiere la gente es que solucionemos sus problemas”, defiende Bolaños, citando desde la vacunación contra el coronavirus al reparto de los fondo europeos contra la pandemia.
El titular de Presidencia lamenta que falten partes, tanto a nivel nacional como regional. “Nos gustaría que todo el mundo se sumara al diálogo; no hay otra manera, no tenemos otro cauce. Iniciamos una nueva etapa, la de la búsqueda de las soluciones, en Cataluña y en España. Para eso vamos a trabajar”, constata. Más que reproches, insiste, “lo que hacemos es tender la mano para que todo el mundo entienda que no podemos vivir de espaldas, no escucharnos”.
A las preguntas de Àngels Barceló sobre los compromisos a los que se vaya a llegar, tras la polémica por la no ampliación del aeropuerto del Prat, ha confirmado Bolaños que “cuando haya un compromiso se hará público”, con garantías, aunque habrá parte del trabajo menos público, en un nivel más técnico. “Seremos muy transparentes”, promete.
No ha concretado avances en ninguna matera, echando mano de prudencia. “Hemos acordado trabajar sin prisa pero sin pausa”, ha repetido varias veces, recordando que estamos ante un conflicto “que viene de más de una década”, por lo que no se puede “trabajar contra el reloj” sino en un “contexto de tranquilidad, buscando acuerdo y acercamientos”. Hay que intentar “reencontrarnos” y “recuperar los afectos”.
Ante la retirada de la bandera española justo antes del encuentro de la mesa, que se celebró en Barcelona, Bolaños no quiere entrar en polémicas y sostiene que se queda con lo “positivo del tono”, de “personas que estábamos claramente con ganas y con ideas de buscar soluciones a un conflicto que ya tiene cansada a la sociedad”, buscando “la utilidad de la política”. “Ojalá que consigamos normalizar la situación”, concluye.
Tras la entrevista con el ministro, también ha estado en la SER Laura Vilagra, consellera de Presidencia catalana. “Se tiene que dar la palabra al pueblo catalán. Tenemos que hablar más y acordar más. Queremos tener la gestión de El Prat y la capacidad de decidir sobre su inversión”, ha defendido.
Su tono ha sido menos positivo que el de Bolaños. “Las reuniones en la mesa de diálogo fueron muy largas. En el ámbito personal fue cordial, en el ámbito político hubo divergencias”, confirma.