Bolaños, el hombre que se tiró varias veces por un barranco y acabó siendo ministro
El nuevo ministro de Presidencia, la antítesis de Iván Redondo, devuelve la alegría al PSOE que considera que recupera poder en Moncloa tras la salida del ya ex 'spin' doctor estrella.
Cuando Iván Redondo aseguró hace solo un mes y medio que se tiraría por un barranco por Pedro Sánchez, muchos pensaron en la de veces que el nuevo hombre del poder en Moncloa, Félix Bolaños, llevaba tirándose por barrancos en silencio, sin gritarlo a los cuatro vientos. La comparación era inevitable. Redondo presumía de lo que no había hecho mientras Bolaños tenía un master ya en despeñarse y volverse a levantar, quitándose el polvo del traje como si tal cosa.
El estilo Bolaños es justo el contrario que el de Redondo. Incluso sus despachos estaban en alas equidistantes. Nunca ha querido ser un asesor estrella, sino el hombre invisible, al que solo conocían los que sabían qué tecla había que tocar para ser escuchado en Moncloa. El nuevo ministro de Presidencia se ha cobrado la cabeza de Redondo, algo que ya se olía el que durante estos años de gobierno ha sido considerado el Rasputín de Moncloa. Y lo ha hecho con diplomacia, como le gusta actuar a él.
Su nombramiento supone también el triunfo del partido, que tan alejado se sentía de las maneras de Redondo y de sus grandes ideas, que no eran más que pan para hoy y hambre para mañana. Bolaños era el hombro en el que llorar para muchos socialistas, era el diván del terapeuta para los que no entendían por qué el presidente Sánchez hacía caso a su mediático gurú. Era el fontanero conciliador, el que sacaba brillo a la relación con la Casa Real o enderezaba lo que se había torcido. Muchos presidentes de empresas públicas le señalaban a él cuando les preguntabas quién era su interlocutor en Moncloa.
“Me alegro muchísimo por Felix, y también por nosotros, se lo merecía. Cuando defenestraron a Pedro Sánchez y tras unos meses pensando si volver, Bolaños se convirtió en la persona de su confianza jurídica, para diseñar los estatutos del partido y tantas otras cosas. Su trabajo en laboral de Uría y Menéndez y los 10 años que estuvo como jefe de la Asesoría Laboral del Banco de España, le avalan. Ahora era una pieza clave para tantos que necesitábamos feedback de Moncloa”, explica el más alto cargo de una de esas empresas públicas. Dejar su puesto en el Banco de España en 2018 para acompañar a Sánchez fue el primer barranco por el que se tiró, aunque luego vinieron otros.
Y en todo este tiempo no ha dejado de mantener un pie en la calle, ha seguido viviendo en una popular zona de Madrid, rodeado de parejas de clase media con hijos y problemas corrientes. Viendo menos de lo que desearía a su mujer y a su hijo.
Bolaños es un hombre aparentemente frío y tímido, pero con sentido del humor, y un amante de la literatura y el ensayo, que siempre agradece una buena recomendación y que suele tener varios libros abiertos para refugiarse en ellos según el estado de ánimo del momento. Bucear en la historia reciente para aprender de los errores, es uno de sus vicios. Sabe lo importante que es escuchar, da tiempo a su interlocutor para que se explaye y siempre acaba sacando más de ti que tú de él.
En los últimos tiempos ha tratado de templar el enfrentamiento abierto entre Calvo y Redondo, que ha acabado con la salida de ambos. El último favor que Carmen Calvo ha hecho al PSOE y al Gobierno es llevarse con ella a la calle a Iván Redondo. La ausencia total de conexión entre el jefe de Gabinete de Sánchez y su vicepresidenta primera era un secreto a voces. Y no son pocos los compañeros de Gabinete que se lo van a agradecer, puesto que Redondo ha tenido roces con varios de ellos y el desconcierto que el spin doctor ha generado en tantas ocasiones entre los miembros del Gabinete es bien conocido.
Sin embargo, la debacle del PSOE en Madrid ha sido la puntilla. Nadie más en Moncloa quiso acompañar al ya depuesto asesor áulico, que en el PSOE consideraban un mercenario con ideas descabelladas; que ya pasó factura al PP tanto en Cataluña como en Extremadura cuando estuvo a su servicio, logrando victorias que se acabaron volviendo en contra de sus jefes. Con Sánchez se ha vuelto a repetir la historia. Quienes aseguraban que el presidente se desharía de Iván cuando ya no le sirviera, no pueden evitar el ‘ya te lo dije’, satisfechos de que se hayan cumplido sus previsiones. A pesar de que desde el entorno de Redondo están contando a los medios que es él mismo el que ha pedido salir del Ejecutivo, en el partido no compran esa versión sino la contraria.
Sánchez ha recuperado a “amigos” que le apoyaron en los primeros y duros tiempos, como Óscar López -en sustitución de Redondo-, que ha estado en Paradores estos dos años y que en su día fue un apoyo del Presidente en los tiempos duros. El futuro presidente del Senado, Ander Gil, es otro hombre de aquel entonces. Acompañó muchas veces a Pedro Sánchez cuando éste hizo campaña por toda España, tras el desastroso 1 de octubre, cuando el Comité Federal del 2016 le echó literalmente a la calle.
“El presidente es amigo de sus amigos, y su sangre fría no le hace olvidar fidelidades. Esta es la ocasión de recuperar a alguno de ellos” reconocen fuentes próximas al partido.
Queda por profundizar en la que es la remodelación de Gobierno más amplia de los últimos años, pero a Bolaños se le plantean ahora muchos retos como coordinador del nuevo Ejecutivo: el primero, destensar la ya de por sí más que tensa relación entre Nadia Calviño, desde hoy primera vicepresidenta, y Yolanda Díaz, desde hoy, la segunda. Dos estilos, dos caracteres que son la metáfora clara de las dos almas de este Gobierno.