De arquitecto a arquitecto y un ‘halago’ envenenado. El catalán Ricardo Bofill ha presentado su última construcción, la Torre Ikon, de 114 metros de altura y 203 apartamentos, el edificio residencial más alto de Valencia. Y en su acto ante los medios, ha aprovechado para valorar la obra de su colega Santiago Calatrava, valenciano de Benimámet.
Para Bofill, Calatrava está “en el star system de los arquitectos. Es un ingeniero y un arquitecto de alto valor aunque se le caigan cosas”, ha apuntado, sin referirse a ninguna en concreto.
En el análisis sobre el arquitecto valenciano ha señalado que “hace cosas insólitas”, y ha achacado los fallos “a los problemas de gestión y construcción”. En este sentido, ha señalado que “sobre todo es un problema de gestión de las cosas, que puede que no estemos a la altura”.
Según cita El País, el último problema en Valencia con un edificio de Santiago Calatrava fue la caída hace seis años del trencadís que recubría el Palau de les Arts de Valencia. También fue sancionado con una fuerte indemnización por su Palacio de Congresos en Oviedo. Más recientemente, el verano pasado, un tribunal italiano condenó a Calatrava a pagar 78.000 euros por su “macroscópica negligencia” por los errores y sobrecostes detectados en un puente de Venecia.
Los propietarios del edificio, Bodegas Domecq, se cansaron de esperar a que Calatrava lo arreglara de forma definitiva. Llegaron a los juzgados por problemas de goteras y humedad y le pidieron dos millones de euros para arreglar los problemas.
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La Generalitat ha demandado recientemente al arquitecto por no garantizar la reposición del trencadís (el recubrimiento) del auditorio de la Ciudad de las Artes y las Ciencias.
Un trozo se desprendió hace ocho meses y el gobierno valenciano ...
EFE
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Goteras, tardanza, falta de entrada para camiones... ¿No parece demasiado? El coste final de este edificio de la Ciudad de las Artes y las Ciencias duplicó el presupuesto inicial. Hasta los chatarreros desvalijaron parte del edificio, tirado e...
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En la imagen, momento en el que parte de esta construcción pasaba bajo el puente de Rialto para su instalación.
El proyecto inicial no incluía un acceso para discapacitados, se retrasó respecto al plazo de entrega.
El Tribunal de Cuentas ...
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El Ayuntamiento tuvo que poner una alfombra antideslizante para que los peatones no resbalaran con la lluvia y encargó a otro arquitecto unas pasarelas para hacerlo accesible. Calatrava demandó a Bilbao por vulnerar sus derechos morales de aut...
GTRES ONLINE
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Este tampoco es muy seguro, y eso que en Murcia llueve bastante menos que en Bilbao: hubo que colocar moqueta sobre él por el módico precio de 60.000 euros. El mantenimiento anual asciende a 20.000 euros.
FOTO: Flickr/Oliver Hadfield
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Y otro más: el puente sevillano del Alamillo también ha generado problemas. En realidad es solo la mitad de lo que se proyectó inicialmente: iba a ser una estructura simétrica que comunicaba la isla de la Cartuja (donde se celebró la Expo d...
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En febrero de 2004, la construcción de este puente de entrada a la ciudad fue llevado a la Corte Suprema de Justicia por los vecinos que protestaban por el paso de un tren de cercanías. No faltan denuncias sobre derroche del dinero público y ...
GTRES ONLINE
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Se irá abriendo por fases de aquí a 2015. Su presupuesto se disparó de 2.200 a 3.400 millones de dólares y no faltaron las críticas (The New York Times lo calificó de "monumento al ego"). Aún así, Nueva York le pidió después otra propu...
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Los ovetenses lo conocen como El Centollu. La cubierta móvil no se puede abrir ni cerrar por problemas estructurales y para colmo, el edificio costó cinco veces más de lo presupuestado.
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Este edificio de viviendas, visible a kilómetros de distancia, tuvo un sobrecoste de 1.600 millones de coronas, algo más de 170 millones de euros, lo que provocó varias dimisiones políticas en la localidad.
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Con 93 metros de altura y 572 toneladas de peso, está revestido de pan de oro. Su construcción no le costó nada a la ciudad pero cada año su mantenimiento supone 300.000 euros. En teoría tiene movimiento, pero lleva años parado por su elev...
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Costó 750.000 euros. A los tres días tuvo que ser apuntalado por fallos estructurales. Ni siquiera su ubicación era correcta: estaba sobre el Museo de Arte Moderno (en concreto sobre su terraza) e incumplía la Ley de Patrimonio.
FOTO: Flick...
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No solo hizo el aeropuerto, sino también su reforma apenas siete años después. Una remodelación bastante necesaria: la zona de espera quedaba al aire libre. La broma le costó a la ciudad más de tres millones de euros.
FOTO: Flickr/tunnelarmr
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Los propietarios del edificio, Bodegas Domecq, se cansaron de esperar a que Calatrava lo arreglara de forma definitiva. Llegaron a los juzgados por problemas de goteras y humedad y le pidieron dos millones de euros para arreglar los problemas.
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