Así está acallando China las protestas contra el Gobierno y su política de covid cero
En un país donde la censura es dura y las críticas al Partido Comunista o al presidente se pueden pagar con cárcel, aumenta el cerco policial y hasta hay lista de palabras vetadas.
Las protestas en China contra la política del Gobierno de covid cero, que está obligando a los ciudadanos a cumplir draconianos encierros y controles que duran meses, han bajado de intensidad en las últimas horas, tras un fin de semana en el que se produjo un estallido popular desconocido desde Tiananmen, en 1989. En parte, es la presión contra los manifestantes la que está haciendo que se bajen revoluciones, aunque aún se convocan manifestaciones y bullen las redes sociales, con quejas que ya van más allá del virus y critican hasta al presidente, Xi Jingpin.
La comunidad internacional está condenando la represión del régimen de China a las protestas. La ONU, la Unión Europea, países como Estados Unidos o Canadá y organizaciones como Human Rights Watch o Amnistía Internacional han alzado su voz contra Pekín y reclama que se respete el derecho de manifestación pacífica. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas ha reclamado que no se detenga “arbitrariamente” a los manifestantes, que sólo reclaman más libertad. “Pedimos a las autoridades que respondan a las manifestaciones de acuerdo con las leyes y normas internacionales de derechos humanos”, manifestó su portavoz, Jeremy Laurence.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, dijo en su rueda de prensa diaria que no pensaba pronunciarse sobre la política de China contra el covid, pero que en China, como en el resto del mundo, creen en “la importancia del derecho de la gente a concentrarse pacíficamente, a asociarse y a manifestarse en paz”. “Urgimos a las autoridades (chinas) a garantizar ese derecho”, dijo, sin más detalles.
Más explícito fue el comunicado emitido por Human Rights Watch. “Las autoridades chinas no deberían reprimir las protestas, sino permitir que todos expresen pacíficamente sus puntos de vista”, aseguró la investigadora de la organización, Yaqiu Wang. HRW asegura que en videos que circulaban por las redes sociales se veían decenas de policías llegando a Shanghai y otros lugares para intentar dispersar a los manifestantes y en los que también aparecen agentes conduciendo a personas a furgones.
“Si bien las protestas a pequeña escala por abusos concretos del Gobierno ocurren ocasionalmente en China, es extremadamente raro que las personas pidan públicamente que el presidente Xi Jinping renuncie o que se ponga fin al Gobierno del Partido Comunista”, apuntó HRW.
“En vez de castigar a la ciudadanía, el gobierno debe escuchar sus peticiones. Las autoridades deben dejar que la gente exprese con libertad lo que piensa y proteste pacíficamente sin temor a represalias”, añade la directora regional adjunta de Amnistía Internacional, Hana Young. “Desgraciadamente, China funciona con un guion muy previsible. La censura y la vigilancia continuarán, y lo más probable es que en las próximas horas y días veamos a la policía hacer uso de la fuerza y detener en masa a manifestantes. También es de esperar que se dicten largas penas de prisión contra manifestantes pacíficos”, añade.
Lo que está pasando
En estas horas, la censura se ha implantado con fuerza. Siempre es así en la China controlada por el Partido Comunista y ahora no iba a ser menos. Desde que comenzaron las protestas, originalmente por un incendio en un bloque de personas confinadas en la ciudad de Urumqi, se ha ampliado hasta la lista de palabras que están censuradas en internet por hacer referencia a los disidentes.
Miles de personas salieron durante el fin de semana a las calles en Pekín, Shanghái y otras ciudades, muchos de ellos protestando con un papel en blanco como símbolo de todo aquello que no se les permite decir en un país donde la censura es férrea y las críticas al Partido Comunista o a su presidente se suelen pagar con la cárcel.
Para evitar que los chinos hablen sobre estas protestas, las palabras “Shanghái” y “Urumqi”, ciudades donde los residentes se han manifestado con más fuerza, han sido agregadas a una lista de términos de búsqueda censurados por plataformas como Weibo, la más popular de China, una especie de Twitter patrio. “Si antes la búsqueda de estos términos mostraba decenas de millones de resultados en la plataforma, ahora sólo aparecen unos pocos cientos”, indican desde la BBC, que añade que las autoridades están intentando “desviar la atención hacia otros temas en plataformas nacionales y extranjeras”. Las informaciones sobre este levantamiento brillan por su ausencia en los medios locales, que también han dejado de informar sobre los datos récord de contagios de covid-19. En cambio, se habla de carrera espacial.
Sin embargo, hecha la ley, hecha la trampa, y el ingenio de los que quieren protestar va más allá de las limitaciones. Se está recurriendo a palabras evocadoras, como el ·papel A3″, o hasta se habla del “reto de la cintura A4”, en alusión a un viejo reto viral en el que las mujeres se medían con un papel de ese tamaño. También se ha multiplicado el uso de redes sociales como Twitter o Facebook, que no son locales, accesibles a través de VPN, que son las siglas de Virtual Private Network o red privada virtual, que permite acceder a páginas prohibidas. Una vía a la que no tiene acceso toda la población
Crece la represión
Algunos manifestantes aseguran que han sido contactados por la policía para saber si participaron en las “concentraciones ilegales”. El despliegue policial en las calles del país se ha reforzado, pero en las redes sociales algunos siguen convocando nuevas concentraciones.
“Me llamó la policía anoche preguntando que qué hacía allí en la noche del 27. Dije que pasaba por ahí”, comenta un residente pequinés desde el anonimato a la Agencia EFE, mientras que otros comparten la inquietud de que se estaría interrogando a otras personas en comisaría, obligándoles a firmar documentos en los que se comprometen a no participar en más protestas.
Mientras, el secretario del Comité Político y Jurídico Central del Partido Comunista Chino, Chen Wenqing, ha pedido tomar “medidas enérgicas” contra los manifestantes. “Debemos tomar medidas enérgicas contra las actividades de infiltración y sabotaje por parte de fuerzas hostiles de acuerdo con la ley”, ha dicho el también miembro del Politburó chino, según ha recogido la agencia de noticias china Xinhua y cita Europa Press.
Wenqing ha exigido que se tomen “medidas contra los actos ilegales y criminales que perturban el orden social y mantener de manera efectiva la estabilidad social general”, en referencia a las protestas que han estallado en el país en los últimos días.
El Comité Político y Jurídico Central se encarga de organizar, dentro de la línea del Comité Central del Partido Comunista, a las distintas fuerzas de seguridad del Estado, incluyendo la Policía. El comité está encabezado por un secretario que suele también ser miembro del Politburó.
EFE indica que en la ciudad meridional china de Cantón se enfrentaron el martes por la noche grupos de manifestantes con policías antidisturbios enfundados en trajes EPI, según vídeos difundidos en las redes sociales. Según uno de los vídeos, difundidos en Twitter, se ve a decenas de policías avanzando en formación sobre barricadas que los manifestantes habían derribado. Muchas de las personas confinadas en esta zona son emigrantes de zonas rurales que han tenido que buscarse refugios imprevistos.