Así es Rodrigo Vargas, el cocinero de la selección española
El chef revela cuál es el menú típico de lo jugadores en el Mundial de Qatar 2022.
La selección española depende ya de sí misma y le vale un empate ante Japón para pasar a octavos en el Mundial de Qatar 2022 tras el 1-1 frente a Alemania del domingo. Pero para que los jugadores rindan al máximo hay todo un equipo detrás.
El menú de La Roja lo marcan las nutricionistas y médicos, pero es el chef el que pone el toque final para mantenerlos bien alimentados. Detrás de esto está Rodrigo Vargas, quien lleva junto a la selección desde 2010. Según ha publicado El Heraldo, el cocinero ha estado, primero, junto a Javier Arbizu y, ahora, tras la jubilación de este, se encarga él de los fogones.
El cocinero ha contado al mismo medio que llegó de casualidad hace casi dos décadas, poco después de la inauguración del hotel-residencia de la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, para ocuparse de esas cocinas. Y ahí es donde se desarrolla su principal ocupación cuando no hay torneo.
“Desde los 20 años estoy metido en la cocina y no lo cambiaría por nada”, ha asegurado. Antes trabajó en restaurantes con estrella Michelin aprendiendo de grandes maestros.
Además, ha contado que para el menú de los jugadores todo está planificado. “Los proveedores ya los tenemos buscados y los menús los hacen las nutricionistas y los médicos. Cuando llegamos solo tenemos que comprobar la materia prima y quedarnos con la que más nos conviene. En este caso no nos hemos llevado nada desde España”.
¿Cómo es el menú de la selección?
Vargas ha revelado que el menú de las tres primeras semanas ya está hecho. “Lo marca Toscana Viar, la nutricionista. Es un bufet de ensaladas, otro caliente y luego fruta y un postre cada día: natillas, arroz con leche... Ahora todo es en plan healthy. Está muy cuidado”, ha asegurado.
Las ensaladas de la selección requieren de más elaboración de lo que parece, ya que llevan cerca de 60 ingredientes. Tampoco faltan nunca la pasta, el arroz, el gazpacho o el salmorejo, refleja el medio.
También hay tiempo para caprichos, entre los que la tortilla de patatas triunfa. “Después de las tres primeras semanas hay que ir cambiando más cosas para no aburrir. Ahí entro yo también a jugar un poco, a dar ideas”, ha contado, y ha añadido que el equipo no da problemas con la comida.