Así es Punggye-ri, el centro de ensayos nucleares que Corea del Norte asegura que va a desmantelar
Es el único lugar conocido de pruebas nucleares del régimen de Kim Jong Un.
La promesa del líder norcoreano, Kim Jong Un, de desmantelar el único centro conocido de ensayos nucleares de Corea del Norte pone los focos sobre Punggye-ri, una instalación secreta en la frontera con China.
Esta instalación subterránea fue el escenario de seis ensayos nucleares llevados a cabo por Pyongyang, incluido el último de septiembre. Corea del Norte anunció que volaría los túneles de acceso ante medios extranjeros entre el miércoles y el viernes.
Este desmantelamiento busca ser un gesto de buena voluntad antes de la histórica cumbre entre Kim y el presidente estadounidense, Donald Trump, previsto teóricamente el 12 de junio en Singapur.
El lugar, rodeado de cumbres empinadas, está excavado profundamente debajo de una montaña granítica de 2.000 metros de altura en Hamqyong del Norte, provincia del noreste fronteriza con China. El lugar se considera ideal para resistir las fuerzas desatadas por las explosiones nucleares.
Su existencia fue descubierta en 2006 tras el primer ensayo nuclear norcoreano, en tiempos de Kim Jong Il, el fallecido padre de Kim Jong Un. Desde entonces es vigilado mediante cámaras de satélites.
Los túneles que penetran en el lugar desde varias direcciones son visibles. El primer ensayo fue realizado en el túnel oriental, el segundo y el tercero en el túnel occidental y el resto en el túnel septentrional, según responsables de los servicios secretos.
Los ensayos realizados en este lugar han demostrado los rápidos progresos del programa nuclear norcoreano, especialmente desde la llegada al poder en 2011 del joven Kim, que ha supervisado cuatro ensayos atómicos.
La primera prueba, considerada un fracaso, liberó una potencia de solo un kilotón (1.000 toneladas), muy bajo en comparación con los 250 kilotones liberados en el sexto ensayo, realizado el 3 de setiembre de 2017, lo que supone más de 16 veces la potencia de la bomba atómica estadounidense que arrasó Hiroshima en 1945.
Pero la cercanía de Punggye-ri a China generó preocupación en Pekín. El sexto ensayo provocó un sismo percibido al otro lado de la frontera, desatando el pánico entre muchos chinos.
Los ensayos generaron crecientes temores sobre la seguridad del sitio, con advertencias de científicos chinos contra una gran amenaza radioactiva para toda la región.
Un reciente estudio de la Universidad de Ciencia y Tecnología de China dijo que el último ensayo habría provocado un derrumbamiento de rocas en el monte Mantap, bajo el cual se llevan a cabo pruebas.
Citado por Seúl, Kim descartó la idea de que el lugar quede fuera de servicio, haciendo referencia a "dos túneles adicionales todavía más grandes" y "en buen estado".
Algunos escépticos creen que el desmantelamiento del centro es una medida de cara a la galería, pues podría ser ya inservible. Otros afirman que Pyongyang ya ha aprendido todo lo que necesitaba aprender de estos ensayos nucleares realizados en el lugar.
"Ya han reunido los datos necesarios durante seis ensayos nucleares y, a menos que destruyan esos datos, existen dudas sobre la importancia de desmantelar un centro de ensayos nucleares que ya tiene tiempo", explica Go Myong-hyun, del Instituto Asan de Estudios Políticos.
Pero para Jeffrey Lewis, del Instituto Middlebury de Estudios Estratégicos, no hay pruebas de que Punggye-ri sea inservible. Para él, este desmantelamiento no consiste en "deshacerse de un sitio dañado".
El Norte afirma desde hace tiempo que sus ensayos no amenazan al medioambiente y no conllevan "ninguna fuga radioactiva".
Pero medios surcoreanos y japoneses, citando a desertores e investigadores norcoreanos, han informado de casos de exposición a la radioactividad entre los trabajadores del lugar o residentes vecinos, con casos de cáncer y de nacimientos de bebés con malformaciones.
Estas preocupaciones convencieron al ministro surcoreano de Unificación de realizar el año pasado exámenes médicos a 30 norcoreanos desertores y llegados de la región potencialmente afectada por esta radioactividad.
Cuatro de ellos, provenientes del condado de Kilju, que abarca Punggye-ri, mostraron síntomas que pueden ser atribuidos a una exposición a las radiaciones. Pero los investigadores participantes en el estudio consideraron que no podían sacar ninguna conclusión para vincular estos problemas de salud con una prueba nuclear.