En los pasillos de la Asamblea: regalos repetidos, nervios y las vacaciones de Ayuso
Lo que no se ha visto de la sesión de constitución del Parlamento madrileño.
Pasadas las nueve y media, cruzaba sola la galería de la Asamblea de Madrid. Con paso firme, chaqueta roja a lo bandera regional y vestido negro. En la puerta de cristal la esperaba Alfonso Serrano, uno de sus hombres de máxima confianza. Isabel Díaz Ayuso regresa tras su victoria arrolladora e instaurando nuevos tiempos en la Cámara de Vallecas.
“La vuelta al cole”, como confesaba unos minutos antes una diputada del PP esperando a Ayuso. Firmas y saludos. En la agenda, antes de la sesión de constitución, el PP había convocado a los suyos a puerta cerrada para recibir a a la presidenta en funciones.
Mucho zapato de charol y borlas, como las que lucía el consejero de Sanidad, Enrique Ruiz Escudero. Detrás de la mesa, escondido un regalo, envuelto en papel azul. A su llegada, aplausos y alegría. Ella contenta, feliz. Y de la mano de Pío García Escudero ha llegado la sorpresa. Un cuadro con cuatro portadas de su victoria la noche del 4-M. Todos contentos, pero ella hacía una confesión: ya le habían hecho un collage parecido hace unos días. Quedan unos minutos para la sesión: venga a la calle, sale a fumar un pitillo Juan Soler. Momentos de muchas conversaciones: Alicia Sánchez-Camacho no para, aunque en el protocolo dentro de la sala del PP la habían dejado en una esquina. Muy dicharachero también Jaime de los Santos.
Ayuso está pletórica. Y con ganas de bromear y de hacer confesiones. Antes de entrar en el Hemiciclo ha tenido una conversación informal con unos pocos periodistas. Atentos, que llegan titulares. Espera poder tener la investidura y su nuevo Gobierno trabajando en las próximas semanas... y piensa irse de vacaciones. Lleva tres años sin tomárselas, ha comentado, y este 2021 ya toca.
¿Dónde? Pues la presidenta quiere irse unos días fuera de España. No desvela el lugar por el momento. Y que se quede esos días el futuro o futura consejero de Presidencia, ha comentado. También ha relatado que los hosteleros de toda España cuando la ven la quieren invitar a algo.
Ya tiene la legislatura diseñada en su cabeza: será rápida y exprés, por lo que se va a centrar mucho en temas económicos y sociales, ha revelado. Y con otra obsesión: visitar muchos y muchos municipios. Con ganas también de esta vuelta a la Asamblea: “Estoy desentrenada”, ha bromeado. Desde dentro también le ha salido minutos después que no echa de menos a Cs.
Por el momento arranca con ese acuerdo con Vox para cederle un puesto en la Mesa de la Asamblea -aunque Rocío Monasterio ha intentado en todo momento hacer calar la idea de que no hay pacto bajo cuerda-. Pero cosas de la vida, con quien se ha saludado Ayuso con más afecto ha sido con Mónica García (Más Madrid), la principal voz de la oposición a partir de hoy, con la que se ha chocado el codo entre risas cuando se han cruzado frente al patio donde se hacen las declaraciones.
El PP está eufórico, aunque con muchos nervios internos por los futuros nombramientos. Y estrenando nueva figura: Eugenia Carballedo es la presidenta de la Asamblea y figura clave para controlar el Parlamento. Con Vox ya sin apenas luz mediática -nadie ha parado por los pasillos ni a Javier Ortega Smith-.
En el otro lado, los de más bajón eran los socialistas y los miembros de Podemos. Sin entradas triunfales. Los primeros están digiriendo todavía estar en el gallinero, viendo a Más Madrid por delante. Para supervisar este mal trago -que tendrá que liderar por el momento Hana Jalloul- han acudido los miembros con más poder de la gestora: Isaura Leal y Fran Martín.
Pero las caras más largas estaban en los diputados de Unidas Podemos, perdidos ante la situación tras la marcha de Pablo Iglesias y la renuncia a última hora de Isa Serra. Las riendas las tomarán a partir de hoy Carolina Alonso y Alejandra Jacinto. El rostro de Jesús Santos radiografiaba perfectamente el sentir morado.
Los pasillos de Vallecas vuelven a llenarse desde este martes. Aunque algunos tienes que cruzarlos todavía en muletas, como Pablo Gómez Perpinya, que sigue con las muletas por su lesión de jugar al fútbol. Hasta Ayuso le ha preguntado cómo lleva la pierna. Un fair play que durará sólo unos minutos.