Vuelve a cerrar una piscina de Toledo por la reaparición de una ameba 'comecerebros'
Una niña sobrevivió en 2018 tras verse afectada por este protozoo y los controles implantados por precaución han impedido ahora más casos.
La piscina cubierta Siglo XXI de Torrijos (Toledo), en la que una menor se infectó en mayo de 2018 del parásito conocido como ameba comecerebros, ha vuelto a cerrar sus puertas tras la aparición de una nueva ameba en el agua.
Después de recibir la recomendación de clausurar la instalación por parte de la Consejería de Sanidad, se procedió al cierre inmediato de la piscina, en cuyo vaso pequeño se detectó un protozoo o ameba en su primera fase de crecimiento, ha explicado este viernes en rueda de prensa el alcalde de Torrijos, Anastasio Arevalillo.
Desde que el pasado octubre la Consejería confirmara que la piscina volvía a ser apta para el baño, “periódicamente han continuado realizándose cada mes estrictos controles”, cuyos resultados han sido óptimos, salvo en el último análisis, lo cual ha motivado “la recomendación, que no obligación” de cerrar, ha añadido.
En fase inicial
Este tipo de parásitos tienen tres etapas de crecimiento, siendo en la tercera, en su fase adulta, cuando pueden producirse contagios, ha detallado el alcalde.
El organismo detectado lo ha sido en su primera fase, en la de quiste, “sin conocerse aún en qué tipo de ameba podrá transformarse al desarrollarse”, teniendo en cuenta que hay treinta tipos de amebas en las que puede derivar ese quiste y solo una de ellas es la peligrosa.
“A lo mejor dentro de dos o tres semanas nos dicen que lo que se está desarrollando es una ameba, no la perjudicial, sino otra de las veintinueve restantes, pero ante el indicio de que una de esas treinta está creciendo sin saber si es la más perjudicial o no, hemos decidido cerrar por precaución”, ha señalado.
Arevalillo ha agregado que, desde que en 2018, poco antes de iniciar la temporada de verano, se cerrara la piscina por el contagio de la menor -que se ha recuperado satisfactoriamente-, se han extremado las medidas de seguridad y, además de invertirse 100.000 euros para mejorar las condiciones de la instalación, se han seguido todas las recomendaciones de subir el cloro y bajar la temperatura en el agua para evitar la aparición de organismos.