Menos fritos, sal y azúcar: Garzón quiere comedores escolares más saludables
El titular de Consumo apuesta por menús con al menos un 45% de frutas y verduras y un 5% de productos ecológicos. La propuesta se aplicará en los centros educativos públicos, concertados y privados.
El Ministerio de Consumo quiere que los menús escolares sean saludables, con productos de proximidad, ecológicos y con prioridad de aquellos respetuosos con el medio ambiente y el bienestar animal.
Para su diseño, ha sacado este jueves 15 de septiembre a audiencia pública un proyecto de real decreto, que prevé aprobar el segundo semestre de 2023 para fomentar una alimentación saludable y sostenible en los centros educativos públicos, concertados y privados de segundo ciclo de Infantil, Primaria, ESO, Bachillerato, FP y Educación Profesional.
Los interesados, según han informado fuentes del Ministerio de Consumo a Europa Press, tendrán un plazo de quince días hábiles para hacer comentarios y presentar propuestas de mejora.
El objetivo de esta iniciativa es garantizar el acceso a una alimentación y nutrición de calidad, saludable y sostenible; elevar el nivel de protección de la salud de los escolares e introducir criterios nutricionales y de sostenibilidad para la contratación, adquisición y oferta de alimentos y bebidas en los centros educativos.
En el proceso de elaboración de este real decreto, Consumo ha consultado a las comunidades autónomas y a las entidades representativas de los sectores afectados.
Más horno y vapor frente a menos fritos y rebozados
Esta medida busca fomentar la dieta mediterránea basada en alimentos frescos, de temporada y de proximidad, así como de técnicas culinarias saludables (horno, vapor o plancha frente a fritos o rebozados).
También apuesta por la utilización de al menos un 45% de frutas y verduras de temporada y proximidad en la elaboración de los menús escolares, así como por un aumento, hasta un mínimo del 5%, de los alimentos de producción ecológica y da prioridad a aquellos cuya producción sea respetuosa con el medio ambiente y el bienestar animal.
Menos sal y azúcar
Asimismo, tiene como finalidad la reducción de residuos y el desperdicio alimentario; la disponibilidad de menús especiales, tanto por diagnóstico médico (alergias, intolerancias) como por motivos culturales, éticos o religiosos; o incluir AOVE para los aliños y aceite de oliva o aceite de girasol alto oleico para cocinar y freír.
El decreto buscará además reducir la sal, los concentrados, los potenciadores de sabor, las salsas y el azúcar en las preparaciones; y fomentará el uso de jarras de agua potable, del grifo, en las mesas de los comedores, salvo que no sea posible por motivos de suministro.