La UE y Reino Unido cierran un acuerdo comercial al límite tras el Brexit
Ambas partes evitan una ruptura unilateral de relaciones a una semana de que acabara el plazo legal.
A siete días del límite y en Nochebuena, llegó el ‘milagro’ de la Navidad. La Unión Europea y el Reino Unido han evitado la entrada en vigor de un Brexit ‘a las bravas’ y han cerrado un acuerdo comercial y político antes del 31 de diciembre, fecha marcada como final para evitar una ruptura unilateral de relaciones.
El pacto, cerrado tras once meses de intensas negociaciones (coronavirus de por medio), regula los tratos comerciales y competenciales entre Reino Unido y la UE tras el final del periodo de transición del Brexit, decretado el pasado 31 de enero. En este tiempo, la legislación comunitaria ha seguido en vigor en las islas, con una moratoria legal que nació con fecha de caducidad y por el que ambas partes han estado peleando desde que la población británica votó ‘sí’ a dejar la Europa comunitaria en 2016.
Por ello, en los últimos días los negociadores han tenido que pisar el acelerador; también Boris Johnson y Ursula von der Leyen, que hoy han vendido la alianza como un triunfo particular. Todo lo hablado en los últimos meses y años había servido de poco hasta estas últimas semanas, cuando las posturas se han acercado en todas las áreas acuciadas por la falta de tiempo. Incluso, en materias conflictivas como la gobernanza, las cuestiones competenciales y el sector pesquero, el último de los puntos en solucionarse.
En palabras del premier británico, Reino Unido va a tener con la UE “un acuerdo al estilo de Canadá”, aunque todavía se desconocen los detalles del documento de más de 500 páginas que deja el Brexit por escrito.
“Valió la pena luchar por este trato. Tenemos un acuerdo justo y equilibrado con el Reino Unido. Protegerá nuestros intereses de la UE, garantizará una competencia leal y brindará previsibilidad a nuestras comunidades pesqueras. Europa avanza ahora. Es hora de dejar el Brexit atrás”, ha defendido Ursula, von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.
De inmediato, Boris Johnson también ha dejado muestra de su satisfacción a su peculiar modo. “Se ha alcanzado un acuerdo”, escribió en Twitter sobre una foto de él sentado en una mesa con los brazos alzados, los pulgares hacia arriba y una amplia sonrisa.
En una rueda de prensa, el líder conservador se ha felicitado por haber logrado “un acuerdo bueno para nosotros y para nuestros amigos europeos”. En un tono conciliador, el británico ha destacado que la ‘separación’ no es total. “El país seguirá unido histórica, emocional, estratégica y geográficamente a Europa”.
En un tono más oficialista, el Gobierno británico había emitido minutos antes un comunicado de urgencia en el que definía el acuerdo como “una noticia fantástica para familias y negocios de todo el Reino Unido”. “Hemos recuperado el control de nuestro dinero, nuestras fronteras, leyes, acuerdos y aguas pesqueras. Ya hemos logrado el Brexit y ahora podemos aprovechar las fantásticas oportunidades disponibles para nosotros”, expresaba la cuenta oficial del 10 de Downing Street.
La cuestión pesquera, algo más que una dificultad
Los detalles finales no se han rematado hasta bien entrado el jueves 24, debido a las discrepancias en torno a la gestión pesquera, por el obstáculo del acceso a las aguas británicas para la flota europea.
Bruselas quería mantener una cuota de poder y de maniobra elevada en la zona y planteaba una escasa reducción en la presencia de embarcaciones comunitarias, a un plazo de siete años. Los términos de Johnson eran más exigentes: recorte más severo y en menos tiempo. Las aguas, al fin, se han calmado.
A la carrera, otra vez
La tardanza en cerrar un acuerdo satisfactorio para las dos partes hace imposible seguir el protocolo previsto en forma y plazo. La UE deberá convocar de urgencia a los embajadores de los 27 miembros para informarles del resultado. Una vez informados los representantes, cada estado tendrá un plazo de 24 o 48 horas para examinar las cuestiones legales y dar su visto bueno o manifiesten sus discrepancias.
Esta última vía podría ralentizar más, si cabe, los tiempos del Brexit y podría darse una “aplicación provisional” del acuerdo hasta la reunión del Parlamento Europeo, prevista para el 18-21 de enero. La Eurocámara deberá someter a votación la ratificación del documento.