A favor y en contra de romper el gobierno de coalición
Brota la duda, sobre todo entre los socialistas: quizá sea más rentable para el PSOE romper el Gobierno de coalición.
Bajo tanto ruido ensordecedor de los políticos, brota la duda, sobre todo entre los socialistas: quizá sea más rentable para el PSOE romper el Gobierno de coalición y celebrar las elecciones generales con las municipales y autonómicas, el 28 de mayo.
Las broncas dentro de un Gobierno de coalición que ahora es un tripartito no van a bajar de volumen. La situación entre Yolanda Díaz y Pablo Iglesias no tiene remedio, se van a destrozar, así que sectores socialistas y partidos de la izquierda vuelven a preguntarse con temor si adelantar las generales no sería sensato.
Argumentos a favor de generales con municipales y autonómicas el 28 de mayo
1. El Gobierno ya es un tripartito, con un ruido ensordecedor provocado por Pablo Iglesias. Las guerras internas deslucen los logros en las leyes.
2. Si las cosas no le van bien al PSOE de Pedro Sánchez en las municipales y autonómicas del 28 de mayo, el presidente será un pato cojo hasta noviembre o el 10 de diciembre, fecha límite para las Elecciones Generales.
3. La relación entre Pablo Iglesias y Yolanda Díaz —Podemos y SUMAR— es irreconciliable, por mucho que los socialistas y los partidos a la izquierda del PSOE esperen que mejore, la situación no va a hacer más que deteriorarse, deprimir y desactivar al votante a la izquierda del PSOE.
4. La relación de Podemos con el PSOE tampoco va a mejorar. Podemos puede tensar la maquinaria para ir a las generales con una Ley de vivienda y una Ley Trans de la que puede hacer bandera, porque los socialistas no han querido ser progres. Para Iglesias e Irene Montero es más interesante hacer bandera de nuevo de estas leyes que aceptar enmiendas que no les satisfacen.
5. La economía va bien para desesperación del PP y Vox; la subida de las pensiones afianza el voto de los pensionistas para el PSOE. Pero si en primavera Putin retoma la guerra con mayor intensidad —ahora parece que pretende hibernar, aunque todo análisis aquí es una lotería— los logros económicos pueden fastidiarse para el otoño. Ahora están vivos y se pueden sentir hasta la primavera.
6. La violencia de Vox, los exabruptos que los fascistas vuelcan en el Congreso cuando revientan los plenos, favorece a Podemos. Moviliza a los votantes de Pablo Iglesias, de quien sus antiguos colaboradores dicen que tiene asumido que las izquierdas pierden; que el proyecto del ex vicepresidente, quien fuera la gran esperanza blanca de la izquierda y de tantos miles de jóvenes, ahora es afianzar su grupo mediático —Canal Red— y hacer pasquines de los periodistas que le irritan; sobre todo de los que en su día le jalearon y terminaron descubriendo al auténtico Pablo.
7. Es importante determinar quién va a rentabilizar mejor la ruptura del Gobierno de coalición: Iglesias o Pedro Sánchez. Por ahora le interesa más a Iglesias, porque reivindicará la mayoría de la agenda social de este Gobierno, 177 iniciativas legislativas. Aunque Díaz ahí se batirá también el cobre en el terreno laboral. Pablo Iglesias arriesga mucho el 28 de mayo, entre otras cosas su ira y estado anímico. Solo pensar que puede tener que ver en un próximo gobierno con Sánchez y Yolanda Díaz e Iñigo Errejón como ministros, le puede dar un jamacuco.
Argumentos en contra de elecciones generales el 28 de mayo
1. Si hubiera elecciones generales en mayo habría una cacofonía entre los candidatos de gobierno central y autonómicos, nada positiva para los barones socialistas ni para Pedro Sánchez.
2. El presidente del Gobierno sigue confiando mucho en el efecto beneficioso de los fondos europeos con la consiguiente mejora de los datos económicos, aunque la guerra de Ucrania es una variable imposible de cuantificar.
3. El mismo Sánchez cree en unos resultados aceptables en autonómicas y municipales, consolidado por la mejora del empleo, los datos de inflación, la cronificación de la guerra. Se aferra a la mejora del PSOE en las encuestas, han parado la caída.
4. Alberto Núñez Feijóo se desinfla sin remedio y el PSOE cree que esa tendencia va a ir en aumento con la inestimable ayuda a Sánchez de Isabel Díaz Ayuso.
5. Los socialistas y los otros partidos a la izquierda del PSOE miran los exabruptos de Díaz Ayuso como un revulsivo entre los votantes moderados del centro, también en los autonomías, donde la presidenta de Madrid tiene fans radicales —los de Vox entre otros— pero su modelo no es exportable fuera de la antipática capital. Resultado: potenciar a Ayuso frente a Vox y Feijóo sería rentable para el PSOE, piensan en Ferraz.
6. En la sede central del PSOE valoran que si superan estos momentos de confrontación y sacan adelante proyectos como la vivienda o el Tribunal Supremos apoya una aplicación razonable de la ley del “sí es sí”, pueden mejorar el voto.
7. Pedro Sánchez y los suyos tienen que pensar por ellos y por todos los partidos a su izquierda, empezando por lo más importante: el proyecto SUMAR de Yolanda Díaz. Disolver y dejar a Díaz sin la única plataforma que tiene, el Ministerio de Trabajo, sería un desastre y daría armas a Pablo Iglesias.
8. La presidencia de la UE para España, que comienza en junio y acaba en diciembre. No por ir en último lugar es menos importante. Al contrario, para el presidente del Gobierno es el argumento definitivo: confía mucho en que el semestre presidiendo la UE, con su palmito paseando por todas las capitales europeas y una guerra en desgaste, hablando un inglés que Feijóo el hombre desconoce, será muy rentable para su partido y el propio Sánchez.
El ‘olfato’ de Sánchez
Cierto, hemos escogido los argumentos recopilados entre politólogos y diputados, la lista sería interminable en datos a favor y en contra si bajamos al detalle, pero hay uno que no es evaluable y asombrosamente mencionado por señorías socialistas y de otros partidos de izquierda: el olfato de Pedro Sánchez, con argumentos como que “hasta ahora no se ha equivocado”.
¿En serio? Se equivocó en lo más importante: lo que eran capaces de hacer los suyos contra él. Y también en que ha podido dormir en La Moncloa sentándose con Iglesias en el Consejo de Ministros.