90 fotos, 25 conflictos y siempre la mujer en la diana: la mirada de Gervasio Sánchez
El fotoperiodista publica 'Violencias, mujeres, guerras', con historias que relatan los patrones de violencia que viven las mujeres en los conflictos y las grandes catástrofes.
La violencia se practica de forma sistemática, brutal y generalizada contra las mujeres y las niñas en los conflictos armados. Guerras recientes, como las vividas en la exYugoslavia, Ruanda, Sierra Leona, Liberia, Nepal o Afganistán se han caracterizado por el acusado grado de violencia contra ellas.
Se calcula que el 70% de las bajas registradas en los conflictos más cercanos en el tiempo, entre quienes no eran combatientes, correspondía principalmente a estas mujeres, a estas niñas las niñas. Son datos de Naciones Unidas. Hasta medio millón de mujeres fueron víctimas de violaciones en Ruanda durante el genocidio de 1994, aproximadamente 60.000 fueron violadas en la guerra que tuvo lugar en Croacia y Bosnia y Herzegovina, y se estima que en Sierra Leona se produjeron 64.000 incidentes de violencia sexual contra las mujeres y las niñas relacionados con la guerra entre 1991 y 2001. Por poner tres ejemplos de peso. Hoy siguen siendo esclavas del Estado Islámico, están sometidas a los talibanes recién regresados al poder en Kabul o tratan de salvar la vida a sus hijos malnutridos en Yemen.
Además de bombas y proyectiles que caen sobre las vidas de las mujeres y las niñas, sus cuerpos son también campos de batalla para milicianos armados faltos de escrúpulos y para sus secuaces, así como para quienes aprovechan el caos de la guerra, a fin de desatar la violencia contra los miembros más vulnerables de sus comunidades.
En ellas ha puesto el foco durante toda su carrera el periodista y fotógrafo Gervasio Sánchez, quien en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, presenta ahora su última obra, Violencias, mujeres, guerras, con decenas de historias que relatan los patrones de violencia que viven las mujeres en los conflictos abiertos y en las grandes catástrofes humanitarias.
Son 90 fotografías que reivindican las historias estas víctimas civiles y muestran que los conflictos armados no acaban cuando aquellas finalizan. Historias que ponen de relieve que la consecución de la paz y el fin de la violencia pasa necesariamente por aplicar perspectiva de género en la búsqueda de soluciones a los conflictos internacionales y por la igualdad entre mujeres y hombres.
Las mujeres y niñas sufren graves desigualdades a lo largo y ancho del planeta, que se agravan en situaciones de conflicto armado; hasta 25 se recuerdan en la publicación, acontecidos entre 1984 y 2017. “Las guerras dejan a las mujeres en una situación muy vulnerable ante la pobreza y el acceso a los recursos económicos. Los servicios básicos de salud y de atención materno-infantil se desmoronan, la violación es utilizada como arma y agresión entre contendientes y la violencia de género, la trata de seres humanos, y el matrimonio infantil se exacerban durante el conflicto”, recuerda Blume en la nota de prensa sobre el libro, que ve la luz en colaboración con el Instituto Aragonés de la Mujer (IAM). “Casi la mitad de las personas desplazadas por la violencia en el mundo son mujeres y a menudo atraviesan mayores dificultades por motivos de género en estas situaciones”, concluye.
QUIÉN ES GERVASIO SÁNCHEZ
Gervasio Sánchez es periodista desde 1984. Sus trabajos se publican en Heraldo de Aragón, El País y La Vanguardia; colabora con la cadena SER y la BBC. Es autor de varios libros fotográficos, entre ellos Mujeres Women: Afganistán (junto a Mónica Bernabé), Activistas por la vida, Antología, Kosovo, Niños de la guerra, Sierra Leona. Guerra y paz, La caravana de la muerte. Las víctimas de Pinochet, Latidos del tiempo, Vidas minadas y Sarajevo 1992-2008 (Blume).
Ha sido merecedor de los premios Cirilo Rodríguez, Club Internacional de Prensa, Andalucía de Cultura, Derechos Humanos de Periodismo, Liber Press, Javier Bueno y Joan Alsina de Casa América Cataluña; las instituciones aragonesas le concedieron la Medalla de Oro de Santa Isabel de Portugal y la Medalla al Mérito profesional.
En 2008 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por la fotografía Sofía Elface Fumo con su hija Alia y en 2009 el Premio Nacional de Fotografía. En abril de 2011 recibió el Premio Internacional Julio Anguita Parrado por “su independencia, su excelencia periodística y por ser capaz de mantener una clara conciencia cívica y un permanente compromiso cívico”. El jurado también quiso “reconocer en su figura el valor del trabajo de los reporteros gráficos”.
En mayo de 2011 recibió la Gran Cruz de la Orden Civil de la Solidaridad Social, y en 2021 le fue concedido el IX Premio Internacional de Periodismo Cátedra Manu Leguineche. Es enviado especial por la paz de la UNESCO desde 1998.