8-M: una coalición feminista que no termina de sacar las grandes leyes de igualdad
PSOE y Unidas Podemos, a la gresca interna y luchando contra la demonización de la derecha.
Los flashes no paran, el ruido de las cámaras es casi ensordecedor. En el centro, Carmen Calvo e Irene Montero. Es 13 de enero de 2020 y la vicepresidenta primera le va a ceder la cartera de Igualdad a la flamante ministra. Detrás observan el momento Meritxell Batet, Fernando Grande-Marlaska, Carolina Darias, Luis Planas y Alberto Garzón. Aplausos y sonrisas, incluso inclina la cabeza la nueva titular ante su predecesora.
Calvo sonreía pero tenía tristeza en el fondo, había perdido la competencia de Igualdad, una materia que le entusiasma y por la que ha luchado durante toda su carrera. Feminista histórica cuando todavía esas ideas no estaban en primera línea, incluso durante las primeras negociaciones se le había ‘olvidado’ ofrecer ese Ministerio a UP.
En el feminismo, sostiene al tomar la palabra Calvo, son muy importantes también “los relevos generacionales”. Y añade: “Es muy importante que para quienes descubren el feminismo de manera absolutamente imprevista y de manera corta sepan el trabajo de años del movimiento feminista en nuestro país”. Con la defensa del papel “nuclear” de las políticas feministas en un Gobierno progresista. Habla de las dos generaciones y apela a trabajar “unidas y solidarias”. “Tienes un tajo en el que también estaremos todas”, le lanza el guante. Se abrazan y besan.
La sala estaba abarrotada, nadie sabía lo que venía, cuesta ver esas imágenes del Ministerio hoy. Nadie hablaba del extraño virus que estaba surgiendo en China. Un año de pandemia, que tuvo como uno de sus últimos actos multitudinarios la manifestación del 8-M, utilizada por la derecha y la ultraderecha como arma contra el feminismo y buscando su identificación con el origen del contagio masivo. Un asunto que llegó incluso ante los tribunales, pero que el juez archivaría finalmente al no ver causa de delito en la aprobación por parte del delegado del Gobierno en Madrid.
Un año después el movimiento feminista se encuentra con una realidad muy diferente dentro del Gobierno a la que se había proclamado en el nacimiento de la coalición: PSOE y Unidas Podemos están enfrentados por las leyes más importantes, no se ha sacado ninguna de las grandes normas prometidas y la disputa se ha llevado también internamente al Parlamento entre los socios al Gobierno.
Las tres grandes leyes que planea Igualdad no se han aprobado todavía en el Consejo de Ministros: ley trans, ley LGTBi y la ley del ‘sí es sí’. Además, los socialistas han lanzado a la tramitación en solitario en el Congreso la conocida como ‘ley Zerolo’, que en su primer paso de admisión a trámite no fue apoyada por los morados (que se abstuvieron finalmente después de intentar frenarla).
Dos maneras de entender el feminismo. En la parte socialista se habla de que las leyes preparadas por UP no están bien redactadas ni son seguras cien por cien en términos jurídicos. Por eso comentan que los retrasos se deben a afinar bien las normas, pero desde Unidas Podemos acusan a los socialistas (y en especial a Calvo) de ser poco valientes y de torpedear las leyes por una visión más clásica.
Unidas Podemos ha estado presionando hasta el último momento para intentar aprobar la ley del ‘sí es sí’ en el Consejo de Ministros antes del 8-M, pero no lo ha conseguido. Además, la norma acaba de llevarse un varapalo por parte del Consejo General del Poder Judicial, que ha emitido un polémico informe cuestionando los dos puntos clave: la redacción del consentimiento expreso y la supresión de la distinción entre abuso y violación. Los ‘morados’ insisten en que seguirán con la ley pero no le ponen fecha, a la vez que recuerdan que el Poder Judicial se mostró en su día contrario a normas como la ley del matrimonio homosexual o contra la violencia de género (en la época de José Luis Rodríguez Zapatero).
Desde Igualdad recuerdan que la pandemia retrasó mucho los proyectos legislativos al paralizarse los trámites de audiencia pública. La norma se retomó en julio y se mandó al Consejo General del Poder Judicial posteriormente en octubre, con la suposición de emitir informe a finales de noviembre. Pero ha habido más de tres meses de retraso por parte del órgano presidido por Carlos Lesmes, dicen fuentes del departamento de Irene Montero.
El informe oficialmente llegaba al Ministerio el pasado martes, y en el Ministerio están en el proceso de analizarlo. Y avisan: no se va a tocar nada del consentimiento ni de la distinción entre abuso y violación porque son demandas del movimiento feminista. Pero sí que se van a ver todas las observaciones que se hacen por si hay algo pertinente. Luego irá al Consejo de Estado, con la previsión de Igualdad de que vaya al Consejo de Ministros a finales de abril o mayo.
El enfrentamiento entre las dos facciones dentro del Gobierno lleva meses instalado también por la ley Trans, con la vicepresidenta Calvo pidiendo “seguridad jurídica” para aprobarla. Hay que tener en cuenta que ella tiene un papel clave al presidir la comisión de secretarios de Estado y de subsecretarios, el órgano que da el visto bueno antes de que vaya al Consejo de Ministros. “A mí me preocupa fundamentalmente la idea de pensar que el género se elige sin más que la mera voluntad o el deseo, poniendo en riesgo, evidentemente, los criterios de identidad del resto de los 47 millones de españoles”, sostenía recientemente la ‘número dos’ del Gobierno.
Desde La Moncloa se niega tajantemente que se estén paralizando las leyes trans y LGTBi y hablan en todo momento de que hay que enriquecerlas legalmente y escuchar a los distintos ministerios implicados al ser normas complejas. Desde Unidas Podemos, en cambio, denuncian que las normas están “bloqueadas” por Calvo, que las tiene en su mesa desde enero y no ha hecho ninguna propuesta concreta sobre la autodeterminación de género, que “es el punto de debate que tiene el PSOE dentro”. “Siguen sin dar ninguna señal, ni parece que quieran reunirse o negociar”, señalan desde Igualdad. Además, recuerdan que estas dos leyes están especificadas en el acuerdo de Gobierno firmado por Pedro Sánchez y Pablo Iglesias.
Aunque faltan por sacar estas leyes, en Igualdad se muestran orgullosas del trabajo que se ha hecho durante este año y recuerdan la ONU felicitó a España por las medidas puestas en marcha durante el estado de alarma y el confinamiento por los planes de contingencia contra la violencia machista. Además, ponen en valor los reglamentos de planes de igualdad y de transparencia salarial aprobados.
Una coalición feminista… a la espera de las grandes leyes.