50 años rescatando nucleares en España
Todo comenzó en 1968 con la inauguración de la primera nuclear en España, Zorita (Guadalajara), hace ya la friolera de 50 años. El ambicioso plan de construcción nuclear en los 70, fue paralizado en el Plan Energético Nacional (PEN) de 1983, la caída de la demanda y el incremento de los costes financieros motivaron el primer rescate financiero, que se llamó moratoria nuclear y que nos ha costado cerca de 6.000 millones. Esta factura la hemos acabado de pagar en 2015, aunque la moratoria desapareció en 1997. Por este concepto Iberdrola ha recibido 3.256 millones; Endesa unos 1.070 millones y Fenosa 42 millones.
El segundo rescate llegó en 1988, cuando se creó un marco legislativo para regular las tarifas eléctricas, el llamado Marco Legal Estable (MLE), que trataba de asegurar la recuperación de las inversiones de las eléctricas tras la burbuja financiera que habían creado el Gobierno salvó nuevamente a los endeudados, las eléctricas, y sus prestamistas, la banca, que a su vez eran accionistas de las primeras.
El tercer apoyo viene de la mano de ENUSA, la empresa pública encargada de mantener el stock de uranio. Desde el año 2001 se lo pagan las eléctricas, pero hasta entonces lo hemos costeado con la tarifa. Se estima que entre 1998 y 2001 ascienden a 14 millones de euros.
El cuarto apoyo viene de la mano de los insignificantes e insuficientes seguros de responsabilidad civil, que en definitiva suponen una importante subvención. Desde 2011 en España el importe asciende a 1.500 millones de euros, pero la empresas aseguradoras sólo cubren 1.200 millones, es decir que el Estado se hace cargo del resto, pero lo más grave es que el coste en indemnizaciones por un accidente nuclear que estimó la Comisión Europea es del orden de 186.000 millones de euros.
Como todas sabemos la industria nuclear tiene una peculiaridad y es que genera residuos radiactivos. La gestión de los mismos se realiza a través de la empresa pública Enresa que hasta 2005 se financia con la parte regulada de la tarifa, entre 2005 y 2010 los consumidores pagaban los residuos generados antes de 2005, y las propietarias los generados posteriormente; y desde 2010 la tarifa se encarga solamente los costes de las nucleares que han cerrado antes de 2010.
Resumiendo: los residuos y el desmantelamiento de Zorita y Vandellos I lo pagamos nosotros, los residuos producidos por las demás nucleares desde 1965 hasta 2005 también lo pagamos nosotros, y el resto está por ver si lo pagan las eléctricas.
A día de hoy se estima que harán falta un total de 20.200 millones de euros como poco, según el obsoleto y desactualizado plan de Enresa. Aún así el Fondo de Enresa es insuficiente y, a pesar de que la vida útil de las centrales en nuestro país ya está muy avanzada, ni siquiera alcanza el 30% y es el porcentaje más bajo de los países europeos occidentales. Está por ver si en unos años, cuando se cierren las centrales, tendremos que volver a rescatar a las eléctricas a cuenta de sus nucleares.
Sin considerar que además de lo anterior hay que sumar otro tipo de ayudas que son generales al sistema eléctrico, tales como los beneficios caídos del cielo, los Costes de Transición a la Competencia, los pagos por capacidad, los beneficios derivados del sistema de subastas, etc.., es justo pedir que dejen de meter mano en nuestro bolsillo, y que abandonen los combustibles sucios, caros y peligrosos.