15 películas con un final tan enrevesado como 'Tenet'
El director Christopher Nolan es un experto en largometrajes difíciles de entender. Las explicaciones, a sus cintas (y otras)... ¡con spoiler!
Christopher Nolan lo ha vuelto a hacer. El director es un experto en rodar películas en las que el espectador tiene que estar atento sí o sí. Aunque eso no garantiza que se entienda el final a la primera. Títulos como Memento, Origen o la recientemente estrenada Tenet lo demuestran.
Esta última también ha sido todo un éxito en taquilla. Tenet, protagonizada por John David Washington y Robert Pattinson, ha recaudado más de 20 millones de dólares en Estados Unidos y más de 146 en todo el mundo (123 millones de euros).
La película, con un presupuesto de 200 millones de dólares, llegó a las salas en plena pandemia y se ha convertido en el primer gran triunfo en Estados Unidos desde que los cines cerraron en marzo. En España, alcanzó el número uno el día de su estreno (26 de agosto de 2020).
Tenet cuenta la historia de un hombre que, armado con sólo una palabra (Tenet), debe luchar por salvar el mundo. Para ello se embarca en una misión con la que se adentra en el universo del espionaje internacional y en los juegos del tiempo invertido.
Con esta premisa, no sorprende que no todo el mundo haya entendido el final. De ahora en adelante, todo son spoilers.
La explicación del final: en la película, el tiempo discurre en ambas direcciones, como la propia palabra (Tenet), que tiene la misma lectura de izquierda a derecha que de derecha a izquierda. El protagonista debe parar los planes de un traficante de armas que se comunica con el futuro. Para ello, tiene que jugar con el tiempo antes de que el Algoritmo que debe conseguir destruya la Tierra. Desde el futuro, se envía a un agente con el tiempo invertido para anticiparse a los hechos. En el tiempo lineal, el protagonista va consiguiendo las piezas para formar ese Algoritmo. En ambos casos, la persona es la misma. De hecho, él mismo se asignó desde el futuro la misión de recuperar las piezas.
Esta es la explicación de Tenet, pero la cinta de Nolan no es ninguna precursora en el cine que no se entiende a la primera. Aquí, otros 15 ejemplos de películas que no resultaron fáciles en su estreno.
2001: Una odisea en el espacio (1968), de Stanley Kubrick
A pesar de ser enrevesada, la película de Stanley Kubrick es historia del cine. En ella, unos primates descubren un monolito con el que aprenden por intuición a utilizar huesos como herramientas y desarrollan una inteligencia superior. Millones de años después, en 2001, se encuentra otro monolito enterrado en la Luna. En la tercera parte, un astronauta —David Bowman (Keir Dullea)— se enfrenta a la inteligencia artificial de una máquina que piensa por sí misma y controla todos los sistemas de la nave espacial en la que viaja como tripulante.
Explicación del final: un monolito absorbe al astronauta y viaja en el tiempo, hasta convertirse en un feto que mira la Tierra desde el espacio. El monolito hace que la historia avance y se puedan narrar tres hechos: la evolución del hombre, la conquista del espacio y el desarrollo tecnológico.
Taxi Driver (1976), de Martin Scorsese
Travis Bickle (Robert De Niro) trabaja como taxista en turno de noche para soportar el insomnio que sufre. Sus escasas habilidades sociales hacen que pase los días en el cine y que se obsesione con la violencia de la ciudad y con los inmigrantes, los gays y los mendigos. Además, está encandilado con una chica que trabaja como voluntaria en una campaña política a la que él no le interesa y se enamora de una prostituta menor de edad.
Explicación del final: Travis muere en el tiroteo del burdel y las escenas en las que se presenta como un héroe por haber defendido a la prostituta de ‘su chulo’ es lo que él ve durante sus últimos segundos de vida. Muere creyendo ser el héroe de Nueva York.
Blade Runner (1982), de Ridley Scott
La película se inspira en lo que era entonces un futuro lejano, noviembre de 2019. Rick Deckard (Harrison Ford) es un expolicía que debe capturar a replicantes ‘rebeldes’, unos robots idénticos al hombre pero más ágiles y fuertes, que se niegan a ser desactivados. Fueron creados por una gran corporación. Deckard se enamora de Rachel (Sean Young), una replicante de nueva generación que no sabe que lo es porque sus recuerdos se han manipulado.
Explicación del final: el expolicía vence al líder de los replicantes rebeldes y huye con Rachel. Cuando llegan a su casa, encuentran un unicornio de papel de aluminio. Deckard, que soñaba con unicornios, también es un robot manipulado. Su memoria también fue recreada.
Memento (2000), de Christopher Nolan
Leonard (Guy Pearce) tiene la memoria dañada de manera irreversible por haber sufrido un golpe en la cabeza cuando intentaba evitar el asesinato de su mujer. Fue violada antes de morir. Esa es la última escena que recuerda. Para intentar averiguar qué paso, recurre a una cámara y a tatuajes a modo de notas.
Explicación del final: Teddy (Joe Pantoliano), el principal sospechoso del asesinato, no es el culpable. Utilizaba a Leonard para estafar a traficantes de drogas. Fue Leonard quien realmente mató a su esposa, que era diabética, de manera accidental. La mujer sobrevivió a la violación, pero murió por una sobredosis de insulina.
Donnie Darko (2001), de Richard Kelly
Donnie (Jake Gyllenhaal) es un estudiante inteligente, introvertido y con mucha imaginación. El joven empieza a tener alucinaciones con Frank, un conejo perverso que le dice que el mundo se acabará en unos días. Cuando la turbina de un avión aplasta su habitación, comienza a seguir sus órdenes.
Explicación del final: Frank atropella a la chica de la que Donnie está enamorado, y éste le mata. Al final, la historia retrocede y se ve al protagonista sonreír en su cama, justo antes de que la turbina del avión le aplaste. Cuando al principio de la película sobrevive, la realidad se altera, por eso debe provocar su muerte. Es la forma particular en la que el director Richard Kelly habla del final de la adolescencia.
Mulholland Drive (2001), de David Lynch
Betty Elms (Naomi Watts) se muda a Los Ángeles con su tía para ser actriz. Allí se enamora de Rita (Laura Harring), que ha perdido la memoria tras sufrir un accidente en Mulholland Drive. Ambas investigan su pasado y fracasan en la lucha por conseguir un papel en una película porque el director elige a otra actriz, Camilla (Melissa George).
Explicación del final: en las últimas escenas en las que aparece Rita, en realidad se llama Camilla, mientras que Betty es Diane, que contrata a un asesino a sueldo para que acabe con Camilla. Betty (o Diane) se acaba suicidando. Todo está en la mente de Diane, que no ha logrado ser una actriz de éxito y admira obsesivamente a Camilla.
La fuente de la vida (2006), de Darren Aronofsky
Tom (Hugh Jackman) es un médico que quiere curar a su mujer Izzi (Rachel Weisz), enferma de cáncer. Para ello viaja dos veces en el tiempo con la intención de encontrar la savia de un árbol que proporciona la inmortalidad. La primera vez viaja al pasado, a la España del siglo XVI, y la segunda al futuro, al siglo XXVI. Mientras, su mujer escribe la historia del conquistador Tomás Verde, que viaja también para encontrar la fuente de la vida eterna y dársela a la reina Isabella.
Explicación del final: Jackman interpreta a tres personajes: al médico, al conquistador y a un astronauta que transporta la corteza del árbol de la inmortalidad al espacio. El médico encuentra finalmente la savia y medio siglo después se reencuentra con Izzi en el espacio.
Origen (2010), de Christopher Nolan
Un equipo de espías utiliza una técnica de inducción al sueño que genera cuatro niveles de fantasía para conseguir información a través de la mente. Quiere dar con un arquitecto que diseñe un mundo perfecto en esos niveles de fantasía. Cuando el protagonista, Leonardo DiCaprio, vuelve al mundo real, duda entre si sigue soñando o si de verdad ha recuperado su vida.
La explicación del final: su empeño en encontrar ese mundo perfecto hace que todo lo que ve sea un sueño, fruto de su imaginación. El protagonista es feliz en ese nivel.
Shutter Island (2010), de Martin Scorsese
La película está basada en la novela homónima de Dennis Lehane, autor de Mystic River y Adiós pequeña adiós, también adaptadas al cine. Cuenta la historia de dos agentes judiciales, Teddy Daniels (Leonardo DiCaprio) y Chuck Aule (Mark Ruffalo), que viajan en 1954 a un hospital psiquiátrico penitenciario situado en una isla. Su misión es investigar la desaparición de una paciente y peligrosa asesina.
Explicación del final: Teddy no es un detective, sino un paciente sometido a una terapia experimental, y su compañero es su médico. Teddy había matado a su mujer después de que ella asesinara a sus hijos, por eso aparece en sus recuerdos. Aunque muchas teorías aseguran que el personaje realmente estaba muy cuerdo y se inventó una vida para sobrevivir. Su última frase antes de que le sometan a una lobotomía es una reflexión en forma de pregunta: ”¿Piensa que sería peor vivir como un monstruo o morir como un hombre bueno?”. De ahí se interpreta que es consciente de lo que hizo.
Cisne negro (2010), de Darren Aronofsky
Nina (Natalie Portman) es una bailarina obsesionada con su trabajo en el ballet de Nueva York que, además, vive presionada por su madre, que se dedicó a lo mismo. A pesar de su esfuerzo, ve cómo poco a poco su compañera Lily (Mila Kunis) le va comiendo terreno. Al final es incapaz de diferenciar la realidad de lo que no lo es.
Explicación del final: es tal su obsesión, que Nina no rinde como antes y el director de la compañía la sustituye para la función por Lily. Como en la obra de Tchaikovski, el cisne negro seduce al director, y no el cisne blanco. Ambos son la muestra de las dos personalidades de la protagonista: la bailarina pura y la obsesiva, con más fuerza en el escenario. Una manía que lleva hasta el final, cuando cree estar matando a Lily, que sólo está en su mente, pero la que realmente está herida es ella. Aronofsky lo deja en el aire: el espectador no sabe si muere o si es una metáfora de la destrucción de su personalidad más inocente.
Enemy (2013), de Denis Villeneuve
La película es una adaptación de El hombre duplicado, de José Saramago. Adam (Jake Gyllenhaal) es un profesor de historia con una vida aburrida, hasta que descubre en una película a un actor idéntico a él y se dispone a buscar a su doble. Ese actor resulta ser Anthony, un hombre con una mujer embarazada que le obliga a hacer un intercambio de parejas. Cuando se decide a recuperar a su familia, Anthony ve cómo una tarántula invade su habitación.
Explicación del final: al principio de la película, Adam pisa una araña. Las va viendo a medida que se tiene que encontrar con una mujer importante, como su madre. Son una metáfora de la ansiedad que le generan. Su subconsciente enfrenta al hombre que aspira a ser actor y al profesor de la vida real.
Interstellar (2014), de Christopher Nolan
La vida en la Tierra está llegando a su fin y un grupo de exploradores, entre los que destaca el piloto Cooper (Matthew McConaughey) y la científica Amelia (Anne Hathaway), viaja más allá de la galaxia para descubrir un planeta habitable.
Explicación del final: en realidad, la civilización con la que se encuentra el equipo, y que le enseña a utilizar la gravedad a su favor para que el hombre pueda abandonar la Tierra, son los propios humanos. Han viajado en el tiempo y el espacio para advertirse a sí mismos de ese peligro.
Birdman (2014), de Alejandro González Iñárritu
Riggan Thomson (Michael Keaton) es una vieja gloria que lucha contra su ego para recuperar su fama como actor con el estreno de una obra en Broadway. Tiene tendencias esquizofrénicas e intenta también acercarse de nuevo a su familia, de la que está desligado.
Explicación del final: Riggan acaba en el hospital después de dispararse en plena función. Su hija va a visitarlo, pero el protagonista ha saltado por la ventana. Ella se asoma y mira al cielo sonriente. Riggan, o Birdman, ha muerto y su hija sabe que ya es libre. Riggan vive en un estado constante de confusión, por eso el final es abierto.
La llegada (2016), de Denis Villeneuve
Se trata de una adaptación del relato The Story of Your Life, de Ted Chiang. Las naves de los extraterrestres comienzan a aterrizar en la Tierra y las autoridades llaman a una lingüista (Amy Adams) para comunicarse con ellos. Quieren saber si serán una amenaza para los humanos. La mujer aprende poco a poco su lenguaje para descubrir cuál es el motivo real de su visita.
Explicación del final: los extraterrestres comprenden y manipulan la dimensión del tiempo, con la que pueden jugar. Por eso conocen el pasado, el presente y el futuro (en el que habrá una guerra autodestructiva), de ahí que la película esté llena de flashback. Su misión en la Tierra, finalmente, es que los humanos puedan comprender la dimensión temporal tan bien como ellos. Lo que realmente quería trasladar el director a los espectadores es una pregunta: si conocieras tu futuro, ¿vivirías tu vida de la misma forma?
Aniquilación (2018), de Alex Garland
Una vez más, Natalie Portman (complicándose la existencia). Su marido desaparece durante una misión secreta y ella, que interpreta a la bióloga Lena, se une a una expedición de cuatro científicas para llegar hasta a una región acordonada por el gobierno de los Estados Unidos. Las expertas investigan la zona X, controlada por una fuerza alienígena. Los equipos de expedicionistas que fueron antes nunca volvieron.
Explicación del final: Lena encuentra a Kane, su marido, pero no son los mismos, sino dobles salidos del Shimmer, la energía extraterrestre que no deja de cambiar. Su ADN ha sido alterado. Los dos chocaron con el Shimmer para convertirse en una nueva forma de energía, un nuevo ser. Si hay un final libre de interpretaciones, ese es el de Aniquilación. El propio Alex Garland dijo que cada uno sacase sus propias conclusiones.