Un nuevo tren de alta velocidad pone contra las cuerdas a Talgo

Un nuevo tren de alta velocidad pone contra las cuerdas a Talgo

CAF se prepara para competir con el tren Avril y cubrir rutas de alta velocidad en España y Portugal.

El tren Oaris de CAF, durante unas pruebas en las inmediaciones de Villafant (Girona)Jordi Verdugo

La liberalización ferroviaria en España afronta un reto de gran envergadura. Hasta ahora, Talgo había sido la única compañía en operar trenes de alta velocidad con ancho variable en las rutas hacia Galicia, Asturias, Cantabria y Andalucía. Su modelo Avril, aunque innovador, se enfrenta a retrasos e incidencias que han llevado a su principal cliente, Renfe, a imponer multas significativas. Sin embargo, CAF ha irrumpido con fuerza con su tren Oaris, también de alta velocidad y preparado para adaptarse a vías de distinto ancho.

CAF ya ha probado su modelo en Noruega, donde circula a 250 km/h en rutas interurbanas, y ahora planea adaptarlo al mercado español. El tren Oaris, junto con el sistema de rodadura Brava que desarrolló anteriormente, ofrece a los nuevos operadores un rival directo del Avril de Talgo. Adif prevé hasta 72 nuevos servicios diarios en las rutas a partir de 2027, y los operadores privados, como Ouigo, Iryo, y Alsa-Eco Rail, buscan un tren flexible capaz de asumir la demanda en estas nuevas rutas mixtas.

Para Talgo, la situación se complica. Su patente de ancho variable, junto con la ventaja que le ha dado ser el primer fabricante en el sector, se enfrenta a la competencia de CAF, que podría cubrir la demanda creciente en el sector si logra cerrar acuerdos. Se estima que los operadores necesitarán un mínimo de 12 a 24 trenes, lo que representa un negocio de entre 360 y 960 millones de euros. Además, Talgo debe atender los pedidos de Deutsche Bahn y Le Train en Francia, y la presión es cada vez mayor.

Adif ha anunciado que la selección de operadores culminará a finales de 2026, y la competencia se abre paso. Mientras tanto, la llegada de un nuevo actor como CAF representa un cambio en el equilibrio de poder, y su éxito podría reconfigurar el sector ferroviario en España.