El primer pago de impuestos a banca y energéticas sumó 1.454 millones
La previsión de recaudación de estas figuras, tras las modificaciones introducidas en la tramitación parlamentaria, es de 3.000 millones anuales.
Las grandes empresas energéticas y entidades financieras abonaron 1.454,5 millones de euros en el primer pago de los nuevos gravámenes extraordinarios para estos sectores, según ha avanzado este martes la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Montero ha detallado que el gravamen energético recaudó 817,4 millones y el bancario, 637,1 millones, en el primer periodo de pago que finalizó este lunes, lo que avanza que la recaudación anual superará los 2.900 millones, en línea con lo previsto por el Gobierno.
Para Montero, este importe es "bastante asumible" para unos sectores que han reportado beneficios millonarios -20.500 millones los grandes bancos y 12.000 las energéticas, ha citado-, por lo que, a su juicio, en ningún caso "puede considerarse confiscatorio" sino "proporcionado".
Los nuevos impuestos extraordinarios y temporales para la banca y energéticas, en vigor desde principios de año, gravan el margen de intermediación y los ingresos de actividades no reguladas en España, respectivamente. La mitad de este importe se abona en los veinte primeros días de febrero como pago a cuenta.
La previsión de recaudación de estas figuras, tras las modificaciones introducidas en la tramitación parlamentaria, es de 1.700 millones anuales para el energético y 1.300 millones anuales para la banca, unas cifras que todo apunta a que se alcanzarán de acuerdo al resultado del primer pago adelantado.
Montero ha asegurado que los sectores financiero y energético "cuentan con el apoyo de forma clara del Gobierno", pero que les pide "que ante beneficios históricos hagan un pequeño esfuerzo y contribuyan para ayudar a los ciudadanos de su país", que "en su día" tuvieron que asumir el rescate de la banca.
"Ahora toca (...) arrimar el hombro", ha insistido la ministra, sin aludir a los recursos presentados tanto por el sector financiero como por el energético contra las nuevas figuras.
Montero ha defendido que estos dos gravámenes, junto al impuesto de solidaridad para grandes fortunas, pretenden avanzar en la "justicia fiscal" y la lucha contra la desigualdad a través del mandato constitucional de contribuir en función de la capacidad.
Estos impuestos, ha añadido, permiten financiar ayudas y políticas "para proteger a la mayoría social", como la rebaja de impuestos energéticos, del IVA para los alimentos básicos o el cheque de 200 euros para familias vulnerables.
Los gravámenes, ha subrayado, "no son fruto de una improvisación sino que forman parte de un modelo fiscal coherente" que pretende avanzar en la justicia fiscal, que es "lo opuesto a lo que defienden las fuerzas conservadoras" cuando abogan por bajar impuestos de forma generalizada.
Con respecto a un posible impacto de la puesta en marcha de los nuevos gravámenes, Montero ha apuntado que en las primeras semanas del año la recaudación tributaria ha avanzado según lo previsto, con incrementos interanuales por encima del 15 %, un repunte que "se irá modulando a lo largo del tiempo".