El millonario coste de adaptar los gallineros a la normativa
Un estudio apunta al esfuerzo económico que deberán hacer las granjas avícolas para la eliminación progresiva de jaulas y dar más espacio a los animales.
Se trata de una cuestión que entronca con los conceptos más básicos del bienestar animal y que hace que las macrogranjas o explotaciones ganaderas avícolas intensivas tengan los días contados tal y como representa en estos momentos en Europa buena parte de las actuales instalaciones. Y España no es una excepción.
Se trata de la dirección hacia la que camina la legislación europea en materia de criaderos de gallinas y de explotaciones de ponedoras de huevos. Todo parte de un informe que sacó el año pasado la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) y que lleva por título Bienestar de las Gallinas ponedoras en las granjas.
Dicho documento sienta las bases de la hoja de ruta para adaptar este tipo de instalaciones a unas mejores condiciones de bienestar animal, con metas en la eliminación de jaulas y un mayor espacio para los animales en las siguientes proporciones: cinco gallinas por metro cuadrado en interior o siete gallinas por metro cuadrado con acceso exterior.
Denuncian que la adaptación supondría un coste millonario
Según recoge el diario salmón Expansión en un reportaje, el informe de la EFSA ya ha tenido respuesta en España, por parte de una organización del ramo de productores de huevo. Se trata del trabajo encargado por la interprofesional Inprovo. En dicho informe se cifra en la friolera de 2.300 millones de euros lo que supondría implementar esta adaptación de los sistemas de cría de las gallinas en jaulas acondicionadas a los de suelo y camperas.
De forma más desglosada, en el documento se estima que el coste de convertir esas instalaciones en espacios sin jaulas costaría solo 1.521 millones de euros. Sus cálculos van más allá, contemplando cuánto tendrían que invertir para aumentar el espacio, cuestión que solo puede ocurrir ampliando las instalaciones.
Si esa adaptación contemplase mantener los índices de producción existentes actualmente, calculan que habría que construir 44% más de superficie destinada a gallineros. Ello supondría un desembolso de unos 800 millones de euros, si bien esta cuestión entraña más problemáticas, puesto que en la pasada legislatura se aprobaron medidas destinadas a luchar contra la proliferación de macrogranjas, poniendo coto a ampliaciones de explotaciones.