El agua embotellada española se estanca en plena sequía
El precio del agua mineral aumentó en julio un 10,9% respecto al mismo mes del año anterior.
A pesar de que la sequía golpea con fuerza a España, Cataluña entraba en estado de emergencia hace ocho días y la Junta de Andalucía ya ha avanzado restricciones de agua en las principales ciudades para verano, el consumo de agua embotellada no ha logrado recuperar el nivel de ventas previo a la pandemia.
"El histórico de datos de mercado demuestra que no existe relación entre mayores ventas y sequía”, señala la Asociación de Aguas Minerales de España (Aneabe) a El Confidencial Digital, que recoge que la producción de 2023 se cerró con 6.442 millones de litros, un 2,3% menos respecto al año anterior y un 8,5% en comparación con 2019.
La patronal, que agrupa a 60 compañías líderes, incluyendo marcas reconocidas como Bezoya, Lanjarón y Solán de Cabras, asegura que el aumento de la demanda de agua embotellada se debe únicamente a la necesidad de hidratarse en verano, cuando llegan las olas de calor o con la llegada del turismo para pasar sus vacaciones. “En el caso de producirse cortes de suministro del agua del grifo a escala local, puede experimentarse un ligero crecimiento de las ventas, pero totalmente puntual y excepcional, que no condiciona el balance anual de las compañías”, explican.
A pesar de las restricciones impuestas en comunidades autónomas como Cataluña y Andalucía, la patronal asegura contar con suficientes provisiones para afrontar la temporada de verano. No obstante, destacan que el consumo de este tipo de agua es "insignificante" en comparación con el consumo en España de otros tipos, donde cada hogar utiliza en promedio 133 litros de agua del grifo por habitante y día. Además, señalan que el agua envasada representa solo el 0,03% de los recursos hídricos subterráneos, mientras las fuentes principales de suministro, como lagos, ríos y embalses, pierden capacidad por la falta de lluvias.
A pesar de la situación, los precios del agua mineral han experimentado un aumento del 10,9% en julio en comparación con el año anterior, según el Instituto Nacional de Estadística. La patronal atribuye este incremento a la inflación y al impuesto del plástico, asegurando que las empresas están absorbiendo parte de estos costos sin trasladar la totalidad al consumidor.