Por qué es importante tratar la disfunción eréctil (al margen del plano sexual)
Lo más preocupante es que su incidencia está aumentando entre los hombres menores de 50 años.
La disfunción eréctil es un problema que padecen muchos hombres. Sin embargo, muy pocos están dispuestos a aceptarlo pese a la inmensa ansiedad que provoca y la capacidad que tiene de romper una relación. Los expertos han insistido en múltiples ocasiones en la necesidad de buscar ayuda profesional, ya que la mayoría de los casos de disfunción eréctil tiene solución. No obstante, en este blog quiero tratar un aspecto menos conocido de la disfunción eréctil: el hecho de que muchas veces es síntoma de un problema médico importante.
La disfunción eréctil y los problemas de corazón
Hay un número nada desdeñable de pacientes que empiezan a sufrir disfunción eréctil unos dos años antes de un infarto. Esta relación existe porque los vasos sanguíneos del corazón y del pene son similares, salvo por el hecho de que los del corazón son el triple de anchos que los del pene. Cuando se empieza a acumular la placa arterial, los vasos sanguíneos del pene, más estrechos, son los que antes tienden a quedar bloqueados, dificultando que el hombre pueda conseguir o mantener una erección.
Relación con la diabetes
En aquellos pacientes que tienen diabetes sin diagnosticar, un control deficiente de la glucosa en sangre provoca daños en los vasos sanguíneos y nervios del cuerpo entero. Las personas con diabetes suelen tener otros problemas médicos asociados, como sobrepeso, obesidad, hipertensión o pueden ser fumadoras, todos ellos factores de riesgo que agravan su disfunción sexual.
Relación con las enfermedades neurológicas
La disfunción eréctil suele ser el primer síntoma evidente de la esclerosis múltiple, una enfermedad que provoca daños neurológicos y que desencadena dolor y problemas de coordinación. La esclerosis múltiple daña los nervios de la médula espinal e interrumpe las señales que el cerebro le envía a los órganos sexuales. En consecuencia, los hombres que padecen esta enfermedad también sufren con frecuencia disfunción eréctil o eyaculación retardada.
A día de hoy, la disfunción eréctil está mucho más presente de lo que nos gusta creer, pero lo más preocupante es que su incidencia está aumentando entre los hombres menores de 50 años. Llevo un tiempo observando que la aparición de la andropausia (la menopausia de los hombres) empieza a producirse ya en algunos hombres de solo 30 años, cuando el rango habitual oscilaba entre los 40 y los 45. Podemos achacar este cambio a diversos factores, como el estrés, la presión laboral y un auge de estilos de vida poco saludables.
Lo que quiero decir con todo esto es que si llevas un tiempo teniendo problemas de erección más a menudo de lo que consideras normal, conviene que vayas lo antes posible a pedir opinión médica especializada. Los beneficios que te puede reportar una detección puntual del problema son dos: el inicio del tratamiento que más te conviene y que comprueben si detrás de tu disfunción eréctil se esconde algún problema médico subyacente.
Según la edad del paciente, su estilo de vida y su historial médico, los tratamientos para la disfunción eréctil pueden variar: asesoramiento, medicamentos o incluso inyecciones intrapeneanas. En el hipotético caso de que ninguna de estas opciones funcionara, también existe la opción de las prótesis de pene, cuyo éxito a la hora de lograr y mantener erecciones está demostrado. La mayoría de los problemas que afectan a la vida sexual de los hombres tienen tratamiento y su tasa de éxito no ha dejado de aumentar en los últimos años.
Este post fue publicado originalmente en el 'HuffPost' India y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.