Seguridad de código abierto: James Stavridis en TEDGlobal 2012
Existen cada vez mayores conexiones entre las naciones más grandes del planeta, en orden: "China, India, Estados Unidos, Twitter, Facebook e Indonesia".
Foto: James Duncan Davidson
El almirante James Stavridis es el comandante supremo de la OTAN. Es un defensor de lo que se conoce como seguridad de código abierto y en consecuencia observa la seguridad del siglo XXI de una forma muy diferente a lo que habíamos visto en el pasado.
De los muros a los puentes
Al analizar el paradigma de seguridad del pasado reciente, nos muestra una imagen de Verdún, un campo de batalla en Francia durante la Primera Guerra Mundial, cuando en unos 300 días, perdieron la vida 700.000 personas; a razón de unas 2.000 por día. Años después, en la Segunda Guerra Mundial, en la batalla de Stalingrado, fueron asesinados 2 millones más en 300 días. Y continuamos construyendo muros: la Línea Maginot, el Muro de Berlín, el Telón de Acero. Sin embargo, "los muros no funcionan".
Stavridis considera que necesitamos un modelo diferente: "En lugar de construir muros en pos de la seguridad, tenemos que construir puentes". Nos muestra el río Drina, que delimita Bosnia, Herzegovina y Serbia como símbolo de una forma de avanzar para crear conexiones y una imagen fuerte de su profundo modelo. "La seguridad de código abierto consiste en conectar lo internacional, lo interinstitucional, lo privado y lo público... abordando todo esto en conjunto mediante una comunicación estratégica, en gran medida a través de las redes sociales".
Las amenazas a los recursos compartidos
¿Cuáles son las amenazas del siglo XXI? Nos muestra una diapositiva de una nave rodeada de alambre de púas. Como hombre de la Marina que es, sabe que "los buques no deberían tener este aspecto". Y esa alambrada está ahí porque los piratas atacan el navío en el Estrecho de Malaca, en el Golfo de Guinea y en todo el mundo. El año pasado, 20 barcos y 500 personas fueron tomados como rehenes.
Por supuesto, también hay amenazas en el mar cibernético. Stavridis muestra a dos hombres que cometieron fraude de tarjetas de crédito por valor de 10.000 millones de dólares. Hay una industria enorme presa del fraude, que deja ganancias de más de 2.000 billones. Es casi el total del PIB del Reino Unido.
Otra amenaza que le preocupa es el tráfico ilícito: el tráfico de estupefacientes, el tráfico de armas, potencialmente armas de destrucción masiva, y, sobre todo, la trata de personas. Todo esto sucede en los recursos compartidos. "El tráfico se mueve en gran medida en el mar, pero también en todas las demás áreas de las economías mundiales".
Nos muestra una foto de un submarino en marcha y dice: "Me gustaría poder decir que se trata de alta tecnología de la Marina de EE UU usada para detener el tráfico de drogas". Pero no es así. De hecho, es un narcosubmarino construido en la selva colombiana que transportaba seis toneladas de cocaína, material instrumental sofisticado y una tripulación de cuatro personas.
Por último, uniendo las piezas, muestra una foto de unos campos de amapolas en Afganistán, el nexo entre el opio y la heroína. Y señala que Al Qaeda es una red global, y que el terrorismo es parte de los recursos compartidos.
¿Cuáles son las soluciones?
"No vamos a brindar seguridad únicamente a punta de pistola", dice el comandante supremo de la OTAN. Efectivamente, cree que precisaremos de la fuerza militar, si fuera necesario, y que se debe aplicar la fuerza como corresponde, de manera competente. Pero la seguridad del siglo XXI es una idea mucho más compleja.
Algunos ejemplos: muestra una foto de soldados afganos que sostienen libros, en una población analfabeta en un 85%. La OTAN, como parte de su entrenamiento militar, les está enseñando a leer y escribir y hasta ahora han instruido a más de 200.000 personas. Cuando alguien en Afganistán sabe leer y escribir, lleva un bolígrafo en el bolsillo. Ha estado en las ceremonias y visto a los reclutas ponerse el bolígrafo en el bolsillo con gran orgullo: "Esto es la seguridad del siglo XXI". También les enseñan a combatir, pero se requiere más que eso. "La seguridad de código abierto consiste en conectar formas que produzcan un efecto más duradero".
Otro ejemplo es un buque hospital, el Comfort. Se trata de un buque de guerra, pero tiene una tripulación de 500 personas, del sector militar, civil gubernamental, médico y voluntarios de muchas organizaciones. Este equipo multiconectado se hace a la mar durante 4-5 meses y proporciona 400.000 tratamientos por viaje. En ese barco, "uno empieza a ver el poder de la creación de la seguridad de una manera muy diferente".
También hay contribuciones en una amplia gama de áreas, desde la promoción de la aptitud física hasta operaciones de socorro.
Conexiones
Stavridis muestra una imagen del mundo, cubierto por líneas que conectan diferentes puntos del mapa. No se trata de vías marítimas o ese tipo de mapas que se podría esperar de un oficial del ejército, sino del mundo según Twitter. Ese mapa, dice, muestra lo conectados que estamos. Existen cada vez mayores conexiones entre las naciones más grandes del planeta, en orden: "China, India, Estados Unidos, Twitter, Facebook e Indonesia".
Hace poco, después de dar una charla le pidió al público que le añadiesen como amigo en Facebook. Se publicó la noticia con este titular: "Almirante de la OTAN necesita amigos". Y de los países en los que se distribuyó, consiguió un gran número de solicitudes de amistad, con saludos y preguntas del tipo: "¿Qué es la OTAN?" El mundo está interconectado y hasta el comandante de la OTAN es parte del fenómeno.
Stavridis cree que "la vida no es un interruptor de encendido y apagado; no tiene por qué haber una fuerza militar que esté en combate cerrado o en los cuarteles". Si bien tiene que estar lista para el combate cuando sea necesario, también hay muchas maneras en las que puede contribuir. Debe considerársela, dice, no como un interruptor sino como un reóstato regulable.
Y concluye con un comentario sobre la Wikipedia; siempre está buscando hechos. Y es importante recordar que Wikipedia no es producto de 12 genios reunidos en una habitación. Se trata de decenas de miles de personas que todos los días dejan allí información y de decenas de miles de personas que toman información también del mismo lugar. Es un ejemplo perfecto del axioma: "Ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros pensando juntos". Compartir y conectar es lo que hace posible la seguridad del siglo XXI.
Su tesis final es que mediante un esfuerzo mancomunado, todos juntos "podemos crear la suma de la seguridad total".
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Guión: Ben Lillie
Traductor: Sebastián Betti
Revisora: Lidia Cámara