La lección de vida del arquero Miguel Alvariño: "Echo en falta que dejemos de ser un simple número"

Ser un deportista profesional en el nivel más alto es una montaña rusa de emociones. Está llena de retos, sacrificios y momentos de gran realización, pero también de decepciones y dificultades. Este es el día a día de Miguel Alvariño, uno de los mejores arqueros –por no decir el mejor– del deporte español. Ganador de 26 medallas internacionales, incluyendo Campeonatos de Europa y Copas del Mundo, confiesa al HuffPost las complejidades de llevar una vida deportiva de élite.

Durante los 12 años de su carrera, el deportista gallego de 30 años ha acumulado numerosas medallas y trofeos, cada uno con su propio valor y significado. Destaca especialmente los Juegos Europeos de Bakú en 2015 donde hizo historia ganando el oro en la categoría individual masculino, algo que en aquella época nadie pensaba que un español pudiera hacer en este deporte. También recuerda la victoria en la final de la Copa del Mundo que, según cuenta, fue un momento de gran orgullo, donde demostró que todo es posible con fe en uno mismo y un buen equipo. 

Sin embargo, una de las frustraciones más grandes y que le pasó factura a nivel mental, fue la exclusión de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. A pesar de haber trabajado intensamente para clasificarse, debido a la pandemia de la COVID-19 la Federación decidió reiniciar el proceso de selección lo que hizo que se quedara fuera. "Fue un gran golpe a nivel mental", comenta. Tres años más tarde, la situación se ha repetido y nuevamente los criterios de selección, "basados en decisiones técnicas en lugar de resultados objetivos", han vuelto a apartar a Alvariño de la cita en París. 

Una retirada a tiempo

Por ello, el pasado mes de marzo comunicó en sus redes sociales su retirada de los clasificatorios para formar el equipo nacional de 2024. "Si hay algo que nos motiva a los deportistas es entrenar de cara a un objetivo real" y en este caso, ya veía que los Juegos Olímpicos de París no iban a serlo, por lo que empezó la pretemporada "sin ganas de entrenar".

Esta difícil decisión la tomó porque ya en 2021 se prometió a sí mismo que "en el momento en el que no disfrutara y no me llenara este deporte, antes de llegar al punto de odiarlo y no querer saber nada de él me apartaría". 

Más allá de las injusticias en el proceso de selección, el deportista ha tenido que lidiar con la presión mental y emocional de su carrera. La importancia de la salud mental en el deporte es algo que resalta reiteradamente: "La parte mental es lo más importante de un deportista". Tiene claro que sin una mente tranquila y trabajada, es imposible alcanzar el máximo nivel. Para él, contar con el apoyo de psicólogos ha sido crucial.

Él defiende la idea de que todos los deportistas tengan acceso a servicios psicológicos asequibles o gratuitos, ya que el deporte no es solo una cuestión de físico y técnica, sino también de bienestar mental. "Es súper importante que tengamos ayuda psicológica porque al final el deporte es probablemente lo más importante en nuestra vida".

También expresa su decepción con el trato de la Federación hacia los deportistas destacando que los atletas se pueden llegar a sentirse como "un simple número" olvidando que también son personas con vidas y emociones que se privan de muchas cosas para lograr los objetivos marcados. 

"Yo lo que echo en falta básicamente es que los deportistas dejemos de ser un simple número y que la federación nos deje de dar caña solo para conseguir sus objetivos. Que se tenga un poco en cuenta que somos personas, que tenemos otras actitudes y vida personal y que nos ayuden a llegar al máximo nivel y a cuidarnos mentalmente", afirma Alvariño.

En una fase de reflexión y descanso

Tras su retirada a nivel internacional, ahora se centra en competiciones a nacionales y también en las regionales de su tierra. De esta manera, busca recuperar la pasión por el tiro con arco. Además, no descarta la posibilidad de volver a competir en el escenario internacional o incluso representar a España u otro país en los Ángeles 2028 y poder quitarse 'la espinita' de conseguir una medalla olímpica. 

Para aquellos que atraviesan momentos similares su mensaje es claro: "Que piensen en ellos mismos, que sean egoístas, y que las decisiones que tengan que tomar no dependan de nadie salvo de ellos mismos." Anima a buscar ayuda profesional y a no tener miedo de alejarse del deporte si es necesario para preservar su bienestar.

Este consejo se lo aplica a él mismo pues tras su última competición, que dio lugar la semana pasada, se encuentra en una fase de reflexión y descanso, considerando sus próximos pasos. Su historia es un recordatorio de los altibajos del deporte de élite y la importancia de cuidar tanto el cuerpo como la mente.