Cómo la Casa Blanca y la CIA están vendiendo una guerra en la era de YouTube
Ya hemos visto esta película antes, y no acaba bien. Una década después de que Bush usara el cuento del uranio enriquecido de la CIA y otras pruebas prefabricadas, el gobierno confía de nuevo en la CIA y sus vídeos. Si cambian la opinión pública e influyen en el voto del Congreso para atacar Siria, podríamos estar ante la primera guerra de la era YouTube.
Los gobiernos siempre han usado el miedo y la manipulación de las emociones para conseguir que la opinión pública apoye una guerra. La administración Bush lo hizo en 2002 en Irak, y está ocurriendo de nuevo con Obama en Siria.
Posiblemente, el capítulo más importante lo hemos vivido este fin de semana en el que la CIA ha sido requerida para vender esta nueva guerra sin pruebas demostrables. El sábado, fuentes de la inteligencia estadounidense afirmaban haber "autentificado" 13 vídeos que muestran los terribles efectos de un ataque químico en Siria en agosto. ¿Qué es exactamente lo que "autentificaron"?
¿Por qué estos vídeos se han convertido de repente en noticia, cuando hasta estado circulando por la red desde hace semanas? La razón es esta: los vídeos tienen que "vender" la guerra, no "demostrar" quién cometió las atrocidades (CBS News y otros han descrito las justificaciones para la guerra por parte de la Casa Blanca como "abiertamente circunstanciales").
Ya hemos visto esta película antes, y no acaba bien. Una década después de que la administración Bush usara el cuento del uranio enriquecido de la CIA y otras pruebas prefabricadas, el gobierno confía de nuevo en la CIA para liderar el esfuerzo de propaganda nacional para apoyar una intervención militar en el extranjero. Si esos vídeos pueden cambiar la opinión pública norteamericana, tal y como pretenden, e influir en el voto del Congreso para atacar Siria, podríamos estar ante la primera guerra de la era YouTube.
Ningún americano puede ver estos vídeos terribles de gente sufriendo y muriendo y no conmoverse. Pero eso no significa que un ataque militar será la única manera de responder a la tragedia humanitaria que está viviendo Siria. Es tan descarada esta prisa por ir a la guerra, que la Casa Blanca no pudo contenerse y anticipó que esos vídeos cumplirían su misión de "vender" la guerra. Como informó The Washington Post, "miembros de la administración y sus aliados en el Congreso creen que las horribles escenas que se ven en los videos podrían cambiar la opinión pública". Pero CNN, que emitió parte de los terribles videos este fin de semana, añadió una advertencia: que no podían autentificarlos de manera independiente.
La emisión de estos vídeos explícitos es una cínica maniobra de la Casa Blanca, porque el resto del argumentario a favor de la guerra sigue sin estar demostrado, con preguntas sin responder sobre transcripciones, imágenes de satélite e inteligencia electrónica sujetas a la cobertura de información clasificada. ¿ Qué significa que las razones del gobierno para la guerra se basen más en la emoción que en la prueba? Bienvenidos al marketing de la guerra en la era de YouTube.
De igual forma que la Casa Blanca quiere hacernos creer que otros trazaron "las líneas rojas", la administración ha trasladado la responsabilidad de la guerra a manos de la CIA, que es famosa por su uso de armas emocionales y psicológicas. Por citar un solo ejemplo, en los años 60 la operación Chaos de la CIA espió a activistas antibélicos para interrumpir y desacreditar a los que se oponían la guerra de Vietnam, con fin de cambiar la opinión pública y volverla contra el movimiento antiguerra.
Últimamente, los servicios de inteligencia parecen funcionar como un grupo de vendedores dentro de un plan de marketing más amplio. En una entrevista este fin de semana, el jefe de gabinete de la Casa Blanca, Denis McDonough, reconoció que no se habían demostrado los argumentos de la administración al cien por cien: "¿Tenemos una idea clara o tenemos pruebas irrefutables, más allá de la duda razonable?... Esto no es un tribunal de justicia. Y los servicios de inteligencia no trabajan así", dijo.
En realidad, hay leyes que castigan la guerra agresiva. Y las pruebas falsas.
Yo mismo fui testigo de este juego antes de la guerra de Irak. Como miembro del Congreso, formé parte de sesiones reservadas donde se mostraban mapas, se elevaban conjeturas, se manipulaban escenarios y se fabricaban pruebas, lo que me llevó a la conclusión de que no había razones legítimas para atacar Irak, tal y como defendí cinco meses antes de la invasión.
En el marketing de la guerra, manipular la emoción de la gente es un error. Aquí hay algunos remedios inmediatos:
- Debemos insistir en que toda la información que se facilite de manera reservada para inducir a la guerra sea inmediatamente desclasificada y publicada.
- El Congreso debe exigir que la CIA deje de promover la guerra e investigue su papel en esta campaña de propaganda nacional; ¿quién pidió la "autentificación" de la CIA, y cuándo? ¿qué departamento de la CIA la ha llevado a cabo?
- El Congreso debe pedir el testimonio adicional de James Clapper, el director de Inteligencia Nacional, que supervisa la CIA.
- Los investigadores del Congreso deben exigir la información de los servicios de inteligencia en la que se apoyan las sesiones clasificadas.
- No puede haber una guerra basada en información secreta.
- La administración debe ser responsable de cualquier decisión que tomen para ir a la guerra.
Hace 11 años, se mintió al pueblo norteamericano a causa de una guerra. No podemos dejar que vuelva a ocurrir.