Obama, Carmena y el ministerio de la verdad
Las búsquedas en Google son un animalito fascinante: introduciendo unas palabras, su motor, usado por millones de personas a diario, te sugiere las más populares. Si introducimos algo tan sencillo como "Obama was born in..." ( Obama nació en...), atentos al sorprendente resultado.
Las búsquedas en Google son un animalito fascinante: simplemente introduciendo unas cuantas palabras, su motor, usado por millones de personas a diario, te sugiere las más populares.
Si introducimos algo tan sencillo como "Obama was born in..." ( Obama nació en...), atentos al sorprendente resultado.
Efectivamente, el buscador nos dice que hay muchísima gente consultando el lugar de nacimiento de Barack Obama. ¿Extraño? Pues no tanto.
La razón de todas estas curiosas búsquedas, y de que aparezcan lugares tan extraños como Kenya o Indonesia, no es otra que uno de los bulos más extendidos por activistas y medios ultraconservadores durante años, aseverar que Obama no nació en Hawaii sino en Kenya, algo que le hubiera impedido ser candidato a la presidencia de los Estados Unidos y que le llevó a tener que mostrar su partida de nacimiento en público. Como lo oyen.
Durante las dos campañas electorales ganadas por Obama, una de las labores más recurrentes de su equipo fue desmentir a diario los rumores que propagaban sus enemigos políticos a través de redes, blogs y medios, entre otras que su religión era la musulmana, que su nombre real era OSAMA en lugar de Obama, que su ideología era socialista, que militó en un partido comunista.... Un verdadero engorro.
Supongo que, harto de todo esto, su equipo decidió en el año 2012 poner coto a este ventilador de mierda con una idea sencilla, una web en la que sus activistas pudieran encontrar información cierta, comprobable y compartible fácilmente para cortar el paso a estos rumores.
El experimento se llamó Truth Team (El equipo de la verdad) y dio un resultado tan bueno que continúa activo desde 2012, aportando información real sobre el presidente y cerrando el paso en buena medida a los rumores malintencionados de sus rivales políticos.
Barack Obama fue el primero, pero no es el único en utilizar herramientas de este tipo. Otro ejemplo es la propia Comisión Europea, que dispone de una web exactamente con la misma finalidad que la diseñada por el presidente norteamericano.
Y claro, todo esto viene a cuento a raíz del lanzamiento por parte de Manuela Carmena de una web municipal en la que su equipo contesta informaciones y rumores aparecidos en la prensa.
Una web que ha recibido todo tipo de anatemas por parte de la prensa tradicional, en los que a algún insigne - e insoportable- plumífero televisivo solo le ha faltado afirmar que tras la buena de doña Manuela se esconde el espíritu del pérfido Goebbels.
Miren, no estamos, como dicen algunos, ante ningún "ataque a la libertad de expresión", ni mucho menos ante una "mordaza" o ante "censura" alguna, sino ante una iniciativa de comunicación institucional en la que un Ayuntamiento se dirige directamente a sus ciudadanos explicando sus acciones y decisiones y respondiendo a lo publicado por terceros.
No es una estrategia bolivariana ni orwelliana, el primero que lo usó de forma masiva no fue otro que el actual presidente de los Estados Unidos.
No es novedosa -las notas de prensa con rectificaciones se remontan a la noche de los tiempos, no es brillante -de hecho, la web es bastante fea-, y sobre todo, como ya hemos demostrado, ni es siquiera original: Obama ya lo hizo antes.
Entonces... ¿ A qué viene tanto lío?