Vocaciones científicas: En defensa de quienes no tienen opción a desarrollarlas
Animo a la Federación de Jóvenes Investigadores a investigar y denunciar una situación que afecta a sus futuros miembros. Se trata de los sueños rotos de los jóvenes que ven frustradas sus vocaciones investigadoras y del futuro de nuestra sociedad, que tiene que encontrar en la I+D una vía sostenible de prosperidad.
Es una obviedad decir que las consecuencias de la crisis se han cebado particularmente en los jóvenes.
En un primer momento, el movimiento 15-M devolvió la iniciativa en la calle a los jóvenes, que encontraron en ese movimiento una voz para enfrentarse a los responsables de esta situación.
Sin embargo, su voz se ha acallado, debilitada por el continuo castigo: un paro salvaje, pérdida de derechos y programas de ayuda, aumento de los costes y condiciones laborales abusivas y prácticas policiales intimidatorias hacia aquellos que siguen protestando. Los jóvenes se marchan y algunos intentan resistir, atrincherados, mientras los titulares de prensa les dan la razón: los políticos que hacen cola para recoger sobres de dinero opaco o gastan dinero destinado a ayudar para formación en mobiliario y nóminas, no nos pueden representar.
La nuestra es una sociedad de sueños rotos.
Recuerdo que hace un año los buses circulaban por las calles de Madrid vestidos con anuncios de una entidad financiera en el que una niña pequeña decía algo así como "de mayor quiero ser científica". Los jóvenes que sueñan con llegar a ser científicos también han visto sus sueños rotos.
Los jóvenes investigadores cuentan con una asociación llamada Federación de Jóvenes Investigadores (FJI/Precarios) que ha dirigido su esfuerzo, según reza su página web, a "la mejora de las condiciones laborales de los jóvenes investigadores, la dignificación de la profesión, la lucha por la eliminación de toda clase de becas que encubren puestos laborales y la elaboración de propuestas de cara a mejorar la situación de la ciencia y el I+D+i en España".
Podríamos concluir que han conseguido al menos uno de sus objetivos, quizás el central, pues las becas se han eliminado, reemplazadas por contratos laborales que han conseguido, en su opinión, dignificar la profesión. Aunque mantengo discrepancias importantes sobre el mérito de este logro (basta ver los comentarios en el foro de noticias de precarios.org), no es mi intención redundar en éstas, sino animar a que este movimiento asociativo, de los pocos que quedan entre la gente joven y de efectividad demostrada (pues si los mecanismos de selección funcionan debiera asociar a algunos de los más inteligentes), se interese por los sueños rotos de aquellos que, cualificados y esforzados, no pueden ver cumplido su sueño de ser científicos.
El problema más grave que afecta ahora a los jóvenes, y a la ciencia y la I+D+i en España, es el gravísimo riesgo de que simplemente los jóvenes no puedan acceder ni al primer escalón. Se trata de aquellos universitarios que desean iniciar una carrera de investigación pero no lo consiguen por el drástico colapso de la oferta de contratos.
El problema es que se trata de los científicos no natos, aquéllos cuyo objetivo es llegar a ser jóvenes investigadores y que al no serlo no pueden siquiera ser miembros de esta Federación. Sin embargo, éstos son sus futuros miembros y debieran, por tanto, preocuparse por ellos, entre otras cosas porque de no hacerlo en unos años la Federación desaparecerá por falta de miembros, que no por falta de objetivos legítimos.
Animo a la Federación de Jóvenes Investigadores a averiguar y denunciar lo ocurrido con los contratos de doctorado en 2012: un verdadero descalabro de mucha mayor intensidad y consecuencias que el de la financiación de I+D en general.
El déficit presupuestario del CSIC forzó a que el Programa Junta para la Ampliación de Estudios (programa JAE)del CSIC echase el cierre, suponiendo la pérdida de en torno a 200 puestos remunerados de doctorado. Los programas propios de las universidades están mermados por la misma razón. Las convocatorias de las Comunidades Autónomas están en muchos casos desaparecidas o mermadas -en algunos casos dando con doctorandos en la calle antes de iniciar su tercer año. Los doctorados con cargo a proyectos de investigación habrán prácticamente desaparecido con la merma de financiación de proyectos paralela al aumento de su coste. El programa de Formación de Personal Investigador (FPI) del Ministerio de Ciencia e Innovación incorporó 0 doctores en 2012, pues la convocatoria se resolvió tan tarde que ninguno de los beneficiados pudo comenzar en 2012, cuando tampoco pudieron iniciarse los proyectos a los que debían incorporarse. Los 950 doctorados remunerados ofertados por el programa de Formación del Profesorado Universitario (FPU), del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, siguieron el mismo camino: se convocó en mayo de 2012, pero el 20 de diciembre de 2012 se publicó la resolución "provisional" de seleccionados, con lo que ninguno de estos 950 doctores se ha incorporado en 2012.
Este ha sido el truco de trileros de la inversión en I+D del Gobierno: siguiendo directrices del Ministerio de Hacienda se ha jugado con el calendario de resoluciones para no ejecutar el gasto en 2012, con lo que se ha saltado un año completo de la financiación pública de la I+D en España (para más sobre trucos de trileros ver el artículo de Alicia Rivera en El País sobre este tema).
El nuevo estatuto requiere que los solicitantes hayan cursado un Master oficial, sin embargo las becas para estos también han caído a la par que las tasas académicas han aumentado. Una nueva traba para llegar a la meta.
Sin embargo, no hay una estimación fiable de cuál ha sido la caída de incorporación de jóvenes investigadores a doctorados remunerados. En mi opinión, pero es una estimación de buen cubero sin fiabilidad estadística, ha debido ser de al menos un 70% en relación a las cifras previas a los recortes.
Este año iremos por el mismo camino, aunque por fin se incorporarán los FPI y FPU de 2012, y -a pesar de la campaña de "brotes verdes", ahora "luz al final del túnel", del Gobierno-, es muy probable que en 2014 también. Esto supone un cortocircuito de la continuidad de formación de personal investigador que tendrá graves y duraderas consecuencias, que se sentirán de aquí a pocos años y de la que pocos hemos hablado.
Supongo que, en la tónica general de regreso al pasado en España, en la universidad se volverá al sistema existente cuando yo era estudiante universitario: el doctorado se convertirá en un voluntariado, sin remuneración alguna, porque la vocación de los jóvenes podrá más que la escasez.
Este es, en mi opinión, el mayor riesgo a los logros de la Federación, que la formación de investigadores se convierta en un voluntariado yuxtapuesto a algunos pocos jóvenes investigadores con condiciones laborales dignas. Por eso, animo a la Federación de Jóvenes Investigadores (FJI/Precarios) a investigar y denunciar esta situación que afecta a sus futuros miembros y que amenaza con dar al traste con sus logros.
Se trata de los sueños rotos de los jóvenes que ven frustradas sus vocaciones investigadoras y del futuro de nuestra sociedad, que tiene que encontrar en la I+D una vía sostenible de prosperidad.
Espero que, al menos, en estos podamos estar de acuerdo.