EEUU suspende el tratado de desarme nuclear con Rusia firmado durante la Guerra Fría
"Rusia lleva violando el tratado desde hace mucho tiempo y con impunidad al desarrollar en secreto un sistema de misiles prohibido que supone una amenaza directa", denuncia.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado que suspenderá a partir de este sábado sus obligaciones bajo el Tratado de control de Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (INF) firmado con Rusia e iniciará un proceso de retirada del pacto que se completará en seis meses y del que solo se retractará si percibe que Moscú vuelve a cumplir con los términos del acuerdo.
"Rusia lleva violando el tratado desde hace mucho tiempo y con impunidad al desarrollar en secreto un sistema de misiles prohibido que supone una amenaza directa a nuestros aliados y a las tropas en el extranjero", según el comunicado presidencial.
"Mañana (por este sábado) Estado Unidos suspenderá sus obligaciones bajo el tratado y comenzará el proceso de retirada, que será finalizado en un plazo de seis meses a no ser que Rusia vuelva a respetarlo y destruya atodos los misiles, lanzaderas y equipo relacionado", ha añadido Trump.
El presidente de Estados Unidos ha recordado que su decisión cuenta con el "completo respaldo de la OTAN". Según Trump, la Alianza Atlántica de la que EEUU forma parte "entiende la amenaza que supone esta violación por parte de Rusia".
De hecho, el secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, ha escrito en Twitter que Muscú ha violado el acuerdo y tiene ahora por delante seis meses para cumplirlo por completo o asumir la responsabilidad de su fin.
El INF, suscrito en 1987 por los entonces presidentes Ronald Reagan y Mijail Gorbachov, ayuda a proteger la seguridad de Estados Unidos y a sus aliados en Europa y Asia. Prohíbe que Estados Unidos y Rusia posean, produzcan o prueben un misil de crucero lanzado desde tierra con un alcance de 450 a 5.600 kilómetros.
Rusia ya había exhibido sus dudas sobre seguir o no en el acuerdo, dada la proximidad de la defensa de la OTAN a sus fronteras, que interpreta como una amenaza. La retirada marca una brusca ruptura en la política de control armamentístico de Estados Unidos y se enfrenta a la oposición de sectores moderados dentro del Departamento de Estado y del Pentágono.
Trump, con todo, mantiene una mano tendida al Kremlin para dar marcha atrás en esta decisión. "Seguimos dispuestos a hablar con Rusia a través de negociaciones sobre un control de armamento verificable, garantizado. Y, una vez que terminemos, desarrollar, quizás por vez primera, una relación extraordinaria a nivel económico, comercial, político y militar", ha añadido.
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