El epílogo del 'marianismo'
Rajoy reivindica ante Casado su legado: una tarde con Sevilla en la cabeza y algún aguafiestas de Vox
La vida política da muchas vueltas, todo es inesperado, nunca se puede apostar sobre seguro. En el pabellón 1 del recinto ferial madrileño de Ifema hace casi dos años presentaba Susana Díaz su candidatura a las primarias del PSOE, el inicio de su hundimiento. Y en ese mismo escenario el PP de Pablo Casado ha arrancado su convención nacional en el mismo día que el popular Juanma Moreno ha jurado su cargo como presidente de Andalucía.
Casado prometió cuando fue elegido líder del PP una gran convención para rearmar ideológicamente a su partido, para volver a esas esencias que tanto proclama. A la derecha del marianismo. Y ahora apuesta por el 'reencuentro' del partido en este cónclave, concebido en tres actos: el viernes para Mariano Rajoy, el sábado para José María Aznar y el domingo para sí mismo.
Rajoy y Casado se han vuelto a ver las caras hoy por partida doble. Esta mañana en Sevilla y por la tarde en Madrid. Un día intenso para el que fuera presidente del Gobierno y que hoy vive plácidamente como registrador de la propiedad. Y un viaje en el AVE en el que ha hablado con algunos de sus antiguos colaboradores sobre la política actual, líquida, a base de tuits.
Palabra de Rajoy
El gallego vive una nueva etapa -que se nota hasta en las puntas rizadas de su cabello liberado ya de La Moncloa-. Pero ha querido delante de Casado y los suyos reivindicar su legado. Varios mensajes ha dejado a su estilo: "no asustarse por nada", "tener claros los principios" frente a los "doctrinarios" y el "sectarismo", "respetarse los unos a los otros"...
Todo ello en un formato novedoso, en una "entrevista-conversación-privilegio" junto a su amiga y presidenta del Congreso, Ana Pastor. Al estilo conversaciones del Sabadell. Con papeles para leer datos, mordiéndose los labios, las piernas cruzadas pero moviendo mucho los pies al principio.
Y Rajoy ha sido Rajoy. Más Rajoy. Mega Rajoy. Apenas salió hace ocho meses de La Moncloa pero ya forma parte del pasado en esos tiempos políticos que abomina. ¿Volvería a la política? Lo tiene claro: sí, con sus cosas buenas y peores. El ex jefe del Ejecutivo ha decidido desnudarse un poco personalmente y ha hecho alguna confesión sobre sus más de 37 años en política. Aquellos tiempos en los que el Parlamento gallego se asentó en el Arzobispado de Santiago y debatía sobre cuál sería la capital de Galicia.
A pesar de su famosa piel de cocodrilo, ha revelado que ha habido momentos en los que lo ha pasado "francamente mal". Pero él se queda con "lo bueno". "Y, además, tengo la suerte de que las cosas malas que me pasan en la vida las olvido. Es muy importante porque vives feliz", ha recomendado a los asistentes que abarrotaban el pabellón.
"Lo repetiría", ha lanzado a su público, al que ha vuelto a tocar con algunos temas que parecen manidos para las audiencias en general pero que tocan a los cargos allí reunidos: conocer España, la importancia de alcaldes y concejales... "¡España es mi país!"
Y la pregunta: ¿cómo está ahora? Oye, pues Rajoy no lo oculta: "Estupendamente, lo digo como lo siento. La gente me trata muy bien, y a los que no les gusto, que son muchos, pues tienen el buen gusto de no contármelo". Eso sí, ha dicho en tono irónico sobre este formato que nadie se equivoque que no se va a meter a tertuliano.
Aplausos, todos en pie. Casado lo miraba desde la primera fila junto al candidato del PPE a las elecciones europeas, Manfred Weber, el secretario general del PP, Teodoro García Egea, el presidente de la Fundación Concordia y Libertad, Adolfo Suárez, y el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.
La segunda fila de Santamaría
Pero para encontrar al 'marianismo' había que mirar hacia las filas más atrás -donde ha quedado realmente este movimiento dentro del partido-. La exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría ha decidido ir a escuchar al que fuera su jefe, y se ha sentado en una segunda fila detrás de los candidatos autonómicos. Ha hecho muy poco ruido. Ha llegado tarde y se ha ido pronto, como decían algunos asistentes. Ella dice que no está en política durante estos días y no quiere micrófonos cerca. En cambio, María Dolores de Cospedal ni ha aparecido.
Por la convención pululaban también algunas de esas personas que formaron parte del círculo de Rajoy como Fátima Báñez, Alfonso Alonso y José Luis Ayllón, que luego perdieron en el congreso contra Casado.
"Rajoy ha estado muy Rajoy", decía un 'marianista' tras escuchar a su antiguo jefe. En estos días se ha reavivado esta tensión entre familias por el papel del partido en Andalucía en relación a Vox y la posible pérdida de votantes de centro frente a Ciudadanos. Aunque una vez Moreno ha jurado el cargo, las aguas se han templado.
Tabarnia pide el voto para Vox
Casado y su equipo no quieren que se hable de los de Santiago Abascal en el cónclave. Pero siempre hay un aguafiestas. En la mesa sobre Cataluña estaba invitado el portavoz de Tabarnia, Jaume Vives, que ha aprovechado para pedir la afiliación a Vox porque la gente está "muy cabreada" con el PP por su "dejadez". "He venido aquí a tocar los huevos y no os va a gustar lo que voy a decir", ha resaltado.
Vives ha relatado a los asistentes que, antes de llegar a Madrid, había publicado un tuit en el que preguntaba a sus seguidores: "¿qué queréis que transmita a la Convención?" y ha resumido, el medio millar de respuestas, en una sola: "A lo mejor es broma, pero me han pedido que os afiliéis a Vox". Y les ha soltado que a lo mejor "picando mucha piedra, en unos años podéis recuperar lo perdido".
Pero hoy sobre la moqueta de Ifema, en las distintas conversaciones informales, Andalucía era el principal tema. Algunos dirigentes del sur que se han subido al AVE para llegar a la convención han recibido muchas felicitaciones. Con muchas prisas llegaba la alcaldesa de Fuengirola, Esperanza Oña, la primera que abrazó en el sur el 'casadismo' durante las primarias.
Y, como comentan fuentes del PP, esta comunidad va a ser muy importante para el futuro del Partido Popular de Pablo Casado. Algunos asistentes subrayaban que la gente no es verdaderamente consciente de lo que va a suponer para los populares. Además, ya sitúan a esta comunidad como la voz más potente popular para hablar cada vez que "salga a decir algo Quim Torra". A pesar de depender de Vox, los populares confían en una legislatura estable.
¡Viva España!
La gran fiesta del PP ha tenido de todo este viernes. Los asistentes han aplaudido fuertemente cada vez que había críticas a la Generalitat. "¡Viva España!", gritaban al unísono después de la intervención de Teodoro García Egea. El 'número dos' del PP, con grandes banderas de España siempre ondeando en las pantallas, ha venido a recordar que se cumplen ahora 30 años del congreso de refundación. Y se ha atrevido a parafrasear incluso a Manuel Fraga cuando cedió el testigo a José María Aznar: "sin tutelas ni tutías".
Y en este día dedicado teóricamente al PP más moderado se ha escuchado al presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, cuyo discurso ha gustado mucho también. Él podía haber sido el líder que estuviera en esta convención, pero hizo una espantada. Algún día contará los verdaderos motivos. Génova le ha convertido en esta cita en el gran barón del partido. Y algún que otro participante deslizaba por debajo tras su intervención: "¡Qué presidente se ha perdido el PP!" Por cierto, ha rebautizado a Galicia como la Baviera española.
Pero así es la vida, Casado fue valiente y doblegó al aparato. Y ahí está sentado en esa primera fila, soñando que la fórmula andaluza lo lleve a La Moncloa. Ese nuevo equipo de Génova que ya domina todos los rincones. Muy atenta a todo, controlando y siempre con el móvil en la mano estaba Isabel Benjumea, adjunta al jefe de gabinete. Puras entrañas de Génova.
Savia nueva, pero también el pasado sigue presente. No se veía nada incómodo al portavoz en el Senado, Ignacio Cosidó, al que por la mañana Génova le había dado un toque por las revelaciones respecto a la Operación Kitchen. Sigue diciendo que no ha hablado nunca con el excomisario Villarejo. Todo al ritmo del nuevo PP, con su batería en el escenario tocando temas de los Jackson Five y Coldplay. Ya lo dice García Egea en la tarima: "El partido más moderno frente a la izquierda trasnochada".
El 'marianismo' ha tenido su tarde de viernes. Aunque Rajoy ha preferido salir por la puerta lateral del recinto. Y el sábado llega Aznar.