River Plate se lleva la Libertadores más larga de la historia (3-1)
Boca Juniors acabó con diez en un partido épico sin mucho fútbol.
River Plate se proclamó campeón de la Copa Libertadores 2018 en el Santiago Bernabéu este domingo, en una final histórica que se llevó (3-1) ante su vecino y rival Boca Junior, a 10.000 kilómetros de Buenos Aires y gracias a un gol de Juan Fernando Quintero que rubricó la remontada 'millonaria' en la prórroga.
Madrid coronó al campeón de América. River alzó su cuarto título (1986, 1996, 2015 y 2018) y sin duda el más especial, un clásico de Argentina y Sudamérica, a pesar de que la revancha de la ida no fue en su Monumental. Boca se puso por delante al filo del descanso por medio de Benedetto, pero Pratto empató para alargar un poco más la final interminable.
La prórroga se le torció al equipo de Guillermo Barros Schelotto, con Barrios expulsado a los dos minutos, y River culminó su mejoría de la mano de Quintero con el gol del colombiano en el 109'. Un mes después del 2-2 de La Bombonera, en una final exportada a la capital española por la violencia que avergonzó a Argentina el 24 de noviembre, River salió campeón.
Boca fue mejor hasta que entró Quintero al otro lado. El colombiano, que brilló en el reciente Mundial de Rusia, dio fútbol a River, atascado y sobrepasado por la garra rival. Benedetto hizo justicia al descanso, pero los de Marcelo Gallardo se adueñaron del césped blanco de su querido don Alfredo di Stéfano. El dominio total con un jugador más lo rubricó Quintero con su zurda y lo peleó hasta el final Boca, con un balón al palo en la penúltima jugada, antes de que el 'Pity' Martínez pusiera el 3-1 sin portero.
La larga espera había sacado a cada equipo enchufado al césped del Bernabéu. Los jugadores, más que nadie, no olvidaban lo que estaba en juego, aunque estuviesen en otro continente, en otro hemisferio, con otro ambiente distinto al que pudo haber sido el Monumental. La intensidad paró también mucho el partido con las faltas y River fue quien más lo sufrió, con un medio defensivo con Ponzio y Enzo Pérez y sin ritmo.
Boca se comió ese centro del campo mordiendo en cada balón y Benedetto hizo la guerra por su cuenta con bastante éxito. El delantero de Boca, que ya mojó en la ida, sacó los colores a la defensa 'millonaria' hasta que logró el 0-1 en un balón a la espalda de los centrales justo antes del descanso. Pablo Pérez tuvo un par de buenas ocasiones para batir a Armani, mientras River apenas llevó réplica a Andrada.
Tras el descanso, el meta de Boca fue quien mejor escenificó la intención de los Barros Schelotto, al suelo en cada parada aunque fuese un balón manso a las manos. Sin embargo, River volvió al partido con intención de que pasaran cosas y Nacho Fernández rozó la escuadra a los tres minutos. Aparecieron Pity y Palacios, entró Quintero y el equipo de la franja pasó a mandar como no había hecho hasta el momento.
La calidad de River asomaba, encerrando a su rival, y encontró a su referencia ofensiva Pratto, otro que también acertó en la ida, en una buena jugada por banda derecha en el primer despiste de marca en Boca (1-1). Con algo más de 20 minutos por delante, no tardó en aparecer el miedo a perder, a arriesgar en exceso. River se quedó el balón pero como garantía y Boca se juntó atrás, demasiado lejos de la opción de contragolpe.
Podía entenderse como hasta lógico que, después de un mes, la revancha de la Libertadores quisiera 30 minutos más. Media hora que se le hizo muy larga a los 'xeneizes', con Barrios expulsado para empezar por segunda amarilla en una entrada a destiempo. El fondo sur del Bernabéu quiso ocupar su sitio en un ánimo incondicional, hasta que Quintero sacó su zurda para el 2-1. Boca, con Tévez, buscó a la desesperada esa pegada que le trajo a luchar por el título y tuvo el empate en el 120' con disparo al palo de Jara.
Sin portero, con Andrada buscando la épica en el córner, el 'Pity' cerró el marcador 3-1 en la última jugada, la que puso fin al histórico día en Madrid. La capital española, que en tiempo récord se comprometió con una final histórica entre los dos escudos más grandes del fútbol sudamericano, entregó la 'Champions' de América a River.