Delincuencia, peleas y narcopisos: los problemas que tienen hartos a cientos de vecinos en Barcelona
Una parte de las asociaciones vecinales presiona a la alcaldesa Colau ante el aumento del incivismo en algunos barrios de la ciudad.
Se hacen llamar Tsunami Vecinal y reúnen a unas 20 entidades de Barcelona que están molestas con la gestión de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. El pasado 15 de septiembre sacaron a 1.000 personas a la calle en una manifestación que anticipa un encendido debate sobre el estado de la ciudad de cara a las próximas elecciones municipales.
Muchas asociaciones vecinales se desmarcaron de la convocatoria, incluida la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), al considerar que la concentración estaba aupada por los partidos de la oposición, un vínculo que niegan desde la organización. "Aquí tenemos gente de todo, desde independentistas a gente que cuelga la bandera de España en el balcón", sostiene Manel Martínez, vicepresidente de la Asociación de Vecinos de la Barceloneta y uno de los portavoces de TsunamiVecinal. "Esto no va contra Colau, sino contra la situación actual".
El martes por la tarde se reunieron en el Ayuntamiento junto a la alcaldesa, la edil de Ciutat Vella, Gala Pin y los consejeros técnicos de otros tres distritos barceloneses. Los activistas aseguran que la reunión fue positiva y la alcaldesa se comprometió a abordar algunos de los problemas denunciados, asegurando que durante las próximas semanas se empezarían a percibir ciertos cambios. ¿De qué se quejan estos vecinos de Barcelona?
Aumento de la delincuencia
La delincuencia en Barcelona está subiendo. Así lo atestiguan los datos del Ministerio de Interior, de los Mossos d'Esquadra y de la Guardia Urbana de 2018. Según Interior, durante la primera mitad de este años, los delitos han aumentaron un 20% respecto al mismo periodo del año anterior.
El aumento es todavía más significativo si se atiende a barrios o delitos en concreto. En Ciutat Vella, por ejemplo, los robos con violencia crecieron un 53,8% en julio de 2018 respecto al mismo mes de 2017. Durante el pasado julio y agosto, se produjo en Barcelona un delito cada dos minutos, según datos de la Guardia Urbana y los Mossos publicados por La Vanguardia.
Desde la Guardia Urbana señalan que necesitarían entre 500 y 800 efectivos más en la ciudad. Durante la reunión del martes, Colau se comprometió a presionar para licitar 150 nuevas plazas para la policía municipal barcelonesa.
Peleas
Durante los últimos meses se han difundido vídeos de agrias peleas en las calles del Raval. Desde la asociación de vecinos RPR señalan la prostitución y el tráfico de drogas como el principal causante de estas refriegas, si bien otras han sido fruto de enfrentamientos esporádicos con turistas.
Machetes, barras de madera, puñetazos... La crudeza de algunas de estas peleas ha impactado a los vecinos del barrio, que se dedican a grabarlas y difundirlas en grupos de Whatsapp en los que están la mayoría de periodistas de la ciudad.
Narcopisos
La proliferación de pisos en los que se vendía droga y se permitía consumirla in situ fue el catalizador de la protesta vecinal que ha cristalizado en el llamado Tsunami Vecinal. Durante 2017 se multiplicaron estos puntos y los consumidores de heroína volvieron a ser habituales en un barrio que durante los 80 estuvo muy estigmatizado por el tráfico de drogas.
Según los activistas consultados, actualmente hay unos 30 narcopisos en El Raval. En los peores momentos (verano de 2017) llegaron a tener identificados más de 60 puntos de venta. Los vecinos se organizaron para denunciarlos a las autoridades y difundir lo que sucedía en el centro de Barcelona hasta que el Ayuntamiento aprobó varios planes para aumentar la presencia policial así como la detección de pisos vacíos.
Manteros
Tanto la Guardia Urbana como varias asociaciones comerciales denuncian la permisividad del equipo municipal con los vendedores ambulantes. El sindicato mayoritario de la Guardia Urbana, SAPOL, incluso denunció que el Ayuntamiento "avisa" a los manteros de las actuaciones policiales contra ellos.
Las peleas de de estos vendedores con turistas o agentes de la policía municipal el pasado agosto reavivaron un debate que ha atenazado a Colau desde el inicio de su mandato. El equipo de la alcaldesa, sin embargo, es el que más denuncias ha interpuesto por venta ilegal: 79.225 multas en 2016 y 63.971 en 2017. Sí es cierto que el Ayuntamiento ha intentado no criminalizar al colectivo e intenta buscar alternativas –por ahora, sin éxito– para estos vendedores que, al no tener papeles, no pueden trabajar.
Los comerciantes de Barcelona han puesto un ultimátum a Colau para que ponga freno a la actividad de los manteros. El Consell de Gremis de Catalunya, que representa a unos 10.000 pequeñas y medianas empresas catalanas, amenaza con movilizaciones y con ponerse a vender en la calle si no se aborda el problema.
Incivismo y gestión del turismo
"La ocupación y la degradación del espacio público es otro de los principales problemas", añade Martínez. Las imágenes de turistas desnudos por la calle o teniendo sexo en sitios públicos durante el verano pasado han sido otro de los caballos de batalla de los vecinos molestos con el Ayuntamiento.
Desde Tsunami Vecinal critican el "modelo turístico" de Barcelona y emplazan a Colau a atraer otros tipos de industria y a fomentar el posicionamiento de Barcelona en los circuitos culturales. "Se debe actuar sobre los operadores turísticos", sostiene Martínez. Este portavoz asegura que Colau les transmitió su apoyo en este asunto y se comprometió a reunirse con las entidades que promocionan el turismo en la ciudad.