Pablo Casado, el ‘cachorro’ que lo tiene todo (hasta un máster)
Sus obsesiones: el partido y la comunicación.
"Soy una persona liberal, conservador, de centroderecha, y lo digo sin complejos". Así se define estos días el propio Pablo Casado. Un 'cachorro' de Nuevas Generaciones que se ha hecho mayor de golpe y que ha desafiado al propio aparato del partido, que tenía otros planes para la sucesión de Mariano Rajoy.
Casado (Palencia, 1981) diseñaba una hoja de ruta muy diferente hace apenas unos meses. Se veía como 'salvador' del PP de Madrid, destrozado por la polémica de Cristina Cifuentes. Reconocía en privado que era el único que podía tender puentes entre las distintas familias, que estaba llamado a presentarse en las elecciones de mayo del año que viene a la Comunidad o al Ayuntamiento de la capital.
Pero, de repente, sucedió el gran terremoto político: la moción de censura que hacía presidente a Pedro Sánchez y la marcha de Mariano Rajoy de la Presidencia del PP. Y se desesperó al ver que no daba el paso adelante el gallego Alberto Núñez Feijóo.
Y si en algo siempre ha destacado es que él no tiene miedo a nada, dice que se parte la cara por su partido. El eterno cachorro de Nuevas Generaciones se sintió listo, arropado por un grupo de diputados treintañeros que llaman a refundar al partido y que detestan el estilo tecnócrata de Soraya Sáenz de Santamaría.
Un alto cargo del PP y persona de su máxima confianza lo describe así para El HuffPost: "Tiene pasión por lo que hace. Es incansable. Dedicación, sacrificio y currante al máximo. Es un animal político, tiene esa capacidad de estar agotado y seguir sonriendo y saludando, que nadie se quede sin hablar con él".
La negra sombra del máster... y el miedo a una imputación
Para Casado su partido lo es todo en la vida, junto a su familia. Pero son varias las sombras (y muy oscuras) que lo persiguen también. El otro lado del chico perfecto, de ese Albert Rivera 'popular'. La principal es su currículum académico: las supuestas irregularidades en su máster y un posible trato de favor para conseguir terminar la carrera de Derecho.
Él dice que no ha cometido ninguna irregularidad y enseñó su documentación ante la prensa en Génova. Se jacta de la transparencia. Pero lo cierto es que aprobó el máster sin ir a clase, sin hacer exámenes y convalidando 18 de las 22 asignaturas. La jueza está investigando en una pieza separada esta situación y el rector de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, Javier Ramos, ha admitido en su comparecencia en los tribunales que podrían ser irregulares las convalidaciones y que necesitaba un permiso para no acudir presencialmente.
Además, la magistrada ha pedido al Congreso que confirme si es aforado. Esto supone que podría estar al borde una imputación, pero el caso debería ser llevado por el Tribunal Supremo. ¿Y si resulta investigado formalmente? Casado no ha aclarado que hará si es elegido líder del PP y se materializa esta pesadilla judicial.
Pero el caso del máster apenas ha salido en la campaña. Casado está convencido de que lo sacaron a relucir hace unos meses por parte de sus enemigos políticos. Nunca lo han dicho en público, pero muchos ven detrás la mano de Santamaría. La leyenda negra de los dosieres que circula por el Partido Popular.
Casado se hace 'un Sánchez'
Casado no estaba en un principio en este guión de la sucesión, como protagonista. Pero ha sabido leer bien lo que dicen las bases. Y así se presenta él, un candidato frente al aparato marianista. Incluso algunos comparan su campaña con la de Pedro Sánchez hace un año en el PSOE: presume de recorrer kilómetros por toda España, de conocer a los afiliados, de visitar hasta la última agrupación, de enfrentarse al establishment, de recuperar las esencias de su partido y tener un relato de héroe.
Sus rivales lo dibujan de otra manera: un niño bien, criado bajo el ala de José María Aznar (fue su jefe de gabinete en Faes) y de Esperanza Aguirre (fue presidente de Nuevas Generaciones en Madrid), rodeado de otros personajes oscuros como Ángel Carromero, conectado con las ideas más de derechas. Incluso ha logrado el apoyo durante estos días de la organización ultracatólica y homófoba Hazteoír.org, que ha lanzado a las calles autobuses con lemas contra Santamaría.
Él se presenta como la regeneración del PP, el adalid de una "refundación". Pero, en cambio, es más apreciado por los sectores más mayores y conservadores del electorado. Una encuesta de YouGov para El HuffPost, lo sitúa como el preferido por los ciudadanos mayores de 55 años frente a Santamaría. En cambio, los votantes más jóvenes prefieren a la exvicepresidenta.
Casado había estado enmarcado en el PP de Madrid hasta que en 2015 recibió la llamada de Mariano Rajoy para ser vicesecretario de Comunicación a nivel nacional. Los populares habían sufrido un auténtico palo en las municipales y autonómicas y Ciudadanos se convertía en un duro competidor en el centro-derecha. Casado se ajustaba a ese nuevo perfil, de joven sin complejos y sin miedo a pasearse por los platós de televisión y "partirse la cara", como suele confesar, por el líder de su partido.
La obsesión por los medios y las redes
Esa es otra de sus obsesiones: la comunicación y los medios. Además, de las redes sociales, donde su presencia es constante en Twitter e Instagram. Y siempre repite que en estos nuevos tiempos, los ciudadanos prefieren a políticos "sin mochila", que luego se rodee de buenos gestores. Ahí falla frente a su rival: reconoce que no tiene experiencia en la Administración de Santamaría.
Y ese salir en los medios también le ha granjeado sonoras polémicas. Especialmente las relacionadas con temas de Memoria Histórica. Siempre recuerda que es "nieto de represaliado", pero asegura que no se gastaría ni un euro en exhumar los restos de Franco y ha lanzado frases como: "Yo estoy convencido de que la inmensa mayoría de jóvenes son del PP pero aún no lo saben. ¡Si es que en pleno siglo XXI no puede estar de moda ser de izquierdas, pero si son unos carcas! Están todo el día con la guerra del abuelo, con las fosas de no se quién, con la memoria histórica".
Días agotadores, acariciando un sueño que algunos les parecía demasiado alto para Casado. A él le gustan los retos complicados, siempre apoyado por su mujer Isabel Torres Orts. El 'cachorro' es hoy un auténtico animal político.