¿Qué va a pasar en Italia tras el 4 de marzo? Hay tres opciones, y ninguna es sencilla
La ausencia de mayorías claras tras las elecciones del domingo hace necesario el acuerdo entre formaciones antagónicas.
"Mantén cerca a tus amigos, pero aún más cerca a tus enemigos". Esta frase pronunciada por Michael Corleone en el filme El Padrino II es una máxima que los líderes políticos italianos van a tener que aplicar si quieren un Gobierno estable, ya que la ausencia de mayorías claras tras las elecciones del domingo hace necesario el acuerdo entre formaciones antagónicas.
¿Quién está en el juego? Los dos nombres que han emergido como vencedores absolutos de la cita electoral de este domingo: el candidato del Movimiento 5 Estrellas (M5E), Luigi Di Maio, y Matteo Salvini, líder de la Liga. Ambos se han mostrado dispuestos a dirigir al próximo Ejecutivo, pero no pueden hacerlo solos.
Di Maio ostenta con orgullo el triunfo logrado por su formación antisistema, que se ha coronado como primera fuerza política tanto en el Parlamento como en el Senado. Sin embargo, a pesar de haber obtenido más del 32% de los votos, el M5E se ha quedado lejos de la mayoría necesaria para controlar las dos salas.
Por su parte el ultraderechista Salvini, líder de la Liga, ha consumado el sorpasso por la derecha a su principal socio de coalición, Forza Italia, el partido del ex primer ministro Silvio Berlusconi. Esta alianza de partidos de centro y de derechas ha cosechado el 37% de los votos, pero también permanece por debajo del umbral de escaños necesario para gobernar solo.
En el Parlamento, la mayoría absoluta está en 316 escaños. Los antisistema tienen 228. La alianza de centroderecha, por su parte, suma 267 diputados, una mayoría más abultada pero también insuficiente.
JUEGO DE ALIANZAS
Si los 109 del Partido Demócrata del dimitido Renzi se sumasen a los 104 del partido de Berlusconi para buscar una alianza de fuerzas de centro, llegarían a unos insuficientes 213 diputados, por debajo del M5E y muy lejos de la mayoría absoluta. La contribución de los 14 elegidos de los izquierdistas Libres e Iguales, no serviría de mucho, por lo que esta alianza estaría condenada al fracaso.
Con las cosas así, el primer escenario plausible es la convergencia del decaído Partido Demócrata con la formación de Di Maio. Una coalición entre ambas fuerzas, quizás con el apoyo de Libres e Iguales, podría contar con 351 escaños en la Cámara de Representantes y 171 en el Senado.
El otro escenario posible es el pacto entre ganadores. Un acuerdo entre la Liga y el M5E garantizaría 170 escaños en el Senado y 352 en la Cámara. La contribución de la conservadora Hermanos de Italia engrosaría sus estas filas con otros 33 diputados y 17 senadores. Por el momento, la Liga Norte ha descartado alianzas fuera del perímetro del centro: "No cambio de equipo", ha declarado Salvini. Mientras esperan que algo se mueva, tanto Di Maio como Salvini disfrutan de los laureles de la victoria.
Pero hay otra posibilidad: que no haya acuerdo y que se repitan las elecciones. El jefe de Estado, Sergio Matarella, convocará las primeras rondas de consultas a partir del 23 de marzo. A partir de ese momento las formaciones pondrán sus cartas sobre la mesa o romperán la baraja y abocarán al país a una repetición electoral. Una situación que, por otra parte, no es desconocida para los italianos, que llevan 64 gobiernos en 70 años.