Para Varoufakis, existen zonas que generan grandes superávits de capital y zonas deficitarias, y las zonas excedentarias deben reciclar parte de sus excedentes en las zonas deficitarias para sostener la demanda de los bienes que producen. Es lo que debería hacer Alemania, pero hasta ahora, Merkel se ha negado.
Cabe preguntarse si para cambiar a la política italiana, llena de chacales y emboscadas, hubiese sido posible proceder con absoluta candidez. Lo que queda claro es que abandonado el camino fuertemente idealista y formalmente irreprochable que había seguido hasta hoy, Matteo Renzi se decide por el camino maquiavélico.
Mientras los críticos de Berlusconi festejan y sus seguidores se dividen entre la desesperación y el deseo de venganza, lo que resulta evidente es que, una vez más, el debate político en Italia sigue girando en torno a la figura del magnate milanés.