Sí, ya sabemos que tiene de todo: palacios, obras de arte, coches de época, joyas, vestidos, libros incunables, vajillas... Todo eso y más -los cisnes del río Támesis y las ballenas y delfines que estén cerca de las orillas de la costa británica, por ejemplo- es propiedad de la reina de Inglaterra y su familia. Pero lo que no hemos sabido hasta ahora es que Isabel II posee un McDonalds. Como lo oyes.
La clave está en el Banbury Gateway Shopping Park, un centro comercial que está situado en Oxford, a 120 kilómetros del Buckingham Palace, en un terreno que forma parte del Crown Estate (el patrimonio de la Corona británica). Y el complejo incluye un McDonalds que se inauguró en el año 2015, cuando el centro comercial abrió. No es, pues, el único negocio que técnicamente es propiedad de la reina, porque en Banbury hay también un Primark, un Starbucks y un Carphone Warehouse.
Aunque es ahora cuando se ha conocido esta curiosidad y cuando los clientes se están agolpando en el local para comer "las hamburguesas de la reina", en realidad ya hace unos diez años que la Crown Estate tenía bajo su poder unos suelos en los que había un drive through (más conocido como McAuto) de la citada cadena estadounidense.
El Crown Estate, en realidad, no es propiedad personal de la reina, pero sus ganancias se destinan al Tesoro de su Majestad, con lo que para el caso es lo mismo y el titular está justificado, como explica el diario The Independent. Este fondo fue creado por una ley del Parlamento, y está valorado en un total de 2,4 billones de libras esterlinas, algunas de las cuales provienen de la gestión de alquileres de suelo a lo largo y ancho del país.
Aparte de estas propiedades, a título personal, Isabel II posee castillos y terrenos como Sandringham House o el Castillo de Balmoral, que fueron heredadas de su padre Jorge VI, que las compró personalmente.