Una jugadora de la NBA femenina denuncia que sufrió acoso "por ser heterosexual"
Durante su carrera, Candice Wiggins disfrutó del éxito y la fama que suelen acompañar a una baloncestista de éxito. Tras una brillante carrera en la Universidad, maduró como jugadora en un club español, el Casares Valencia y en Grecia. Ganó títulos y llamó la atención de los ojeadores de la liga de baloncesto más potente del mundo.
Ahí cambió su vida, pero no precisamente para bien. Según ha revelado en una entrevista para el San Diego Union Tribune, el hecho de ser heterosexual le costó caro: "Para mí fue terrible ser heterosexual y proclamarlo". "Estaría por decir que el 98 por ciento de las mujeres que juegan en esa liga son homosexuales. Existen unas normas completamente diferentes que las demás jugadores debemos adoptar", explica en la entrevista.
La jugadora, ahora retirada, acaba de cumplir 30 años y podría haber seguido jugando, pero renunció una ampliación de contrato ofrecida por su club, el New York Liberty: "Me hubiera gustado jugar un par de temporadas más, pero no era aconsejable por mi estado mental. Tenía una depresión grave, fue muy duro. En la WNBA había una cultura tóxica para mí. Me estaban rompiendo el espíritu".