Pyongyang celebra su último misil entre condenas que claman nuevas sanciones
El régimen norcoreano saca músculo y ha reivindicado esta mañana el último lanzamiento "con éxito" de un misil balístico de medio alcance, llamado Pukguksong-2, mientras la comunidad internacional ha vuelto a condenar la provocación militar de Pyongyang y a reclamar nuevas sanciones.
Tras el ensayo de este domingo -el primero de Corea del Norte desde que Donald Trump llegara a la Casa Blanca-, Tokio, Seúl y Washington pidieron la celebración de una reunión con carácter de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU, e incluso aliados como Rusia y China hicieron pública su condena.
El lanzamiento tuvo hoy una amplia cobertura en los medios norcoreanos y protagonizó la portada del Rodong Sinmun -el diario oficial del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte-, con un gran despliegue fotográfico en el que se ve al propio líder Kim Jong-un dirigiendo las operaciones.
En las instantáneas, Kim observa el lanzamiento, el primero que lleva a cabo el régimen norcoreano desde octubre, en un centro de control y posa sonriente entre personal militar de la base de Banghyon, desde donde se disparó el proyectil.
A las imágenes del líder norcoreano se suman las del misil, una unidad de medio alcance Pukguksong-2 (Estrella Polar-2, en coreano), que también fue ampliamente difundida hoy a través de la Televisión Central de Corea del Norte (KCTV).
En medio de muestras de júbilo desde la zona control, según muestran las fotos, el proyectil fue lanzado a primera hora del domingo desde la base del noroeste del país asiático y recorrió unos 500 kilómetros antes de caer en el mar de Japón.
Mientras, el ensayo armamentístico ha despertado los recelos de Tokio, Seúl y Washington, que pidieron celebrar hoy mismo una reunión urgente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (ONU) con vistas a castigar la última provocación del régimen norcoreano.
¿NUEVAS SANCIONES?
El órgano de la ONU, que tratará el incidente en una reunión a puerta cerrada, ya aprobó en 2016 dos paquetes de sanciones después de que Corea del Norte detonara dos bombas nucleares en apenas ocho meses y realizara más de 20 lanzamientos de proyectiles.
Entre ellos se contaron el de un cohete especial, considerado un ensayo encubierto de un misil intercontinental, y su primer lanzamiento exitoso desde un submarino.
Estos éxitos, sumados al de ayer, dotan al Ejército norcoreano de "la capacidad de desarrollar sus labores estratégicas con mayor precisión y rapidez en cualquier espacio", indicó Kim en declaraciones parafraseadas por la Agencia Central de Noticias de Corea del Norte (KCNA).
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El Pukguksong-2, en el momento de su lanzamiento.
Corea del Norte se había mostrado prudentemente en calma y sin protagonizar ninguna prueba militar desde hacía más de tres meses, en lo que los expertos han achacado a la cautela del régimen ante la llegada el pasado 20 de enero de Trump a la Casa Blanca.
El presidente estadounidense, que en la víspera ofreció una tibia respuesta en su intervención junto al primer ministro japonés Shinzo Abe -de visita en EEUU-, de momento no ha desvelado claramente su política hacia el país asiático.
CHINA COMO MEDIADOR
El Gobierno de Japón, por su parte, que considera que la seguridad de su país se ve comprometida por la proximidad de la caída de los proyectiles -algunos lo han hecho dentro de la Zona Económica Especial del archipiélago-, pidió hoy a China que presione al Norte para que abandone sus programas armamentísticos.
"El papel de China es extremadamente importante a la hora de tratar con Corea del Norte", subrayó el ministro portavoz nipón, Yoshihide Suga, quien recordó que el gigante asiático aglutina alrededor del 90% del comercio exterior del país fronterizo, además de ser miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU.
Pekín, aunque condenó el lanzamiento, se limitó a pedir a todos los implicados en el conflicto que "asuman su responsabilidad" y trabajen para conseguir una solución "apropiada y pacífica".
También Rusia lamentó hoy el lanzamiento del misil norcoreano e hizo un llamamiento a abstenerse de dar pasos que puedan llevar a un escalada de tensión.
UNA VIOLACIÓN DE LAS RESOLUCIONES
El secretario general de la ONU, António Guterres, ha condenado el lanzamiento de un misil de medio alcance realizado por Corea del Norte y ha llamado a ese gobierno a cambiar de rumbo y respetar sus obligaciones internacionales. "Esta acción es una nueva violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad", señaló Guterres a través de un comunicado de su portavoz, Stéphane Dujarric.
El jefe de Naciones Unidas animó a la comunidad internacional a seguir mostrando unidad ante esta situación y urgió a Pyongyang a tomar el camino de la desnuclearización.
Según ha confirmado, en la reunión del Consejo de Seguridad se espera que, al menos, los 15 países que lo conforman trabajen en una declaración para expresar su condena al ensayo. A su llegada a una cita previa, el embajador japonés ante Naciones Unidas, Koro Bessho, dijo a los periodistas que espera un "mensaje claro y contundente" por parte del organismo.
Su homólogo británico, Matthew Rycroft, definió el lanzamiento del misil este fin de semana como "otra flagrante violación de las resoluciones del Consejo de Seguridad". "Es muy importante que haya una respuesta fuerte de la comunidad internacional", subrayó Rycroft, que insistió además en la necesidad de que todos los países apliquen correctamente las sanciones que pesan sobre Corea del Norte.
A POCOS DÍAS DEL HOMENAJE AL LÍDER
El último lanzamiento de Corea del Norte llega a pocos días de que el hermético país celebre el "Día de la Estrella Brillante" el 16 de febrero en conmemoración del nacimiento de Kim Jong-il, padre del actual líder, Kim Jong-un, y segundo dirigente de la dinastía que gobierna el país desde su fundación en 1948.
Este año la efeméride vendrá acompañada de la celebración en la capital del Festival de Patinaje Artístico Internacional Paektusan entre los días 15 y 17 de este mes, que contará con la presencia de ocho figuras extranjeras de este deporte, un movimiento aperturista enmarcado en la "diplomacia del deporte" de Pyongyang.