Toni Roldán: "Hay que ofrecer oportunidades, no rentas mínimas que no puedes pagar"
Quinta planta del Congreso de los Diputados. En el despacho, cuelgan dos pizarras repletas de esquemas, círculos y anotaciones, en las que se leen algunos de los apellidos de la armada ciudadana. Sobre la mesa se entremezclan decenas de carpetas naranjas y documentos (algunos en inglés), junto a un Macbook ultradelgado. Y, en la esquina, bajo la ventana, un carrito de bebé.
Este es el hábitat de trabajo de Toni Roldán (Barcelona, 1983). Es uno de los diputados que pisa con más fuerza la moqueta del Congreso. El chico de moda en Ciudadanos, una persona de confianza de Albert Rivera, una de las caras de la nueva etapa del partido iniciada en la pasada asamblea general. Cs ya es oficialmente liberal progresista, adiós a las referencias socialdemócratas.
¿Se siente Toni Roldán un liberal progresista?
Pues sí me siento. Ahora se abre un nuevo tiempo en la política internacional. Hay un establishment liderado por los viejos partidos socialdemócratas y conservadores, que de alguna manera no han sido capaces de ofrecer respuestas efectivas a la globalización, a los problemas migratorios, al mercado laboral, a la educación… Vienen con mochilas, deudas, conexiones con grupos de interés y muchos años formando parte de lo que les impide hacer reformas. Sin ser reformista, no puedes ser progresista. Ahí hay una diferencia fundamental entre los partidos socialdemócratas en España y nosotros.
¿Pero eliminar las raíces socialdemócratas de Ciudadanos supone situar al partido en el centro derecha?
No.
¿No cree que los ciudadanos pueden interpretarlo así?
Nosotros vamos a intentar explicarlo lo mejor que podamos. No es una cuestión de centro derecha. Hay un problema de lo viejo y lo nuevo muy claro. Me parece que no es moverse a la derecha. Al revés, es moverse hacia el futuro, el progreso, la igualdad de oportunidades. Eso no es derecha ni izquierda, es simplemente progreso. Hay que ofrecer respuestas nuevas.
El pasado congreso de Ciudadanos supuso un punto de inflexión, una evolución. Ha sido el primero con una implantación ya a nivel nacional. ¿Qué tenemos que esperar del Ciudadanos que sale de Coslada?
El Ciudadanos de ahora cuenta con un equipo más potente y está más preparado para gobernar. Hemos pasado de ser poco más que un colmado a El Corte Inglés, una gran empresa muy potente con muchísimos afiliados. Seguimos esforzándonos para que el talento y las buenas ideas lleguen lo más arriba posible. Completar el proyecto con esta idea de centrarlo, de hacer un gran centro político reformista, y convertirnos en un partido capaz de ser una alternativa de Gobierno de verdad con la máxima fuerza y con los mejores cimientos.
Otro de los mensajes que lanzó Albert Rivera en el congreso es que tenían que prepararse para entrar en gobiernos a partir de las elecciones autonómicas y municipales de 2019. En el discurso de clausura llamó a todo el partido a formar a los próximos ministros, consejeros y alcaldes. ¿Se está formando ya para ser ministro?
No. Bueno, yo siempre estoy formándome. Tengo el doctorado todavía abierto. Es fundamental la formación. Kennedy siempre decía “the best and the brightest”, tener a gente bien preparada para gobernar. Cada vez contamos con más especialistas. Al ser un partido nuevo, te permite un mecanismo de selección de élites que hace que los buenos lleguen arriba. En otros partidos no ha sido el caso por desgracia, se ha premiado más el seguidismo. En este, priorizamos mucho la formación. Inés Arrimadas lleva la cartera. Un ejemplo: aquí en el grupo parlamentario hemos montado un sistema super meritocrático para seleccionar a los técnicos. Nadie ha entrado enchufado.
¿Esta legislatura durará cuatro años?
Tengo ciertas dudas de la ambición del Gobierno para cambiar las cosas, pero confío en que le gustaría que llegara un presupuesto a esta Cámara. Es importantísimo. Vamos a estar apretando para que lo traigan y podamos entre todos redirigir el rumbo del país. Es cierto que conseguimos ya algunas cosas, independientemente del Presupuesto.
El Gobierno no tenía una sola idea de qué hacer con la Garantía juvenil, más de 2.000 millones de la Unión Europea corresponden a España. Propusimos algo: si ese dinero lo dedicamos a pagar un complemento salarial a los jóvenes, hacemos de la necesidad virtud.
¿Un complemento transicional? ¿Puntual?
Me gustaría que fuera un impuesto negativo, a través de Hacienda, un derecho para quien esté por debajo de determinado umbral. Ayudará a reducir la precariedad, en parte es una respuesta a este mal derivado de la globalización. La modalidad no es la perfecta, pero sirve como embrión. Este año no ha podido ser, esperamos al proximo.
Valga la redundancia, habrá que complementar el complemento para evitar que sea meramente asistencialista.
El complemento no es una renta per se. Hemos pedido que la ayuda venga condicionada a formación y suponga un cierto incentivo a la empresa. Ahora se pierde mucho en bonificaciones. La idea es que una parte de los ninis, que ahora no están estudiando ni trabajando, disfruten de mayores posibilidades, ganen un mayor sueldo y se formen. Es un avance, no el modelo perfecto. Y tiene que ir acompañado de cambios gigantescos en otras áreas. Vamos a darle la vuelta al calcetín de las políticas activas.
Los 7.000 millones invertidos en esta partida en 2016 tuvieron un éxito de reintegración bajísimo, del 7%. Muchas veces sirven solo para alimentar acuerdos con sindicatos, lo que es tirar el dinero en masa y derramar las esperanzas de los desempleados. El sistema debe estar mejor perfilado. Para utilizar bien el dinero, primero necesitas saber qué tipo de parados tienes.
MINIREFORMA FISCAL
¿La anunciada reforma fiscal va a quedarse solo en un aumento de los impuestos y mayor control sobre el fraude?
Hubo un acuerdo entre PP y PSOE para subir los impuestos. Nosotros pedíamos que se tocaran algunos huecos del impuesto de sociedades, que eran como trampas legales, prácticamente 5.000 millones, privilegios a algunas empresas. En parte se ha hecho, en parte no y en parte mal. La subidas de las cotizaciones sociales no era el camino. Lo dijimos.
A mí, personalmente, me gustaría un sistema fiscal que tapara agujeros, más armónico, pero sobre todo pienso que cargar a la clase media, y mucho menos a los dos quintiles más bajos [las dos quintas partes de la población con rentas más bajas], con más impuestos no resuelve el problema. Y, en parte, eso es lo que han hecho. La solución pasa siempre por utilizar los recursos de mejor manera. Hablemos de las diputaciones, nidos de enchufados políticos y redes clientelares. Si dejases de rescatar autopistas otorgadas a tus amigos, tendrías dinero suficiente para hacer las políticas que requieres.
RENTA MÍNIMA: NO ES NO
¿De ahí deriva su no rotundo a la renta mínima?
Me encantaría ofrecer un suelo de 2.000 euros a todos los españoles. ¿Por qué no lo hago? Porque tengo una restricción presupuestaria. No cuadran las cuentas. Hay que ofrecer oportunidades, no rentas que no puedes pagar. Esta propuesta valía 15.000 millones. ¿Qué objetivo tienes? ¿Cómo vas a ayudar a estas personas a salir de la trampa de pobreza en la que están? Un apoyo de este tipo no es la solución a las desigualdades. Tener un complemento salarial que te ayude a que sea más atractivo trabajar, sí. Si tienes un salario de 500 euros y un complemento de 300 euros, vives con un poco más de dignidad. Mejor busquemos fórmulas que conserven el estado de bienestar que queremos, sensatas y sin rozar el populismo. ¿Rentas de reintegración? De acuerdo, hablemos. Pero no una renta mínima sin condicionalidad, sin una estrategia de formación. Eso no sirve. No engañes a la gente.
Ahora, la pregunta del millón: ¿Cómo va el borrador de Presupuestos?
¿Cuál borrador? No hemos visto ni un papel hasta la fecha. Montoro nos ha contado muchas cosas, pero nada por escrito.
De eso que les ha contado el ministro de Hacienda, ¿dónde están las líneas rojas de Cs?
Ninguna. Solo quiero que aterricen el presupuesto, que ya evaluaremos de acuerdo a los puntos del pacto de investidura. Si estamos de acuerdo, lo apoyaremos. Pero si vienen con concesiones que no nos gustan a según qué colectivos, ya hablaremos.
¿Aventura entonces que no habrá Presupuestos?
Voy a seguir peleando para que sí, pero no veo al Gobierno con demasiada ambición ni al PSOE con suficiente liderazgo. ¿Cómo se van a comprometer a las puertas de elegir secretario general? Me gustaría que el PSOE ejerciera mayor liderazgo y los apoyara. Los acuerdos entre Cs y PP y entre Ciudadanos y PSOE tienen muchos puntos de acuerdo. Lo digo porque firmé ambos.
SIN CELOS
El Gobierno tiene predilección por pactar primero con el PSOE, pero ustedes firmaron un pacto de investidura con Mariano Rajoy, ¿se sienten menospreciados?
No veo predilección, simplemente hay que mirar las aritméticas. Sobre todo porque Podemos no te coge el teléfono la mayoría de las veces. No es que me guste o no, sino que es imprescindible que el PSOE esté sobre la mesa. Lo que queremos es que PP y PSOE empiecen a avanzar en la buena dirección, en la que desde Ciudadanos les hemos colocado.
Durante la última Conferencia de Presidentes asistimos a un debate bastante caliente sobre el dumping fiscal protagonizado por las presidentas de la Comunidad de Madrid y de Andalucía, justo los dos gobiernos que apoya Cs. ¿Con quién está más de acuerdo? ¿Con la política fiscal de Cristina Cifuentes o con la de Susana Díaz?
Con ninguna de las dos. Creo que tiene que haber una armonización de la fiscalidad para que no exista este dumping. Esto ya lo vimos con Cataluña. Tiene que darse una fiscalidad competitiva para que las empresas puedan florecer pero no puede haber una competencia desleal.
¿Preparan ya nuevas elecciones en Cataluña?
Veremos cómo va. Arrimadas está haciendo un papel espectacular como líder de la oposición. Es el día de la marmota del independentismo y del procés, es la repetición de una idea que no lleva a ninguna parte. Y veremos cómo va. Espero que no tengamos unas quintas elecciones en cuatro años. Queremos estabilidad. Estuvimos con Inés y con la vicepresidenta para hablar de la financiación autonómica. Si quieres mejoras para los catalanes, tienes que sentarte a la mesa a negociar. De los cuarenta y tantos puntos de Artur Mas, que luego fueron los veintitantos de Carles Puigdemont, hay muchas que se pueden levantar. ¿Por qué no te sientas y negocias si de verdad te preocupan los catalanes? A lo mejor lo que te preocupa es un argumento emocional, que lo que hace es dividir y no mejorar sus vidas.