Putin despenaliza la violencia machista en Rusia
El presidente ruso, Vladímir Putin, ha cumplido su amenaza: ha promulgado una ley que despenaliza la violencia doméstica, siempre que el agresor no sea reincidente. La medida ha sido criticada por todos los activistas por los derechos humanos.
Según la nueva ley, las agresiones que causen dolor físico pero no lesiones y dejen moratones, arañazos o heridas superficiales a la víctima no serán consideradas un delito, sino falta administrativa.
Sólo cuando el agresor vuelva a golpear al mismo familiar en el plazo de un año podrá ser procesado por la vía penal y castigado con la cárcel, siempre y cuando el agredido logre demostrar los hechos, porque la Justicia no actuará de oficio en estos casos.
La ley contempla una multa mínima de 30.000 rublos (500 dólares), el arresto administrativo por un plazo de 15 días y tres meses de servicios sociales, cuando antes el agresor podía ser condenado hasta a dos años de prisión.
La reincidencia sí será delito y estará penada con una multa de hasta 40.000 rublos (630 euros), servicios obligatorios a la comunidad durante medio año o un periodo de arresto de hasta tres meses.
EL 90% DE LAS VÍCTIMAS NO PASABA POR LOS JUZGADOS
No obstante, de acuerdo con los expertos en violencia de género, el 90% de los denunciantes en Rusia no acuden a los juzgados porque el procedimiento es muy engorroso y raramente llega a buen puerto.
Los autores de la iniciativa -dos diputadas y dos senadoras de Rusia Unida, el partido del Kremlin- argumentan que tan sólo quieren despenalizar las palizas que no ocasionen daño a la salud de las víctimas. Una de ellas, Olga Batalina, considera suficiente un castigo administrativo cuando el agresor no tiene intención de "infligir daño" a la víctima.
La diputada Yelena Mizulina ha justificado los nuevos cambios porque "ya hay 59 artículos que estipulan la responsabilidad penal por la violencia" y la despenalización afectará a "asaltos físicos que no requieren atención médica" y que son, en su opinión, "disputas familiares con consecuencias menores".
"LE PEGA, ES DECIR, LA QUIERE"
"La descarada injerencia en la familia" por parte de la Justicia "es intolerable", dijo Putin a finales de 2016 en su rueda de prensa anual, al responder a una activista que le preguntó sobre la conveniencia de acabar con una ley que permite "encarcelar a un padre por unos cachetes en el culo que el niño se ha merecido".
Putin, creyente confeso, abanderado de los valores tradicionales y muy crítico con el liberalismo occidental "sin género y estéril", es conocido por sus frases machistas, como "un auténtico hombre debe intentarlo siempre, y una auténtica mujer debe resistirse siempre".
"Le pega, es decir, la quiere", reza un famoso dicho popular ruso que es utilizado de manera recurrente por la policía cuando una mujer se persona en una comisaría para denunciar a su marido por una paliza.
LA IGLESIA ORTODOXA APOYA LA NUEVA LEY
La Iglesia Ortodoxa Rusa ha apoyado abiertamente la ley, aduciendo que el padre de familia debe ser respetado o, de lo contrario, los niños se desmadran, al tiempo que ha llamado a no seguir a pies juntillas los valores occidentales.
Ante las fuertes críticas que ha despertado la ley en Rusia y en el extranjero, el Kremlin ha llamado a no confundir los conflictos familiares con la violencia doméstica.
"Hay que diferenciar claramente las diversas manifestaciones de las relaciones familiares de los casos de reincidencia. Si se lee el proyecto de ley, uno se da cuenta de que los casos de reincidencia sí acarrean responsabilidad penal", ha señalado Dmitri Peskov, el portavoz del Kremlin.
El presidente de la Duma, Viacheslav Volódin, también ha considerado inaceptables las presiones del Consejo de Europa, que se ha dirigido por escrito a ambas cámaras del Parlamento ruso para expresar su preocupación.
Los defensores de la ley consideran que el proceso administrativo acelera los trámites a la hora de denunciar y, al mismo tiempo, no impide al agresor rehacer su vida, ya que la ley no le inhabilita para ejercer cualquier profesión. Además, en caso de reincidencia en el seno familiar, el agresor no se librará del castigo penal, sin importar las circunstancias de la agresión.
EL 60% DE LOS RUSOS APOYAN EL CAMBIO
De acuerdo con las encuestas, casi un 60% de los rusos respaldan una reducción del castigo para conflictos menores en el seno familiar. No obstante, sus detractores consideran "muy peligroso" que el Estado trace una línea entre simples moratones y violencia física, ya que eso animará a los agresores a continuar abusando de sus víctimas.
Según activistas de los derechos humanos, en las cárceles para mujeres rusas un porcentaje muy alto de las internas fueron condenadas por atacar a sus maridos tras ser objeto de continuas agresiones sin que la policía tomara cartas en el asunto.
Entre 12.000 y 14.000 mujeres mueren cada año a manos de sus parejas en Rusia, según datos del Ministerio de Interior de 2008. Otras fuentes hablan de 36.000 mujeres golpeadas diariamente y de que una mujer muere cada 40 minutos en el país víctima de la violencia de género. Un 40% de los crímenes violentos tienen lugar en el seno familiar.