Bush padre escribe a Trump para decirle que no irá a su toma de posesión por problemas de salud
George Bush padre continúa ingresado en un hospital en Houston, donde se recupera de una insuficiencia respiratoria, aunque su estado es "bueno", según sus doctores. Su vida no corre peligro y es posible que reciba el alta en los próximos días, pero a sus 92 años, más vale prevenir. Así que, como era de esperar, su delicado estado salud le impedirá asistir el próximo viernes 20 de enero a la toma de posesión de Donald Trump, un nuevo republicano -aunque sea atípico- en la Casa Blanca.
Bush se cae de la ceremonia y ha querido informar personalmente de la baja a la oficina de Trump a través de una carta que destila sentido del humor, algo por lo que el exmandatario norteamericano es bien conocido, aficionado como es a dejar perlas para el recuerdo en su correspondencia más amable.
Según recoge la cadena ABC News, George H.W. Bush ha transmitido con no poca guasa su decisión final: "El doctor me ha dicho que si me siento a la intemperie en el mes de enero, tendré un pie en la tumba. Y lo mismo para Bárbara”, su esposa. Y añade: “Creo que estamos atrapados en Texas”, en relación a su hospitalización.
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En la carta, el que fuera 43º presidente de EEUU asegura que “su espíritu acompañará” a Trump durante el acto. Al nuevo mandatario le desea, a su vez, todo lo mejor “en este viaje para liderar a nuestra gran nación”. Finalmente, se ofrece para todo lo que pueda necesitar, un gesto protocolario pero que no deja de tener su importancia, dado el aislamiento al que el Partido Republicano somete hoy al magnate, un verso suelto que acabó llevándose la candidatura al Despacho Oval.
Bush padre no ha tenido graves problemas de salud en los últimos años, aunque sí una sucesión de ingresos por afecciones menores que hace que se hable de su mala salud de hierro. En julio de 2015, por ejemplo, se rompió una vértebra del cuello en una caída y en 2012 pasó las vacaciones navideñas en el Hospital Metodista de Houston afectado por una bronquitis y una infección vírica que lo tuvieron ingresado mes y medio. Es habitual verlo en silla de ruedas en sus últimos actos públicos. Hace dos años, celebró su 90 cumpleaños lanzándose en paracaídas, muestra de la vitalidad que ahora parece mermar. Al menos el sentido del humor sigue intacto.