Qué significa la elección de Gobierno de Trump
Donald Trump se enfrentó al Partido Republicano durante su campaña presidencial, pero ahora que es presidente electo está haciendo las paces con ellos: ha llenado su futuro Gobierno de millonarios, defensores de la economía de goteo y de las ideologías antigobierno y anticiencia. ¿Personas que niegan la existencia del cambio climático? Presentes. ¿Personas que quieren acabar con la educación pública? Presentes. ¿Defensores de la privatización, de bajar los impuestos a los ricos y de mantener el salario mínimo bajo para los pobres? Presentes, presentes y presentes. Me he llegado a preguntar si sería preferible directamente no tener estos departamentos a que sus dirigentes sean personas que quieren modificarlos para beneficio propio.
Los votantes de Trump respondieron a su lema de trabajo, trabajo y más trabajo y a su promesa de ayudar a los pobres y perjudicar a la élite. Pero eso no se corresponde con el nombramiento del directivo Andrew Puzder como secretario de Trabajo. Puzder ha creado trabajos en el extranjero, ha defendido la sustitución de trabajadores por máquinas y se ha opuesto a los aumentos del salario mínimo para los trabajadores de los establecimientos de comida rápida que su propia empresa posee. Su empresa ha recibido sanciones por robo de sueldos y se le ha exigido que devuelva el dinero a sus trabajadores después de ser objeto de investigación por parte del mismo departamento que dirigirá. No se consigue que Estados Unidos vuelva a ser grande pisoteando los derechos de los trabajadores.
La propuesta de Trump para que el senador Tom Price (republicano) dirija el Departamento de Salud y Servicios Humanos demuestra que tiene la intención de retirar el acceso al sistema de salud a millones de estadounidenses (y a 8 millones de niños). Eso es lo que implicará acabar con la Ley de Atención Sanitaria Asequible y el Programa de Seguro de Salud Infantil si Price consigue lo que quiere. Además, el senador también quiere privatizar Medicare y dar a los ancianos un vale con el que comprarían un seguro médico, lo que convertiría un derecho en un artículo de lujo.
LA SECRETARIA DE EDUCACIÓN, EN CONTRA DE QUE SEA PÚBLICA
Betsy DeVos, la elegida por Trump para ostentar el cargo de secretaria de Educación, se ha mostrado en contra de la educación pública, un hecho que ya de por sí solo debería apartarla de la lista de candidatos. Ha utilizado su riqueza para desestabilizar y para dejar de financiar los colegios públicos, y ha apoyado a colegios privados sin éxito y a colegios subvencionados con ánimo de lucro que han beneficiado más a sus propietarios que a los niños que se supone que tienen que enseñar. DeVos y su familia han invertido dinero en causas homófobas como la famosa terapia de conversión (de homosexuales). Además, han relacionado la propuesta de poder elegir colegio con la religión de una forma que deja claro que están dispuestos a utilizar dinero público para hacer que el cristianismo (y no las escuelas públicas) sean el centro de las comunidades: algo de lo que los fundadores de Estados Unidos recelaban cuando escribieron la Primera Enmienda y separaron la Iglesia del Estado.
Gracias a sus esfuerzos, Michigan —el estado en el que DeVos se centró para criticar la educación pública— tolera la presencia de colegios subvencionados con malos resultados más que cualquier otro estado. Aproximadamente un 80% de los colegios subvencionados de Michigan tienen ánimo de lucro, más que en cualquier otro estado. Y un 67% de los colegios subvencionados de Michigan obtuvieron peores resultados que los colegios públicos que aparecen en el Boletín de Notas de la Nación, una prueba realizada como parte de la Evaluación Nacional del Progreso Educativo. Todo se reduce a dinero y a ideologías, no a niños ni a la calidad de la educación. ¿Esta mentalidad consigue hacer Estados Unidos grande de nuevo para el 90% de estudiantes que van a colegios públicos? No.
EL SECRETARIO DE COMERCIO, UN INVERSOR "BUITRE"
A Wilbur Ross, el elegido por Trump para asumir el cargo de secretario de Comercio, se le ha acusado de ser un inversor "buitre" por haber obtenido beneficios de empresas con problemas financieros al despedir a trabajadores, restringir a los sindicatos y reducir las pensiones. Steven Mnuchin, que dirigirá el Departamento del Tesoro, ganó una fortuna por embargar a propietarios como una mujer de 90 años por un error de pago de 27 céntimos. No es una buena persona a ojos de la mayoría.
¿De qué lado está Trump? Cuando un sindicalista que lleva luchando tiempo por salvar empleos en la industria criticó a Trump por "maquillar" el número de puestos que se mantuvieron en una empresa de transportes de Indiana mediante ventajas fiscales, Trump le insultó en Twitter. La red social se volvió contra Trump: le acusaron de ser inmoral, de estar en contra de los trabajadores, de ser deshonesto, de ser muy susceptible y de ser un abusón.
El país se muestra dividido ahora que hay pruebas de interferencias en las elecciones por parte de Rusia y que el presidente electo está dispuesto a seguir adelante a pesar de perder el voto popular por un margen mucho más grande que cualquier otro presidente. Los estadounidenses, incluso los que apoyaron a Trump, no han votado a favor de este programa peligroso y extremista que acabará perjudicando a Estados Unidos.
Deteriorar la educación pública, despedir a trabajadores, restringir el acceso a la sanidad y enfrentar a los ciudadanos no hace que Estados Unidos sea grande de nuevo. Defender los valores y las aspiraciones, sí. Eso es lo que miles de personas harán el 19 de enero, cuando la Alliance to Reclaim Our Schools (Alianza para Recuperar Nuestros Colegios), que incluye a la Federación Estadounidense de Profesores (AFT por sus siglas en inglés) y a socios comunitarios, organice un día de movilización para proteger a los estudiantes y para luchar contra el programa que tiene Trump para desmantelar la educación pública. No hay nada más importante que salvaguardar la oportunidad que tienen nuestros hijos de vivir sus vidas y perseguir sus sueños alejados del miedo, sea cual sea su origen.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Irene de Andrés Armenteros.