Las promesas económicas que Trump no va a poder cumplir
Dicen que Donald Trump miente con descaro y ese apego suyo a faltar a la verdad le ha merecido un libro: El arte de la mentira: Guía definitiva de la deshonestidad de Donald Trump. Editado por el colectivo detrás de Trumplies, la web que lo promueve, es un detallado registro de las falsedades del presidente electo de Estados Unidos y el fact check más actualizado de su campaña electoral.
A medida que Trump desgranaba sus ideas en sus mítines, los gurús pronosticaban la hecatombe mundial. Pero, de momento, los malos augurios económicos no han sucedido. Los mercados respondieron con atisbos de volatilidad (rápidos y bruscos movimientos de compra y venta de valores que alteran los precios). Pero ni mucho menos dieron su peor cara.
Nada, en realidad. Los mercados son heterodoxos y en su diversidad reside ese carácter imprevisible capaz de arrastrar una economía por el desagüe sin previo aviso.
Tras la victoria de Trump, cayeron pero no todo lo pronosticado. Después de escuchar de su boca propuestas irreales unas, imposibles otras y de muy difícil cumplimiento las que restan, a los inversores solo les queda esperar a conocer sus movimientos en los primeros cien días de gobierno para desprenderse de la incertidumbre y ofrecer su verdadera cara.
Todavía queda algo más de mes y medio para que el presidente electo tome posesión y dé a conocer su programa de gobierno. Buena parte de las medidas anunciadas durante su campaña electoral beneficiarán a grandes sectores de la economía y pesos pesados de los mercados como la banca, la construcción, la inmobiliaria y la industria de la salud.
La pregunta sobre la mesa de la economía mundial es: ¿puede Trump cumplir todo lo que prometió?
Proteccionismo salvaje
Donald Trump está contra todos y cada uno de los tratados comerciales, ya firmados y en proceso de negociación, entre Estados Unidos y otros polos económicos mundiales. No al Nafta, no al TTIP y no a cualquier otro tipo de acuerdo para el intercambio comercial.
Quizá sea esta una de las medidas que más fácil tenga de cumplir una vez asuma el poder, pero no en la manera bronca en que lo ha anunciado. “Hará uso de tácticas tramposas como desatender, ausentarse de reuniones y encuentros internacionales o no convocar conferencias clave para ningunear a Europa”, considera Santiago Carbó, catedrático de Economía y Finanzas de la Bangor University y director de Estudios Financieros de Funcas.
Tampoco parece real que vaya a aumentar los aranceles a China y México. El gigante asiático es el mayor acreedor de Estados Unidos, con 1,26 billones de dólares en bonos del Estado, y México y Estados Unidos están ligados por numerosos contratos de maquila que los convierten en coproductores, explica el economista balear Carles Manera.
Creación de 25 millones de puestos de trabajo
Esto exigiría una ratio de participación laboral nunca vista desde la Segunda Guerra Mundial, compara Saturnino Aguado, investigador del Instituto Franklin de Estudios Americanos de la Universidad de Alcalá de Henares.
Inmigrantes irregulares, fuera
Los 6,8 millones de inmigrantes irregulares residentes en Estados Unidos representan un impacto en el sector privado de entre 382.000 y 623.000 millones de dólares, según datos de American Action Forum. Él quiere deportarlos. Joaquín Roy, titular de la cátedra Jean Monnet de la Universidad de Miami, cree que solo buscará reducir la inmigración ilegal. “Muy atentos a si lo hace y de qué forma lo hace, porque no será nada fácil desde el punto de vista del enorme coste económico para el país”, subraya Carles Manera.
Menos impuestos que Reagan
Trump ha prometido la mayor revolución fiscal desde Ronald Reagan. Dice que ninguna empresa estadounidense pagará más del 15% de sus ganancias en impuestos, en comparación con un máximo actual del 35 %.
“Pero este hombre está más loco que Reagan: aumentará el déficit fiscal y eso es una maldición”, asegura Saturnino Aguado.
Infraestructuras necesarias
Cierto, Estados Unidos necesita renovar sus obsoletas infraestructuras, pero, al bajar los impuestos, no habrá ingresos fiscales suficientes para acometer el proyecto, explica Saturnino Aguado. Más credibilidad a esta promesa le otorga Carles Manera, quien ve en el tándem capital público y empresa privada interés por barrer para casa.
Bye, bye, Janet
Donald Trump quiere destituir a Janet Yellen pero la Reserva Federal (FED), el banco central estadounidense, es independiente del Gobierno y a su presidenta le quedan aún dos años de mandato. “Busca controlar los tipos de interés”, detalla Saturnino Aguado, “su política fiscal expansiva los aumentará y es necesario contrarrestar con una política monetaria contraria”.
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Anular la Ley Dodd Frank y barrer con la supervisión y regulación de las firmas financieras, que protege al inversor frente a desmanes del mercado, favorece el guirigay que dio lugar a la Gran Recesión que inició en 2008.
Más tienes, menos pagas
“Los ricos pagarán su parte, pero nadie pagará tanto que destruya puestos de trabajo o socave nuestra capacidad de competir”, defendió Trump en Detroit. “Su retórica no está en línea con sus propuestas”, critica Kyle Pomerleau, director de la Tax Foundation. “Conforme a su plan, los ricos pagarán menos”, revela.
Obamacare
Decir, como Donald Trump, que el Obamacare ha costado dos millones de empleos es una mala interpretación de un informe de la Oficina de Presupuestos del Congreso. “Barrerlo es imposible”, considera Víctor Echevarría, de Afi, “porque el programa es un monstruo, de él dependen muchos negocios y tiene muchas patas”.
Gasto militar
Trump planteó duplicar el gasto militar en busca del voto conservador, "pero lo cierto es que esta es la única partida en la que podrá recortar si pone en marcha una bajada de impuestos como la propuesta", dice Saturnino Aguado. Matiza el argumento Carles Manera, quien pronostica que Estados Unidos dejaría en manos de Rusia parte de las operaciones militares en el exterior a cambio de retirarse del foco Indo-Pacífico.