Un desafío extremo para poner voz a las enfermedades
Un perfecto altavoz: el programa de radio En bons mans, de Onda Cero Radio Cataluña. Una afición y una pasión: correr. Y un acusada sensibilidad por los más desfavorecidos. Con estos tres ingredientes, el periodista Carles Aguilar afrontó el pasado 10 de septiembre su último reto solidario, el Xtrem Desert Tracks.
No se trataba de una carrera sin más, porque el desafío no era únicamente la distancia —118 kilómetros—, ni el hecho de hacerlo en solitario. El verdadero reto fue enfrentarse a las altas temperaturas que ese día se registraron en el Desierto de Los Monegros (Zaragoza). El calor —se alcanzaron los 45ºC— hizo difícil, muy difícil, soportar el esfuerzo.
"Fue muy duro porque, aunque era septiembre, por el día se alcanzaron temperaturas altísimas; y por la noche el descenso fue muy brusco —se trata de un desierto— y eso para el cuerpo supone un gran trastorno", cuenta el periodista y corredor de ultradistancia a El Huffington Post. "Preparé esta carrera durante semanas, saliendo a correr por Barcelona en las horas centrales del día, con todo el calor. Tenía que acostumbrar a mi cuerpo..".
Han pasado semanas desde aquello y Aguilar se muestra muy satisfecho. "Durante la carrera hubo momentos en los que creí que tendría que abandonar… Pero lo logré y fue fantástico. Eso sí, cuando acabo siempre me digo: esta es la última vez", confiesa. El reto no fue en vano, detrás había un buen motivo: ayudar a la Federación Catalana de Salud Mental. "Ellos habían acudido en alguna que otra ocasión a mi programa. En los últimos meses, esta asociación ha puesto en marcha la campaña el programa 'Deporte y Salud' y, como en otras ocasiones, decidí aportar mi grano de arena. Cada kilómetro supuso 10 euros para esta campaña".
CADA AÑO, UN NUEVO RETO
Este no es el primer desafío al que el periodista se ha enfrentado por un buena causa. El año pasado organizó el Xtrem Banyoles Track. En esa ocasión, el atleta inició la prueba cuando salió el sol y la terminó cuando se puso. El objetivo era completar el máximo número de vueltas al lago Banyoles (Girona) y estuvo corriendo más de 12 horas —consiguió hacer 113 kilómetros—. Lo recaudado fue a parar a la Asociación Catalana por la Fibrosis Quística. "Aunque con este tipo de retos no pienso tanto en el dinero que se recauda, sino en dar visibilidad y dar a conocer la realidad de este tipo de enfermedades".
El año anterior también enfrentó una dura prueba, recorriendo durante 6 días 400 kilómetros de la costa gerundense, por los afectados por parálisis cerebral. Y aunque reconoce que cada vez que termina, se dice a sí mismo que este ha sido el último, seguro que este año volverá a sorprender con un nuevo desafío… y una buena causa.