Obama y Trump comienzan la transición más difícil en Estados Unidos
El traspaso de poderes ha comenzado en Estados Unidos. Barack Obama y Donald Trump han mantenido este jueves una reunión en la Casa Blanca para dar comienzo al proceso de transición entre la administración saliente y la entrante. Era el encuentro entre dos líderes obligados a mantener la compostura para asegurar la estabilidad de un país gravemente dividido tras una campaña desgarradora. Pero también el de dos hombres con muchas razones para no dirigirse la palabra.
Y las dos circunstancias han sido visibles en la breve comparecencia sin preguntas que los dos han ofrecido desde el mismo Despacho Oval. Consciente del papel institucional que le toca ejercer en este momento, Obama ha insistido en el traspaso de poderes pacífico y ha adoptado un tono puramente presidencial. Pero sin ningún gesto de cercanía que pueda dar a entender lo que no es. Donald Trump, por su parte, parece otro desde que los estadounidenses le eligieran: educado y correcto, ha llegado a afirmar que "ha sido un honor reunirse" con Obama.
El primero en hablar ha sido Barack Obama, para hacer referencia a una "excelente" conversación con Trump. Ha afirmado que "lo más importante para nosotros ahora es que nos unamos, que trabajemos juntos, para afrontar los muchos e importantes retos a los que nos enfrentamos como país".
El presidente saliente, que también ha hecho mención a la futura Primera Dama, que mantenía una reunión paralela con Michelle Obama, se ha dirigido directamente a Trump para decirle: "Quiero insistir, señor presidente electo, en que nosotros vamos a hacer todo lo posible para que tenga éxito, porque si es así, eso significará que el país tiene éxito".
Donald Trump le ha agradecido sus palabras y ha afirmado que "esta reunión iba a durar diez minutos y hemos estado hablando una hora y media. Era la primera vez que nos veíamos en persona y he de decir que siento un gran respeto por usted. Hemos hablado de muchos asuntos, y espero que sigamos haciéndolo para que me ayude y asesore en mi gestión. Ha sido un honor y espero repetirlo en el futuro".
TONO CONCILIADOR, PERO NADA MÁS
La reunión entre ambos era el primer paso de un proceso institucional de traspaso de poderes y se ha cumplido con la corrección y el tono conciliador que le correspondía. Pero no ha habido gestos que dieran a entender nada más, porque son muchas las razones para el desencuentro entre ambos líderes. De hecho, los Obama habían cancelado, según The Wall Street Journal, la foto con el matrimonio Trump que se había previsto al final del encuentro.
El presidente saliente había hecho campaña sin descanso en favor de su ex secretaria de Estado, Hillary Clinton, en los últimos días, advirtiendo de todos los riesgos para la democracia que implicaba elegir a Trump. “¡No podemos permitirnos elegir a ese tipo! ¡No es posible! ¡No es posible!", había declarado Obama, visiblemente emocionado en Las Vegas, pocos días antes de la elección.
La enemistad entre ambos hombres tiene raíces más personales que la sola pertenencia política o su visión del mundo: durante años, Trump se ha dedicado a alimentar la controversia sobre el lugar de nacimiento de Obama, antes de dar un vuelco en su postura durante la campaña, sin explicación. El magnate también ha afirmado que tanto su predecesor como la hasta ayer rival son los creadores del Estado Islámico.