Claves para actualizar un salón pasado de moda
Cuando el presupuesto escasea y no se quiere, o no se puede, hacer una gran reforma bien por el coste o porque la casa es de alquiler, conviene explorar qué opciones fáciles y baratas hay a nuestro alcance. A continuación se recogen algunos consejos de qué hacer con el salón si presenta elementos estructurales, como puertas y sueles, o un mobiliario que parece directamente sacados de los primeros capítulos de la serie Cuéntame.
BLANCO EN LAS PAREDES
En general, y siempre que sea posible, conviene pintar las paredes de blanco, pero que no sea ni beige ni crudo, puesto que en un espacio con elementos no muy nuevos las paredes con estas tonalidades podrían parecer sucias. El blanco, en cambio, recoge toda la luz y da un efecto de luminosidad a la vez que actualiza el espacio.
ALFOMBRAS EN TODAS PARTES
En el caso de que la estancia tenga un suelo difícil, (parqué en mal estado, terrazo desgastado, baldosas anodinas…), una buena alfombra o varias será la salvación. Se puede utilizar una grande y neutra de materiales naturales, como el yute, con la que ocultar gran parte del suelo y usar otras más pequeñas para zonificar los espacios. Como añadido, ayudarán a aportar color y estilo a la estancia.
PUERTAS NUEVAS
Si el problema son las puertas porque por su estado y diseño han visto épocas mejores, hay que cambiarlas, quitarlas o esconderlas. Es el caso, por ejemplo, de las puertas con grandes vidrios que se usaban en la década de los sesenta y setenta en la entrada del salón.
Lo más socorrido es cambiarlas por algún modelo sencillo y blanco. Otra opción es directamente quitarlas sin necesidad de sustituirlas, propiciando un esquema de plantas abiertas. Los fans del estilo dirty chic y las cosas con pátina pueden colocar una cortina delante de la puerta como si se tratara de una ventana para que quede relativamente escondida tras ella.
LIBRERÍA COMO NUEVA
También puede ser un gran problema tener en el salón una gran librería de madera muy oscura, que tiende a resultar muy pesada y clásica en la decoración. Lo ideal sería que se pueda pintar de blanco o del mismo color que la pared, como en la foto de arriba. Pero si no es posible, se puede empezar vaciando su contenido porque no ayudará en nada que esté llena de cosas de estética dudosa o pasada de moda. En su lugar se pueden colocar unos pocos objetos decorativos más actuales sin recargar, o algunos libros ordenados por colores para crear sensación de orden y de espacio despejado.
SOFÁS SIGLO XXI
Igualmente, si el salón tiene un sofá algo obsoleto o sillones orejeros con un estampado sin ninguna gracia, las fundas, plaids o telas bonitas pueden servir para esconder el diseño original. Lo mismo puede hacerse si el comedor es demasiado clásico. En este caso, se puede permitir cambiar al menos las sillas; si no, las fundas de tela pueden darle un aspecto más contemporáneo. También hay que prestar atención a lámparas, cojines y jarrones, así como buscar complementos más modernos, de líneas actuales y sustituir las lámparas o las pantallas anticuadas. Sorprende el efecto que se consigue con este pequeño cambio.
En resumen, se trata de estudiar bien los elementos que hacen que la estancia esté anticuada y, en la medida de lo posible, sustituirlos o bien ocultarlos tras textiles.
Quien aún esté obligado a convivir con mobiliario antiguo puede retirar de la estancia todo lo que no sea imprescindible, para que al menos se vea limpia y despejada. Finalmente también es importante desviar el foco de atención de los elementos pasados de moda y dirigirlo hacia un rincón o una pared con una bonita composición de cuadros y fotos, a unos textiles alegres, a una lámpara moderna o a una gran planta de hojas verdes bien cuidada. Seguro que así se dará una vuelta al espacio y se disfrutará más.
