Diana López Varela: "Se creen que violar no es para tanto mientras no la maten"
Tiene 30 años y un sentido del humor innegable. Acaba de publicar su primer libro, en el que cuenta que pertenece "a esa mayoría de jóvenes españoles tocados por la desgracia de vivir en esta crisis eterna". Diana López Varela es la autora de No es país para coños (Ed. Península), un libro que manifiesta la -urgente- necesidad de una sociedad feminista, que también ha sido obra de teatro.
Con un estilo sencillo y directo, Diana habla sin tapujos y con un humor algo ácido sobre todas las dificultades con las que se encuentran las mujeres en nuestro país. 17 capítulos con títulos como ¿La puta regla?; Treinta años y soltera; Si piensas feminista, follas mejor o Y tú, ¿a quién se la has chupado? resumen la situación de la mujer en un país donde hay más asesinadas por violencia de género en dos décadas que por la banda terrorista ETA en 50 años.
"Según la ONU, el hecho de haber nacido mujer es suficiente factor de riesgo para sufrir violencia en todo el mundo y, además, una de cada tres mujeres sufrirá violencia de género a lo largo de su vida. ¿Sigues sin necesitar el feminismo?", pregunta a sus lectores la joven, también guionista de varias obras de teatro y autora del blog Suspenso en religión, en el que publicó el viral artículo Mi coño.
De trabajar en la empresa de tu padre a publicar un libro de feminismo. ¿Cómo has llegado hasta aquí?
Me cansé del periodismo después de trabajar en varios medios porque el sector no está muy bien y es muy precario. Entonces mi padre me ofreció cubrir una baja en su empresa que acabó siendo dos años y pico. Echaba de menos escribir porque yo he escrito toda la vida. Así que abrí mi blog en 2012 para contar historias, pero sin ser abiertamente feminista.
Un buen día aparece Alberto Ruiz Gallardón para intentar cambiar una ley que yo nunca me había cuestionado. Un derecho que yo veía tan asentado y normalizado que me cabree muchísimo y escribí Mi coño que se volvió viral y fue una bomba. Empecé a ser tratada de feminista sin haberme autodenomidado así hasta entonces. Ahí fue cuando empecé a interesarme e investigar sobre feminismo y me sentí claramente identificada. Así que decidí seguir escribiendo y, además, con cierta responsabilidad feminista.
Hace año y pico, mi amigo Toni García Ramón (autor del prólogo del libro) me dijo que debía escribir un ensayo sobre feminismo a mi estilo: con sentido del humor e ironía. Nos reunimos con los editores, les gustó la idea y aquí estamos.
En el libro cuentas que crees que siempre has sido feminista pero no eras consciente.
Sí. Me cabreaban muchas cosas de pequeña. Tengo dos hermanos y se me trataba diferente. Me jodía muchísimo que me dijesen: pon los platos a tus hermanos, hazles la cena... Y mira que yo no he sido muy de hacer las tareas de casa, pero cuando mi madre no estaba o no podía, lo delegaba en mí. Siempre he sido bastante radical en ese tema y acabaron por no pedírmelo.
Aún hay gente que dice que las feministas se preocupan por "tonterías", por el tema de los micromachismos, y no por cosas "realmente importantes".
A mí no me gusta el concepto de "micromachismo". Es machismo. No hay machismo micro. Obviamente no es lo mismo violación que acoso callejero, pero los micromachismos son la base sobre la que se sustenta la desigualdad. Son aquellas pequeñas actitudes cotidianas con las que convivimos y que a su vez dan lugar a machismos mayores. Por lo que para corregir los machismos, hay que empezar por lo pequeño. A mí no me parecen micro, me parecen la clara señal y manifestación de que esta sociedad está enferma.
¿Crees que el feminismo es un poco como la izquierda y está destinado a estar dividido?
Probablemente los movimientos sociales como el socialismo o el feminismo dan la posibilidad a la gente de debatir, porque ni todas las mujeres somos iguales ni todas las feministas somos iguales. Yo quiero para otras feministas lo mismo que para mí: igualdad, justicia y no discriminación. Pero también hay que hablar y debatir. Es necesario.
El problema es que el machismo, igual que hace la derecha con la izquierda, utiliza esto para descalificarnos: "Mira, ya se están peleando entre ellas". Pero hay que debatir y discutir para llegar a conclusiones. Algunas serán irreconciliables. Por ejemplo, yo tengo mi propia postura respecto a la prostitución y otras feministas tienen otras. Pero podemos convivir y seguimos siendo feministas todas.
¿Y cuál es tu postura sobre la prostitución?
Yo soy proabolicionista. Me gustaría vivir en un mundo utópico donde los hombres no pudiesen comprar a las mujeres, donde las mujeres no se tuviesen que prostituir para existir y los hombres no pensasen que poniendo un billete de por medio se pueden follar a quien les de la gana. Para mí no todo se puede comprar.
Es verdad que dentro de esta postura mantengo que todas las mujeres que estén ejerciendo la prostitución ahora tienen que estar reguladas. No soy estúpida, se que la prostitución no va a desaparecer de un día para otro. Las que estén trabajando tienen que tener sus derechos, su seguridad social, no tienen que estar al margen del sistema y por supuesto tienen que estar cuidadas y protegidas. Con cierta frecuencia mueren prostitutas de las que no se sabe nada, muchas en situación irregular y sin papeles. Son maltratadas, violadas, vejadas… Unas situaciones de esclavitud absoluta. Yo quiero que la prostituta que ejerza lleve la batuta y tenga la libertad de poder irse en un determinado momento. No quiero prostitutas al margen de la sociedad.
En el libro criticas la concepción heteropatriarcal de la pareja. El amor romántico. ¿Cuál es la concepción ideal de la pareja o el amor?
La concepción que tenemos en el mundo occidental del amor romántico, que a parte es un invento del capitalismo, da lugar a muchas violencias dentro del seno de la pareja. Esto pasa porque se nos ha educado a las mujeres en la idea de que el amor todo lo puede. Estamos acostumbradas a escuchar de muchos de nuestros mayores que por amor hay que aguantar o que hay que sacrificarse por amor y con ese discurso se han aguantado también muchos malos tratos.
Mi idea obviamente es una pareja basada en el respeto y la igualdad. Aunque también hay que empezar a cambiar las cosas en el sexo. Todos hemos asumido un poco que un polvo se acaba cuando el hombre termina y eso también es una discriminación. Muchas veces las mujeres no somos conscientes de que contribuimos a la desigualdad sin saberlo. Porque no pedimos.
Por amor romántico se han hecho muchas cosas y la mayor parte de los asesinatos por violencia machista siguen manteniendo aquella frase tan odiosa de la maté porque era mía o la maté porque la quería mucho y me dejó. Imagínate si es peligrosa esa idea.
No sé si has visto las últimas noticias los violadores de sanfermines. Los chicos abusaron de otra chica en mayo. Cuando lo grabaron, pasaron el vídeo por un grupo de Whatsapp de 21 personas. Nadie denunció. Simplemente hicieron bromas y se rieron de la chica. ¿Cómo es posible que pase esto en 2016?
Porque el maltrato a la mujer y el machismo están demasiado normalizados… Siempre digo que no hay enfermos casi nunca en la violencia machista. Son los hijos sanos del patriarcado. Se creen que las mujeres son suyas, que se pueden apropiar de ellas cuando quieran y que además todo es una broma sin importancia. Que violar tampoco es para tanto, mientras no la matemos. Forma parte de la diversión: drogarla, violarla, grabarla… Esto pasa mucho en los institutos: chicas que caen en la trampa de enviar una fotografía a su chico o pareja y la foto acaba en manos de todo el instituto. La chica tiene que cambiarse de instituto, en el mejor de los casos. O con un problema de depresión, ansiedad o incluso suicidio en el peor de ellos.
Son los hijos sanos del patriarcado. Lo que hemos educado. Están educados en esta sociedad. Es la cultura de la violación. Pero pasa muchas mas veces, a mi me ha pasado: Vas con un chico de noche y de repente no quieres hacer nada y te metes en una situación violenta porque el tío no puede asumir un “no” por respuesta, porque le has provocado.
¿La regla o la maternidad siguen siendo temas tabú?
Siguen siendo temas de chicas. A los tíos no les interesa. Cada vez que salen estadísticas con respecto a la maternidad y la edad a las que somos madres las mujeres españolas, que ya se acerca a los 32, se nos culpabiliza a nosotras por no ser madres. Y yo siempre digo lo mismo: ¿Las mujeres con quién tenemos los hijos? ¿Con hombres o con extraterrestres? ¿Y la edad de ellos? El otro día salió una noticia brutal que decía que las mujeres utilizamos mal el preservativo. Casi me da un infarto. ¿Nos lo ponemos nosotras? ¿Tenemos que también saber nosotras ponernos bien el preservativo? Tenemos que ser ambos, ¿no? y más cuando ellos se lo ponen en su pene, estaría bien que lo supiesen utilizar. Y también estaría bien que lo supiesen llevar encima.
Lo de la regla, igual. Hay muchos chicos que les molesta que hables de la regla: “Ay, que asco, quita”. Como si no fuese algo natural o que tuviese la mitad de la población.
¿Cuál ha sido el papel de las redes sociales en el movimiento feminista?
Para mí han ayudado. Y el boom incuestionable del feminismo en los últimos años tiene mucho que ver con las redes, igual que otros movimientos como el 15M. Lo que pasa es que al mismo tiempo tenemos que acostumbrarnos a la disidencia y a que no todas pensamos igual. Puedo no estar de acuerdo con Amarna Miller en algunas posturas, pero me puedo sentar con ella a charlar. No puedo juzgar su feminismo porque creo que ser feminista también es una forma de entender y cuestionarse la vida. También en las discusiones a veces se llega al consenso. Yo por ejemplo he moderado algunas posturas respecto a la pornografía después de tener ciertas conversaciones. Además, las redes han ayudado a que los hombres se acerquen al feminismo.
Últimamente ha habido varios enfrentamientos entre feministas, por ejemplo, entre la actriz porno Amarna Miller y Barbijaputa por la pornografía y el movimiento feminista. Cuando una feminista le dice a otra lo que no puede hacer, ¿deja de ser feminismo?
No lo sé. Yo tengo una postura parecida a la de Barbijaputa. También comprendo la postura de Amarna Miller. Creo que una feminista no debe decirle a otra que no es feminista. Tenemos que aguantarnos y escuchar lo que opinan las demás.
Puedo opinar que la postura de Amarna es contradictoria o que, tal y como yo entiendo el feminismo, no encaja demasiado en mis posturas. Pero ella utiliza su cuerpo, según ella con un mensaje subversivo, para cambiar las cosas desde dentro. Habrá que darle también la oportunidad de que se manifieste y lo demuestre. Y puede que funcione. Probablemente la pornografía es una de las mejores herramientas para acercar el feminismo al hombre. El gran problema del porno es el acceso indiscriminado de los menores de edad a la pornografía. Esto habría que controlarlo. Hay que educar para que las cosas vayan a su tiempo.
Por otro lado, me preocupa la industria de la pornografía. Me alegra que Amarna Miller esté en una posición privilegiada y que pueda escoger sus propias películas y las escenas que hacer pero ella misma ha reconocido que no siempre pasa esto. Esto me crea un dilema respecto al porno: no se si lo que estoy viendo procede de una chica que está haciendo lo que quiere o si lo hace obligada. La pornografía es un debate ético que hay que afrontar y tenemos que hablarlo entre todas. Yo misma estoy dispuesta también a replantearme mis propias ideas porque hay que escuchar a la gente que está dentro del sector, que es la que sabe.
Respecto a lo que dices de los menores, ¿nos hace falta una educación con perspectiva de género desde pequeños?
Por supuesto. Y tendría que existir una ley de educación que trate el feminismo y la igualdad de manera transversal. No tiene que ser una asignatura maría ni residual. La única manera de parar por arriba el machismo es empezando por abajo.
¿Qué necesita España para ser un país para coños?
Educar en igualdad, en feminismo. Con las gafas moradas puestas. El machismo no aparece un buen día en una persona de 30 años. Se va mamando día a día.
Los medios de comunicación tienen que tener responsabilidad con el tema. No la tienen y alguien tiene que exigirles por ley y con sanciones que la tengan. Hay que ser mucho más duros con la violencia de género y ayudar mucho más a las víctimas. Hay que tener mucho cuidado con el tratamiento de la violencia de género en los medios porque se sigue responsabilizando a la víctima con mensajes que no benefician en absoluto.
El gran problema de España es este: la violencia de género. Es una sangría y para mí es terrorismo. Hay que acabar con ello con todas las de la ley y hay que tratarlo como tal: como terrorismo.