Elecciones gallegas: La lucha por el 38

Elecciones gallegas: La lucha por el 38

EFE

Los políticos gallegos tienen una obsesión: el número 38. Esos son los escaños que dan la mayoría absoluta en el Parlamento de Santiago de Compostela. La cifra que marcará si Alberto Núñez Feijóo continúa al mando de la autonomía o si la izquierda tiene la fuerza suficiente para arrancarle al PP uno de sus grandes bastiones de poder (y sentimentales).

La cita se ha adelantado unas semanas -Feijóo había prometido que sería en octubre-, para que coincida con las elecciones vascas. Y se ha convertido en un factor de vital importancia para el propio futuro de la incierta situación política que vive España. Aquí también se la juegan (y mucho) Pedro Sánchez y Mariano Rajoy.

Habrá un antes y después del 25 de septiembre. Galicia es la última autonomía que se enfrenta a unos comicios con el nuevo esquema político español de cuatro bloques, aunque lo hará con sus particularidades.

Esa comunidad tiene una especial importancia para el Partido Popular. De ahí parte el núcleo duro que domina el partido (Mariano Rajoy, Ana Pastor…). Y, sobre todo, las elecciones gallegas de 2009 supusieron el arranque de victorias de la formación tras sonoros fracasos durante el inicio del rajoyismo y la bonanza de votos de José Luis Rodríguez Zapatero. En ese mismo momento, la figura de Feijóo se colocó en lo más alto del imaginario ‘popular’.

Además, la siguiente victoria del Partido Popular en Galicia en 2012 sirvió como refrendo al partido de las duras medidas que estaba tomando desde que ganara las elecciones generales de 2011 en los momentos más duros y convulsos del nuevo Gobierno. Subían en tres escaños en plena aplicación de la política de austeridad y la Xunta se convertía en el paradigma de gestión de la derecha. Aquella cita electoral dejó la siguiente composición parlamentaria: PP (41), PSOE (18), Alternativa Galega (9) y BNG (7).

EL PP, EL GRAN FAVORITO

Cuatro años más tarde, Feijóo vuelve a ser el gran favorito para los comicios. Ninguna encuesta duda de su victoria. La duda está en si logrará la mayoría absoluta, si entrará Ciudadanos y le podrá ayudar a conservar el poder o si la izquierda araña votos y se alía. El famoso 38.

Según una encuesta de La Voz de Galicia, el PP se quedaría un escaño de la mayoría absoluta con 37 puestos. En la segunda posición se situaría En Marea, con 18 escaños, mientras que el PSOE pasaría a ser la tercera fuerza, con 15, y el BNG cerraría el arco parlamentario con 5. En cambio, un sondeo de La Razón otorga la mayoría absoluta a Feijóo, con 39 diputados, seguido por: PSOE (17), En Marea (15), BNG (2) y Ciudadanos (2).

En las pasadas elecciones generales del 26 de junio, Galicia dibujó un mapa político dominado por el Partido Popular (12 diputados), por delante del PSOE (6) y Podemos-En Marea (5). Respecto a la cita de diciembre, los populares conseguían aumentar su ventaja y el PSOE volvía a ser la segunda fuerza. Ciudadanos no repetía escaño tras unos meses de auténtica batalla interna.

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Feijóo, en un acto electoral

A Feijóo le gusta demostrar seguridad, solidez. Pero es un hombre con muchas caras. También juega a ser la parte más renovadora de su partido, que quede claro que está radicalmente en contra de la corrupción. Sus palabras sobre José Manuel Soria y el nombramiento en el Banco Mundial fueron un auténtico revés para el presidente del Gobierno.

Muchos en el partido lo ven como el perfecto candidato para suceder a Rajoy en el despacho principal de Génova. Hubo dudas hasta el último momento sobre si se presentaría otra vez a la Xunta o si intentaría dar el salto a Madrid. Siempre responde que él ya es un político nacional al ser el máximo representante del Estado en su autonomía. Mantiene una extraña relación con el líder de su partido, nunca se han fiado del todo el uno del otro. Y en cualquier movimiento siempre vuelve aparecer el recuerdo de la filtración de las fotos con el narcotraficante Marcial Dorado.

Él mismo llegó a decir que iba a reflexionar sobre su futuro durante esta legislatura. Muchos lo daban ya en el sector privado. Por si acaso, en la banda ha estado calentando durante estos últimos años su emergente vicepresidente, Alfonso Rueda. Pero hoy por hoy sigue Feijóo, que no renuncia a nada en la vida política.

En la campaña va a desplegar un discurso de gestión y también va a alertar, casi invocando al miedo, de la “radicalidad” de un Gobierno alternativo, en el que habría -como le gusta reiterar- más de “42 partidos”. O nosotros o el caos, el mismo argumento que Rajoy lleva clamando ante los españoles en el último año.

La campaña diseñada por el PP sigue un esquema similar a las de 2009 y 2012. El lema: En Galicia sí. La idea que quieren trasladar es la de “estabilidad y rigor”, según explican desde el partido, frente a lo que pasa en otras autonomías y en ayuntamientos del cambio, como A Coruña, Santiago y Ferrol. Además, quieren expandir los actos por todos los pueblos, llegar hasta la última aldea. No solo mítines y actos sectoriales, se potenciarán paseos de Feijóo y de dirigentes del PP para movilizar directamente al electorado. El primer gran acto será en la plaza de toros de Pontevedra el próximo sábado.

LOS RIVALES DE FEIJÓO

¿Y contra qué candidatos se enfrenta? En el cartel electoral aparecen Xoaquín Fernández Leiceaga (PSOE), Luis Villares (En Marea), Ana Pontón (BNG) y Cristina Losada (Ciudadanos).

El PSOE y En Marea van a protagonizar uno de los grandes duelos el próximo 25 de septiembre. Luchan por el segundo puesto, pero a la vez por el liderazgo de la izquierda y, por lo tanto, por poder conseguir la Presidencia de la Xunta si la suma da entre ellos. Son frenemies. Deben darse palos para robarse votos, pero tiene que tener a la vez una buena relación porque pueden llegar a gobernar juntos.

Los socialistas llegan tocados internamente. Hace unos meses a nadie se le pasaba por la cabeza el nombre de su candidato. El PSOE gallego vive en permanente estado de convulsión, con luchas de familias. Y algunas figuras desde fuera mueven sus tentáculos. Sánchez ha intentado hacerse con esta federación, pero la sombra de José Blanco es muy alargada y no se resiste a seguir participando en las sombras de la conspiración.

En 2012 su candidato fue Pachi Vázquez, que en julio de 2013 se apartó de la carrera del congreso del partido. Precisamente fue un dolor de cabeza para Ferraz entonces porque esta federación proponía una elección directa de los militantes. Hasta ese momento, el PSOE a nivel nacional solo contemplaba una fórmula parecida de primarias abiertas para elegir candidatos electorales. Posteriormente ya se tendría que aplicar para nombrar a su secretario general -el primero elegido así fue Pedro Sánchez en 2014-.

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Leiceaga y Sánchez

El sucesor de Vázquez fue el entonces presidente de la Diputación de Lugo, José Ramón Gómez Besteiro, que tuvo que renunciar a la candidatura y al liderazgo del partido el pasado mes de marzo por sus diez imputaciones por delitos de tráfico de influencias, cohecho, prevaricación y contra la ordenación del territorio. Lo hacía en mitad de una gran presión interna del PSOE a nivel nacional por el caso y para no perjudicar el intento de Pedro Sánchez de llegar a La Moncloa. Se había convertido en uno de los barones más cercanos al madrileño.

Finalmente, Leicega será el ‘número uno’ del PSOE, un economista compostelano que consiguió en primarias derrotar a José Luis Méndez Romeu -el hombre apoyado por los pesos pesados del socialismo gallego-. El candidato se ha acercado a la órbita de Pedro Sánchez y se está volviendo a reproducir la lucha interna que se ha vivido en los últimos años. Mientras, el partido está dirigido por una gestora. Según fuentes socialistas, Pilar Cancela tiene muchas papeletas para ser la próxima secretaria general del PSOE gallego.

Si el socialismo ha estado dividido, se ha vivido un proceso también tremuloso respecto a la candidatura En Marea. Aquí el foco estaba en la unión en la lista con Podemos, que se consiguió in extremis después de que Podemos a nivel nacional presionara y decidiera ceder en algunos aspectos. La dirección morada regional era más reacia al acuerdo.

La candidatura de En Marea aglutina principalmente a Podemos, las mareas, Anova y Esquerda Unida. Su ‘número uno’ en la papeleta es Luis Villares, magistrado del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. Esta candidatura se presenta con el “objetivo”, ha dicho, de “echar a Feijóo” bajo el lema Un país justo. El aspirante se ha entrenado durante estos días de precampaña con actos pequeños en localidades no muy grandes, pero a partir de ahora dará un vuelco en su estrategia para buscar directamente al electorado urbano. En su equipo piensan tirar de líderes reconocidos para buscar mayor atención mediática como Pablo Iglesias, Alberto Garzón, Ada Colau y los alcaldes gallegos del cambio.

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Luis Villares y la candidatura de En Marea

Dos actores secundarios podrían tenera además mucha importancia. Por un lado, el BNG, que tendrá un gran bajón electoral a tenor de las encuestas pero que podría ayudar en esa gran coalición de izquierdas. En el otro extremo está Ciudadanos, que tiene en Galicia uno de sus puntos negros. Las luchas internas no han cesado y la dirección nacional y regional nunca se han entendido -con cambios profundos en las listas incluso entre el 20-D y el 26-J-. En una cosa no hay dudas: los naranjas se inclinan por apoyar a Feijóo a partir del 26 de septiembre.

La lucha por el escaño 38 no ha hecho más que comenzar.

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