El PP y el Gobierno, divididos por la elección de Soria como director ejecutivo del Banco Mundial
El Gobierno insiste en su defensa de la elección de José Manuel Soria para representar a España en el Banco Mundial, pero entre los populares cada vez son más los que no ocultan su incomodidad ante el nombramiento. Desde la Cumbre del G-20 en China, Mariano Rajoy trató de apaciguar las aguas en el seno de su partido, alegando que el exministro “es un funcionario que, como hacen muchos, ha participado en un concurso”, pero han sido varios los que han hecho públicas sus quejas, plantando cara al líder del PP.
A primera hora de la mañana del pasado lunes el presidente de la Xunta y del PPdeG, Alberto Núñez Feijóo, manifestó durante un desayuno en informativo en Madrid que el anuncio "no es fácil de entender" y "en el contexto actual" es, además, "muy arriesgado".
Pese a esas primeras críticas, el presidente del Gobierno en funciones se limitó a afirmar que Soria dimitió cuando su nombre apareció en los denominados "papeles de Panamá" vinculado con sociedades en paraísos fiscales y que entonces "se fue de la política, dejó de ser diputado y ha manifestado su intención de no volver a la política nunca más".
En este sentido, ha explicado que Soria ha actuado como un funcionario y no como un político, mientras que la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría -presente en el acto en el que Feijóo hizo las declaraciones sobre Soria-, ha asegurado que el cargo de director ejecutivo del Banco Mundial es una propuesta "de una comisión técnica" y "de acuerdo con el escalafón".
Otros miembros del Ejecutivo también han apoyado el nombramiento de Soria y el titular de Exteriores en funciones, José Manuel García-Margallo, ha argumentado que un técnico comercial de Estado puede optar a ese puesto y no debe ser un problema. El ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, ha aseverado también que el Gobierno "no tuvo ni arte ni parte" en la designación.
EL NOMBRE DE LA DISCORDIA
Sin embargo, pese a esos apoyos, otros líderes del PP han sido más críticos con este nombramiento que, a su vez, ha sido rechazado por toda la oposición política.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, ha sido tajante al señalar que este nombramiento "no debía haberse llevado a cabo" y que, sea por razones técnicas o no, eso lo tiene que explicar quien lo ha realizado.
Asimismo, la portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, ha cuestionado "el momento" en que se hizo el anuncio y la vicepresidenta de la Junta de Castilla y León, Rosa Valdeón (PP), ha sido más dura, abogando porque el Gobierno "rectifique" su propuesta. "Lo lógico es dar marcha atrás", manifestó en declaraciones a Onda Cero, recogidas por la agencia Europa Press.
Valdeón, que fue la primera en alzar la voz contra el nombramiento de Soria, ya afirmó en Twitter que le daba "vergüenza ajena", considera que ha sido un movimiento "innecesario" e "inoportuno" en un "momento y en un lugar muy delicado".
Por su parte, el presidente de la Junta de Castilla, Juan Vicente Herrera, ha eludido comentar lo que le parecía el nombramiento, pero sí reconoció que tiene una opinión política sobre José Manuel Soria "manifiestamente mejorable".
CRÍTICA UNÁNIME EN LA OPOSICIÓN
Desde la oposición, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha insistido en la necesidad de un cambio de Gobierno porque "cuatro años más de Rajoy sólo nos traerán más casos Soria", al tiempo que el presidente de Aragón, Javier Lambán, ha calificado el nombramiento de "tropelía" y de "indecencia absolutamente insuperable".
El vicepresidente de la Generalitat catalana, Oriol Junqueras, ha reclamado al Gobierno que asuma su "responsabilidad" ante la UE y tome decisiones sobre cuestiones como el déficit en lugar de realizar nombramientos.
El lehendakari y candidato del PNV a la reelección, Iñigo Urkullu, ha opinado que el nuevo cargo de Soria es "un error inasumible por parte del PP".
Los grupo parlamentarios del PNV, ERC y Mixto (PDC, Compromís, EH Bildu, CC y NC) han solicitado la comparecencia en el pleno del Congreso del ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, para que dé un razonamiento a esta designación.
El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, ha calificado de "inconcebible" este nombramiento -que ha dicho- es para "ganar un Salario Mínimo Interprofesional (SMI) al día, aproximadamente 620 euros, después de impuestos" y el coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, ha pedido también la comparecencia de De Guindos ante un hecho que ha calificado de 'barbaridad'.
Desde Ciudadanos, su número dos, José Manuel Villegas, ve "inaceptable" que el Gobierno promocione al exministro que tuvo que dejar el Ejecutivo por su actividad en paraísos fiscales y "mentir" a los españoles. La formación que lidera Albert Rivera cree que este cargo "afecta a la marca España" y "no cumple con los mínimos criterios de moralidad".
Con todo, el nombramiento tiene que ser aprobado por el Banco Mundial, cuyo código ético exige “los máximos estándares de integridad en la conducta personal y profesional” y evitar cualquier comportamiento que dañe su reputación.