Clare Picciuto celebra su fiesta de graduación al cumplir los 100 años

Aunque alcanzar un siglo de vida ya es motivo suficiente para una celebración especial, Clara Picciuto, una abuela centenaria de Massachusetts (EEUU), tuvo una razón más por la que sentirse dichosa. El mismo día que cumplía 100 años, su hija Deborah quiso sorprenderla con una preciosa fiesta de graduación.

Picciuto no pudo estudiar cuando era pequeña. La Gran Depresión, que asolaba Estados Unidos en los años 30, la obligó a abandonar el colegio para ayudar con la economía familiar trabajando en una fábrica. Después se casó y formó su propia familia, pero siempre mantuvo gran interés por aprender. Su casa estaba llena de diccionarios y enciclopedias, que leía y consultaba a diario, y nunca perdió la esperanza de poder graduarse algún día.

"Ha estado en todas mis graduaciones y en las de mis hijas. Pero no había tenido la suya propia y quise hacerle ese regalo", contaba su hija.

Durante su fiesta de cumpleaños en la residencia en la que vive, entre aplausos de sus compañeras y de sus familiares, recibió su preciado diploma y, muy orgullosa, se hizo la tradicional foto, vestida con toga y birrete.