El Barcelona humilla al Madrid con una goleada en el Bernabéu (0-4)
Al final, el fútbol fue sólo fútbol. Y esa, tras el tremendo despliegue policial alrededor del ‘clásico’ y los temores previos, es la mejor noticia. Aunque, en realidad, el fútbol lo puso este sábado únicamente el Barcelona, que dio un auténtico repaso al Madrid y se acabó llevando el partido por un 0-4 que le permite escaparse en la clasificación. Ahora es más líder, con 30 puntos, y deja allá abajo al Madrid, que se queda con 24.
El clásico deja bien tocado al técnico madridista, Rafa Benítez, que tuvo que ver cómo todos sus planes se venían abajo. El Barça hizo lo que quiso con un Madrid que fue mantequilla en defensa e invisible en ataque. Consecuencia de ello fue que Luis Suárez adelantó a los azulgrana cuando apenas habían transcurrido diez minutos tras un pase de Sergi Roberto que dejó todo el trabajo casi hecho.
Lejos de reaccionar tras el tanto tempranero, el Madrid se apocó ante un Barcelona que presionaba con una intensidad que desbordaba a los blancos. Sólo Benzema podría haber puesto remedio al boquete azulgrana, pero falló solo ante Claudio Bravo. Tremendo error que pagó después, cuando poco antes del descanso Neymar hizo el segundo para los de Luis Enrique. ¿Hubo fuera de juego? Puede que sí, aunque sería injusto echar la culpa al árbitro del desastre en Chamartín.
El Madrid se pudo dar con un canto en los dientes con el 0-2 con el que se fue al descanso, puesto que en el último lance del choque el Barça estuvo a punto de hacer el tercero, que salvó un defensa blanco sobre la línea de cal. El silbato del colegio, que ordenaba a los jugadores irse al vestuario, dio paso a una auténtica tormenta en el Bernabéu, que castigó al equipo blanco con una fuerte pitada, pañuelos blancos y hasta gritos de “Florentino dimisión”.
Y eso que lo peor aún estaba por llegar. Un Madrid zombie deambuló de mala manera por el césped en la segunda parte. Y entonces llegó Iniesta para dejar herido de muerte al equipo de Benítez con un trallazo que se coló por la escuadra tras un pase de tacón de Luis Suárez. Caviar para un Bernabéu que a esas alturas ya sólo pedía que la pesadilla se acabase pronto.
Pero el sueño azulgrana no había terminado. Al Barça no le había hecho falta hasta entonces la presencia de Messi, en el banquillo de inicio tras dos meses lesionado. Pero Luis Enrique le quiso dar minutos en el Bernabéu. El argentino echó más leña al fuego y el calvario fue total cuando Luis Suárez marcó el cuarto.
El único consuelo para el Madrid es que no se ha llevado una manita (o más, porque ocasiones tuvo el Barça). Benítez debe reflexionar… si le dejan.