Condenados a 18 años de prisión los padres de la niña Asunta Basterra
Rosario Porto y Alfonso Basterra, los padres adoptivos de la niña Asunta Basterra, han sido condenados a 18 años de prisión.
La condena es por un delito de asesinato con agravante de parentesco, y ha sido confirmada por el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia. La sentencia definitiva se conocerá en unas horas, y llega cuando se cumplen dos semanas desde que el jurado popular los declarase culpables de la muerte, tras cuatro jornadas de deliberación.
El jurado había coincidido el pasado 30 de octubre, por unanimidad, en que la madre de la niña, abogada, y el padre, periodista, eran culpables del asesinato de su hija. Los cinco hombres y cuatro mujeres que integraron el jurado se mostraron no favorables al indulto ni a la suspensión de la pena.
El dictamen se basó en que los dos acusados mataron a la pequeña de 12 años dando cumplimiento a un plan "concordado" entre ambos, y coincidieron en que la víctima no tuvo posibilidad alguna de defenderse.
EL ASESINATO
Asunta Basterra fue fue encontrada sin vida en una pista forestal coruñesa en la madrugada del 22 de septiembre de 2013. Las extrañas circunstancias de su muerte pronto atrajeron la atención policial.
La niña, de origen chino, falleció entre las 16.00 y las 20.00 horas por asfixia, sofocada con un objeto "blando y deformable", según la autopsia. En el momento de su muerte, había ingerido una dosis "tóxica" de lorazepam, un ansiolítico que anuló su capacidad de defenderse. El cuerpo fue atado y trasladado a una pista forestal, donde fue "colocado" en el talud de una cuneta.
La investigación encontró pruebas de que Asunta había sido drogada repetidamente en el tiempo, durante al menos tres meses antes de su muerte, que se encontraba con su madre cuando se asfixió y que su padre tenía fotos eróticas de la niña en el móvil.
Tanto la madre como el padre atravesaban un periodo de depresión y estaban medicados. Su actitud durante el juicio confirmó al fiscal su complicidad en el suceso. Según su relato, ambos comieron con Asunta en la casa del padre. El almuerzo, según ellos, transcurrió de forma normal. Alfonso Basterra asegura que vio por última vez a su hija en esa comida.
Rosario Porto admitió que fue con la pequeña hasta la casa familiar cercana al lugar en que fue hallado el cuerpo, aunque insistió en que después fueron a Santiago de Compostela a casa de otros familiares. Las cámaras de vigilancia sólo muestran un viaje de la madre hacia la casa rural, con Asunta, y otro de vuelta, ya sin la niña.
Durante su declaración, se esforzaron en transmitir que ellos no habían tenido nada que ver con la muerte, que Asunta era lo que más querían, y que no sabían quién le pudo administrar las 27 pastillas de lorazepam que se encontraron en su organismo.
La defensa de ambos alega que las pruebas no son concluyentes, que no les habían recetado por aquellas fechas medicamentos con que drogarla y que la tierra y manchas de semen encontradas apuntan a un lugar distinto a donde se halló el cuerpo y otros posibles culpables.
Los abogados han anunciado que recurrirán la sentencia.