Rusia y Egipto empiezan a analizar las cajas negras del avión siniestrado en el Sinaí
El análisis de las cajas negras del Airbus de Kogalimavia que se estrelló el sábado con 224 personas a bordo en la península del Sinaí mientras cubría la ruta Sharm el Seij-San Petersburgo comenzará este domingo.
Según han informado fuentes judiciales y del Gobierno egipcio a Reuters, el estudio comenzará en las próximas horas a cargo de investigadores egipcios y rusos en la sede del Ministerio de Aviación Civil de El Cairo. Las dos cajas han sido recuperadas en un razonable buen estado, sin grandes daños.
El avión se precipitó al vació muy poco después de despegar del resort turístico del Mar Rojo, en una zona montañosa del centro de la península del Sinaí, donde operan numerosos grupos armados que desafían al Gobierno de Abdelfatá al Sisi.
Provincia del Sinaí, un grupo que ha jurado lealtad al Estado Islámico, se ha atribuido el derribo del avión "en respuesta a los bombardeos rusos que han matado a cientos de musulmanes en territorio sirio".
Sin embargo, tanto el ministro de Transporte de Rusia, Maxim Sokolov como el primer ministro egipcio, Sherif Ismaial, han descartado que se trate de un atentado. Ismail ha apuntado que podría deberse a un fallo técnico, negando cualquier "actividad irregular". Las Inteligencias de los dos países insisten en que no hay huella yihadista, lo que han asegurado también fuentes de seguridad del Reino Unido a la BBC.
Los servicios de emergencias egipcios ya han logrado recuperar 163 cadáveres. Las autoridades egipcias insisten en que no hay supervivientes entre los 214 ciudadanos rusos y los tres ucranianos que iban a bordo.
Un equipo de 169 personas ha llegado ya desde Rusia para ayudar tanto en el rescate de cuerpos como en las investigaciones, un despliegue insólito que demuestra el interés del Gobierno de Vladimir Putin por aclarar lo ocurrido. También serán los que se encarguen de llevar los cuerpos a Moscú, donde serán identificados.
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Un familiar de uno de los viajeros que iban en el avión, trasladando noticias desde el aeropuerto de San Petersburgo.
HUBO QUEJAS PREVIAS, PERO NO LLAMADA DE EMERGENCIA
El copiloto del avión se había quejado previamente del estado del aparato, según ha confirmado su esposa, Natalya Trukhacheva, en una entrevista en la televisión rusa NTV.
La mujer del copiloto -Serguéi Trukachev- aseguró que su hija "le llamó antes de que volara". "Antes del vuelo, se quejó de las condiciones técnicas del aparato dejaban mucho que desear", ha explicado Trukhacheva.
Un alto cargo egipcio había afirmado previamente que antes de que el avión perdiera contacto con los controladores de tráfico aéreo, el piloto había emitido por radio mensajes de que el avión estaba experimentando problemas técnicos y que intentaría aterrizar en el aeropuerto más cercano.
No obstante, el ministro de Aviación Civil, Hossam Kamal, ha desmentido que hubiera signos de problemas a bordo del avión, y que el piloto no emitió ninguna llamada de emergencia antes de estrellarse.
"Hasta que tuvo lugar el accidente, nunca fuimos informados de ningún fallo en el avión, ni tampoco recibimos llamadas de emergencia", ha afirmado Kamal, quien añadió que el contacto con los controles de tráfico aéreo habían sido normales y que las revisiones previas al vuelo no habían mostrado ningún problema.
Tras el accidente, las compañías europeas Lufthansa y Air France-KLM han informado de que evitarán esta ruta mientras se investigan las causas del siniestro.